Las olivas me vuelven loco. Cada semana suelo acercarme a mi mercado local y me llevo una buena bolsa de aceitunas variadas. Me gustan de todo tipo y especialmente las partidas, las maceradas con ajo y las especiadas. En algunas tardes de domingo al sofá me las zampo como si fueran bolsas de pipas.
La semana pasada nos acercamos al mercado de las olivas de Casablanca en Marruecos.
Encontraréis este mercado dedicado a la venta exclusiva de olivas y aceite en el barrio de Habbous de Casablanca a pocos metros andando desde el turístico Palacio Real.
Bajando la cuesta que deja a vuestra espalda el Palacio Real, entraréis en una calle comercial con puestos de orfebrería, comida y ropa. Más adelante, en una calle con cierta pendiente veréis una callejuela que se interna en una pequeña plaza donde se distribuyen las paradas de aceitunas. Si no sois capaces de encontrarlo a la primera preguntad en francés por el marché des olives, todo el mundo en Casablanca lo conoce y os lo indicarán sin problemas.
Si sois amantes de las aceitunas como yo, una vez entréis en este patio consagrado al culto de las olivas, disfrutaréis de lo lindo. Existe una buena docena de puestos donde encontraréis todo tipo de aceitunas: las negras saladitas, las rojas moradas, las picantes, las especiadas, olivas de todos los tamaños y para todos los gustos. En este singular mercado tampoco falta el buen aceite de oliva de la región ni el preciado aceite de argan.
Degustamos unas cuantas y compramos una buena variedad para probar durante el día. Si os interesa comprar pensando en los de casa, los mismos comerciantes os pueden empaquetar vuestra compra de aceitunas para que puedas transportarlas en el avión con total seguridad.
Que buena la salsa harissa picantita! :)
Me declaro también una incondicional de las olivas! Las mías son las negras seca que te ponen en los desayunos, en los huevos fritos…. mmmmm
En Essaouira descubrí una salsa harissa (picante como el demonio) que también tenía olivas…. qué delicia!
Yo traje también para la família, perfectamente envueltas en precinto. Ningún problema en el control de seguridad. Uno puede llevar un potito de pescado y que te lo hagan probar, pero puedes llevar 2 kg de olivas y harissa (eso sí es explosivo!) y pasar desapercibido…
Saludos!
¡Qué buena pinta esas olivas! Yo me habría puesto las botas!