
Me quedé solo en mi segundo día en Tarapoto. Mis nuevos amigos partieron hacia Yurimaguas para zarpar en un barco que los llevaría a Iquitos, el corazón de la selva amazónica, en un espectacular viaje por el interior del río de dos noches y un día.
Me mordí los labios de envidia. El momento de volver a Barcelona se acercaba y no me daba tiempo a realizar esa aventura que se me presentaba ante mí.
Así que me quedé en Tarapoto y volví a la oficina de turismo en la misma Plaza de Armas para ver qué opciones tenía para visitar ese día.
Opté por curiosear en el pueblo étnico de Lamas. Un pueblecito a media hora de trayecto en auto donde todavía conservan sus tradiciones y costumbres.
La compañía de transportes Chakra tiene autos que realizan el trayecto Tarapoto – Lamas. Se encuentran en la calle Oliveiros cuadra 3 y un pasaje sale por cuatro soles.
En Lamas existe un curioso museo etnológico que por dos soles el guardían os mostrará sus encantos. Se trata de una visita de lo más surrealista. Era el único visitante y el señor, con un difícil español, me mostró el lugar y explicó cada una de las escenificaciones sociológicas del pueblo lama en una visita relámpago. Pasábaos de escena en escena con tremenda rapidez y el hombre se preguntaba y se respondía a sí mismo con pasmosa velocidad.
En el interior del museo se encuentran escenas de la vida lama como el matrimonio, el trabajo en el campo y otras costumbres. A su vez, despliegan un innumerable séquito de animles disecados como pumas, ratas enormes, osos y pieles de boas y anacondas.
Le dí una pequeña propina y me indicó cómo llegar al poblado lama.
Bajando una cuesta se llega en apenas cinco minutos al auténtico Lamas y uno puede contemplar todavía algunas construcciones en paja al estilo de antaño. De todas maneras, no encontré ni rastro de los vestidos folclóricos que el señor me contaba. La gente iba vestida al modo moderno. No obstante, fue un bonito paseo por las tranquilas calles arenosas de Lamas.
Del mismo centro de la nueva Lamas parten los autos en dirección a Tarapoto. Tomé uno que me llevó nuevamente al centro de la ciudad por cuatro soles sin tener que regatear.