La isla de Gran Canaria atrae cada año a un número ingente de turistas con reclamos que van mucho más allá de sus playas, gastronomía o comodidades y servicios de sus numerosos hoteles de lujo. No en vano la denominan el minicontinente.
Zonas montañosas en el centro de la isla perfectas para el senderismo o el mountain biking; verdes paisajes de prados y bosques más propios de zonas de Asturias o cualquier otra zona del Norte de España; acantilados y playas muy diferentes unas de otras. La morfología de una isla de este tamaño sorprende a muchos de los turistas que no se han informado de antemano.
Fue una pena que, con un programa tan apretado como el mío, no pudiera visitar muchas de estas maravillas, pero también es una excusa para regresar. Lo que sí pude recorrer fue el pequeño pueblo de Puerto de Mogán y las dunas y faro de Maspalomas.
Puerto de Mogán
Aunque el municipio de Mogán -situado en el Suroeste de Gran Canaria- tiene unos 18.000 habitantes, no son muchos más de 800 los que viven en su antiguo puerto pesquero.
Puerto de Mogán es un diminuto pueblo encaramado con uñas y dientes a una pequeña colina de color grisáceo que desemboca en el mar.
De hecho, todo era gris cuando el gran Armando Sosa, nuestro guía, nos conducía por la calle principal de la zona nueva del pueblo. Grandes nubes grises descargaban su furia millas adentro, en el mar del que siguen viviendo muchas familias en Puerto de Mogán.
Las zonas nueva y vieja de Puerto de Mogán se quieren parecer, pero no lo consiguen.
Mientras que las antiguas casas blancas de los pescadores se agarran como garrapatas a la roca volcánica e inhóspita, las bonitas casas que lamen el puerto tienen un blanco más fulgurante, colores más vivos en puertas, ventanas y balcones, y flores por doquier.
Los bajos de las casas de la zona nueva están totalmente dedicados a atraer turistas. Restaurantes, bares, tiendas de ropa o souvenirs, ejercen de vecinos alegres de los habitantes de los pisos superiores.
Muchos extranjeros han decidido instalarse en esta zona tan tranquila y diferente de otros lugares turísticos de la isla. Algunos de ellos tomaban su té , café o cervecita en los pequeños balcones blancos de estilo canario.
Recorrimos la zona del puerto pesquero y las pequeñas calles decoradas de flores de todos los colores posibles. Una pena que la ausencia de luz solar no nos permitiese ver todas esas tonalidades en su máximo esplendor.
Nos comentaron de antemano que a Puerto de Mogán se le llamaba la Venecia de Canarias. Para mí es un gran atrevimiento y me pareció adecuado que Armando -un gran conocedor de la isla y un gran tipo- no volviera a utilizar ese nombre. A ver, hay un par de puentes de ese aire veneciano (por la forma, que no por los ornamentos o estilo), pero realmente pequeños y que sólo dan al puerto.
Existe también una pequeña playa que da a una zona de mar manso.
Puerto de Mogán es un buen lugar donde pasar unas vacaciones o una tarde relajada, paseando, tomando algo en sus terrazas o contemplando el mar.
Dunas de Maspalomas
Dejamos Puerto de Mogán y condujimos por la estrecha carretera de la costa hacia Maspalomas. Si tenéis tiempo, y hay buena visibilidad, os aconsejo que hagáis varias paradas en esta ruta que ofrece vistas maravillosas de una costa bastante salvaje.
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Fuimos a visitar las dunas de Maspalomas cuando ya casi caía la noche.
Este ecosistema de dunas -propio de las Islas Canarias- es el único que existe en la isla de Gran Canaria y la mayor parte de la flora y algunas de las especies de aves que visitan las zonas húmedas de esta reserva, se encuentran protegidas por leyes tanto nacionales como regionales.
Aunque antiguamente se extendían por un terreno mucho más amplio, hoy en día se encuentran acorraladas entre las playas del Inglés y Meloneras.
Las dunas se mueven y necesitan espacio para su regeneración. La construcción masiva de hoteles a ambos lados de las mismas está comprometiendo su existencia. Otra de las muestras de que en el desarrollo turístico de una zona, no vale todo.
Armando nos contaba estas y otras cosas cuando ya la noche caía y un fuerte viento arreciaba.
Al estar alojado en un hotel muy cercano a la zona, me propuse bajar una mañana antes del desayuno a internarme por las dunas. El clima no se alió conmigo y todas las mañanas fueron grises y desapacibles.
Sin embargo, al conocer los campos de dunas de Fuerteventura o Jaisalmer -en India-, os recomiendo que os sentéis en uno de los valles formados dentro de ellos y miréis alrededor. Rodeados de montañas de arena os sentiréis transportados a otro lugar, lejos de la civilización.
Faro de Maspalomas
Aunque no pudimos visitarlo en su interior, este Faro de Maspalomas es un hito en la zona al ser levantado en 1889.
Este centenario faro de 55 metros de altura fue declarado Monumento Histórico en el 2005 y se utiliza ahora como centro cultural. Es el más importante de todas las Islas Canarias.
Pude contemplarlo cada mañana al despertar y asomarme al balcón de mi habitación. Un torreón enorme acompañado de una casa, destinada al farero, de arquitectura canaria.
Y ésto es una muestra minúscula de lo que la isla de Gran Canaria puede ofrecer al turista. Hay un minicontinente en el Atlántico esperando a que lo descubran.
Fantástico post! :)