En el barrio de la Ribera, entre callejuelas y terrazas que apenas dejan lucir como es debido su preciosa fachada se levanta la Basílica de Santa María del Mar.
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Ya a principios del siglo IV se levantó bajo los cimientos de la actual iglesia de Santa María del Mar una necrópolis cristiana para guardar los restos de Santa Eulàlia, antigua patrona de la ciudad. Esta chica de apenas trece años parecía tener agallas y un buen día se plantó frente al gobernador romano con el objetivo de calmar su ira contra el incipiente grupo de cristianos que empezaba a extenderse intramuros por la entonces Barcino. El castigo por semejante osadía según la leyenda fue verdaderamente despiadado y aparte de ganarse el título de patrona de la ciudad también se llevó el nombre de la calle Baixada de Santa Eulàlia en el Gótico, recordando cómo los romanos la metieron en un barril repleto de cristales rotos y la lanzaron vía abajo por ese mismo lugar.
De todos es sabido que Santa Merçè es la patrona de Barcelona pero no siempre ha sido así. Santa Eulália, la gran olvidada fue la patrona de la ciudad desde la época romana en que los cristianos eran perseguidos hasta el siglo XVIII cuando una plaga de langostas asoló las tierras y los locales se encomendaron a Santa Merçè y milagrosamente la plaga remitió.
Sobre la antigua necrópolis que protegía el cuerpo enterrado de Santa Eulàlia con el tiempo se ampliaron las estructuras y a mediados del siglo VII el santo lugar pasó a ser conocido como la capilla de Santa María de las Arenas.
La proximidad del puerto hizo del actual barrio de la Ribera una zona rica donde habitaban comerciantes, mercaderes y marineros. Los vecinos reclamaron la construcción de una iglesia en condiciones y tras la aprobación del rey -y sólo aprobación pues la iglesia se sufragó con el dinero y el esfuerzo de los vecinos de la Ribera y del puerto- se empezaron a extraer y transportar la piedra de la montaña de Montjuic que daría paso a la Basílica de Santa María del Mar que conocemos hoy en día.
El templo fue finalmente terminado en 1384 bajo las órdenes de Berenguer de Montagut y Ramón Despuig constituyendo uno de los mejores ejemplos del gótico catalán del siglo XIV.
Puede que el exterior, de carácter austero y recio, no os sorprenda demasiado. Sin embargo, el interior de Santa María del Mar no deja a nadie indiferente y personalmente es mi preferida entre todas las iglesias de la ciudad, catedral incluida.
16 columnas octogonales nos acercan hasta el altar, un enorme y precioso rosetón preside el interior captando la abundante luz que juega con los múltiples vitrales apostados en ambos lados. La luz se filtra por todos los costados del templo y uno se sorprende de semejante iluminación en un entorno urbano que aparentemente desde el exterior parece tan compacto.
Durante la Guerra Civil Española, la Basílica de Santa María del Mar se vio envuelta en llamas que no se apagarían hasta pasados once días. El resultado no pudo ser más trágico con el gran altar barroco completamente en cenizas así como varias imágenes y archivos que nadie volvería a ver.
Justo al lado de Santa María del Mar se levanta la plaza del Fossar de les Moreres -el Foso de las Moreras- sobre una antigua fosa común rememorando a los caídos de la ciudad de Barcelona durante el asedio de tres meses que dio fin a la Guerra de Sucesión Española en 1714. Sin embargo, el foso ya pertenecía a la Basílica de Santa María del Mar desde el siglo XII como cementerio para sus feligreses.
Como anécdota curiosa cabe comentar que el terreno originalmente era propiedad de un rico mercader de la época quien lo donó a la iglesia a condición de que se enterrara al menos a algún feligrés en un tiempo no superior a los 15 días. Lo que nunca llegó a saber el mercader es que el primer cuerpo que enterraron en el flamante cementerio fuera el suyo propio.
Visitas sin guía a la Basílica de Santa María del Mar y a la cripta de 13:00 a 17:00.
Visitas con guía a la Basílica, cripta y terrazas de 11:00 a 19:00.
Precios:
La visita libre es gratuita.
Los precios de las visitas guiadas así como el acceso a las terrazas puede consultarse en la web Itineraplus.
Cómo llegar:
Tenemos la línea amarilla L4 con la cercana parada de Jaume I o la Barceloneta así como algunos autobuses urbanos 17, 19, 40 y 45.
Si usáis el Bus Turístico la parada más cercana es la de Pla de Palau.
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Ubicación:
Dirección: Plaza Santa María, 1
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Una basílica espectacular, como dice cau dejarte callejear y llegar y entrar a la basílica os enamorara.
Uno de mis puntos favoritos de Barcelona, me gusta el callejeo para llegar hasta ella y entrar, y, aunque siempre está atestada de turistas, es tan bonita y tiene tantos detalles que vale la pena sufrir un rato a cambio de la recompensa!