Llegué a Trujillo procedente de Huaraz a través de la compañía Movil Tours (45 soles en semi-cama). El trayecto duró unas 9 horas y me dejó a unas 13 cuadras al sur del centro en la avenida Larco.
No existe una terminal de autobuses general en Trujillo, cada compañía tiene la suya y se encuentran dispersas por la ciudad.
Llegué a las 7 de la mañana y compré un billete con destino a Chachapoyas que partía a las 4 de la tarde. Dejé la mochila en la agencia; tenía 8 horas que me permitían visitar Trujillo y sus alrededores.
El centro de Trujillo puede visitarse fácilmente a pie. La enorme y apacible Plaza Mayor es una de las más bonitas de Perú. Es muy espaciosa, con bellos jardines en su interior y su catedral barroca a un lado. Además, los edificios coloniales a su alrededor llevan bonitos colores en sus fachadas dando vida a la plaza. El tráfico no está permitido en su interior y eso ofrece todavía más encanto al paseo.
Alrededor de la plaza encontramos bonitos edificios como la Universidad, la iglesia de San Francisco y la de Santa Ana entre otros.
Alrededor del mercado central y la Avenida España se siente el latido de la ciudad. La zona está repleta de tiendas y tenderetes vendiendo todo tipo de productos. Especialmente ahora en Diciembre la gente sale a comprar sus panetones, sus regalos y a preparar la Navidad.
Era lunes y me contaron en el autobús antes de llegar que en Trujillo los lunes se come Shambar. Así que lo probé en un menú en el centro por 5 soles. Una riquísima sopa de habas,garbanzos y carne de cerdo.
Una visita obligada en Trujillo es sin duda el complejo Moche de las Huacas del Sol y de la Luna.
Me subí a un taxi desde el centro y me costó 8 soles. Luego supe que existen combis que parten de la Avenida de los Incas y te dejan en las mismas ruinas por 1 sol. El trayecto también lo realizan a la inversa.
Una vez en las Huacas del Sol y de la Luna se debe pagar entrada (11 soles) que incluye guía (esperan propina al final de la visita).
El complejo se encuentra todavía en exploración y la visita realmente merece la pena.
Se trata de dos enormes pirámides construidas por la civilización Moche que habitó en la costa norte del Perú entre el 100 y el 800 d.C.
En la visita únicamente se realiza un recorrido por la Huaca de la Luna. La pirámide del Sol, por lo visto, tenía gigantescas proporciones hasta que llegaron los españoles y derrumbaron gran parte de su estructura en busca de oro que nunca encontraron.
La Huaca de la Luna se trata de una «pirámide religiosa» con muchos misterios todavía por descubrir. En ella se realizaban sacrificios humanos a su dios para evitar posibles desastres naturales como El Niño.
En su interior se pueden observar diferentes niveles en la estructura. Es curioso observar que los Moche tapiaban cada nivel de la estructura a medida que las generaciones cambiaban. Hoy en día pueden verse un par de estructuras con sus dibujos y escenificaciones.
En el exterior queda mucho por desenterrar y el proyecto recibió un premio de la Unión Europea como mejor proyecto arqueológico de América Latina dando así más liquidez al plan de redescubrimiento de la interesante cultura Moche.
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Buenas Prognatis! Pues quedan unos cuantos que ya estan programados. Un viaje fantastico! A ver cuando llega el siguiente aunque ahora se que me tocara currar un poquito… que remedio!
Vaya Quique, me he estado repasando todos los posts que has publicado de Perú y son fantásticos.
Menudo viajecito te has pegado. Espero que la vuelta a casa no haya sido muy dura.
¿Y el próximo?