La razón principal por la que escogimos Jerez de la Frontera como nuestro centro de operaciones para visitar la provincia de Cádiz fue básicamente por el precio del alojamiento. Más tarde encontramos muchísimas más razones para escoger Jerez como nuestro punto inicial de viaje.
Jerez se encuentra a camino entre Sevilla y Cádiz y a unos cuantos kilómetros al oeste de la ciudad nos encontramos con el parque de Doñana y con los pueblos blancos al este.
En julio los precios en la costa y en las grandes capitales se disparan y encontramos una pensión céntrica en Jerez que por 35 euros la doble nos fue de maravilla. Se llama Pensión Las Palomas, se encuentra en la calle Higueras, es austera y sencilla pero limpia y con baño en las habitaciones. Más que suficiente para cubrir nuestras necesidades.
El clima en Jerez me sorprendió. A pesar de superar los 30 grados durante el día, el clima seco evita los continuos sudores del verano e incluso refresca por las noches. En ningún momento echamos de menos el aire acondicionado en la habitación e incluso use la sábana por las noches.
El centro de Jerez de la Frontera
El centro de Jerez puede recorrerse fácilmente a pie y la tranquilidad que respiran sus calles y su gente invita a tomárselo con calma.
El casco antiguo está bien conservado y limpio. Sus callejuelas de tiendas y bares con terrazas confunden a uno aunque la visión de las torres de la catedral y la plaza del Gallo Azul con sus toneles de Tío Pepe en azul ayudan a la orientación.
La catedral bien merece una visita así como otras iglesias de interesante valor cultural que se encuentran por el centro de la ciudad. La iglesia de San Miguel abre de lunes a viernes de 10 a 13 y es el único templo religioso en la provincia de Cádiz declarado patrimonio artístico y el más visitado de la ciudad.
Y, para los amantes del buen comer, el mercado de abastos renovado y con un surtido de mariscos y pescados digno de elogio. Por las mañanas la gente se concentra por la zona del mercado a desayunar churros. Luego los jerezanos desaparecen, las tiendas se cierran hasta pasadas las seis o siete de la tarde donde la vida vuelve a reverberar con la locura de las rebajas y el inmejorable tapeo que ofrecen las múltiples terrazas del centro de Jerez.
Por la noche existen multitud de lugares de los que ya hablamos anteriormente para irse de copas por Jerez.
Visita a las bodegas del tío Pepe en Jerez
Una de las visitas obligadas en tu viaje a Jérez de la Frontera es, sin lugar a dudas, poner los pies y refrescar tus labios en alguna de las múltiples bodegas de vino fino que se encuentran en la ciudad.
Junto con Oporto, Jerez es probablemente uno de los lugares más enfocados al turismo enológico de la península.
Existen más de una docena de bodegas que pueden visitarse alrededor de Jerez con nombres tan antiguos e ilustres como González Byass, Sandeman, Pedro Domecq, Garvey o Harveys.
Nosotros nos decantamos para visitar probablemente las más famosas; las bodegas de González Byass donde acunan el famoso Tío Pepe, otros finos así como manzanillas, olorosos y una extensa variante de vinos desde la mitad del siglo XIX.
Las bodegas se encuentran muy cerca de la catedral de Jerez así que esa misma tarde matamos dos pájaros de un tiro.
La entrada sale por 15 euros con una tapita de jamón con pan o por 10 euros sin la tapita. Nosotros no la incluimos y la verdad es que al verla más tarde nos dimos cuenta que tampoco era tan necesaria.
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El museo transcurre por el interior de las bodegas y existen guías en inglés y español que se realizan aproximadamente cada hora. Los guías van incluidos en el precio de la entrada.
El recinto es enorme y muy bien conservado. Tiene extensos jardines y viñedos en su interior. Al llegar la guía de turno, te meten en un trenecillo que os dará una vuelta por el recinto y os contarán la historia de cómo Manuel María González Angel adquirió una pequeña bodega allá por el 1835 y la convirtió en el mayor exportador de vino fino del planeta.
La visita es agradable y es curioso observar las firmas de insignes turistas que han dejado su firma en antiguos toneles de vino. La lista es extensa: Steven Spielberg, Picasso, Serrat, Margaret Tatcher, Orson Wells y un largo etcétera.
Al final de la visita os ofrecen un par de vinos de degustación y la famosa tapa a aquellos que la hayan pagado con su entrada. Finalmente, llega la inevitable visita a la tienda Tío Pepe donde se orquestra todo el aparato de marketing de los famosos vinos.
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Muy recomendable.
Grande artículo y como Jerezano, gracias por difundir a Jerez y de una manera tan agradable. Nosotros lo hacemos llevando a Jerez a la pantalla pues no tenemos aún mucho don de palabra. Saludos
Pues si! disfrute un monton de tu tierra jerezana! A ver si alun dia me dejo caer en fiestas, seguro que es la bomba!
Qué guay!! Es raro que los blogs de viaje le dediquen un espacio a Jerez y mucho menos que acierten en lo que cuentan… nunca había caído en lo de las terracitas, jeje, sí, puede ser que haya un montón!! Ahora sólo te falta pasarte por la feria de mayo o antes de Navidad para poder ir a una zambomba! :)