Cuando uno viaja por África cargando la mochila al hombro y con un presupuesto bastante limitado, ya sabe que le espera un reto importante y las comodidades han quedado definitivamente atrás hasta que regrese a su país de origen. Pues bien, Etiopía no es ninguna excepción a esta regla, sino, más bien, todo lo contrario.
Moverse por Etiopía exige grandes dosis de paciencia y resistencia. Aquí os dejo algo de información, dedicando un apartado especial a Addis Abeba, la capital.
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¿Cómo llegar a Etiopía?
La mejor forma de llegar a Etiopía desde España es volando con Ethiopian Airlines. La compañía de bandera etíope es considerada la mejor de África y posee una moderna flota de la americana Boeing. El sistema de entretenimiento a bordo dejó un poco que desear pero sus pilotos tienen gran experiencia, su personal de a bordo es muy amable y el precio es casi imbatible.
El billete de ida y vuelta desde Madrid sale por unos 500 euros.
Transporte en Addis Abeba
La capital es un caos absoluto, como suele ocurrir en las grandes ciudades africanas. Hasta que se inaugure el nuevo tranvía de superficie (supuestamente, dentro de tan sólo unos meses) la mejor forma de moverse por Addis será en las furgonetas que recorren toda la ciudad. Sólo salen cuando están completamente llenas -y aplican a rajatabla aquello de “donde caben dos caben tres”- pero ofrecen un servicio realmente fluido.
Para saber cuál coger hay que estar atentos porque el billetero va asomado por la puerta gritando las paradas.Los precios oscilan entre los 2 y 10 ETB, dependiendo de la duración del recorrido. Nunca os intentarán timar.
Como segunda mejor opción tenéis un rango amplio de autobuses de distintos tamaños. Se suelen llenar hasta los topes y dicen que hay riesgo de que los hábiles carteristas os quiten algo. Yo los cogí y no tuve ningún problema. El precio es algo inferior al de las furgonetas.
Finalmente, quedan los tuk-tuks, sólo recomendables para distancias cortas (10-70 ETB) y los taxis de contrato. Hay que tener cuidado con estos últimos porque siempre intentan timar al faranji (hombre blanco). Los precios suelen oscilar entre 100-500 ETB, pero es mejor que preguntéis a algún local cuánto puede costar un servicio para que sepáis si os intentan engañar.
Autobuses
Si no tienes un presupuesto holgado, bienvenido al maravilloso mundo del autobús en Etiopía.
Al ser un país notablemente montañoso y no tener demasiadas carreteras de calidad, tardan muchas horas en cubrir distancias relativamente cortas.
Hay, principalmente, dos tipos de buses en el país: los buenos y los públicos. Los primeros son muy parecidos a los que encontramos en las carreteras españolas. Son los de las compañías Sky, Selam y Limalimo. Los precios suelen ser aproximadamente el doble de los servicios públicos, pero os aconsejo pagar la diferencia (no suele ser más de 10 euros) y tendréis un viaje sensiblemente más corto y llevadero.
Los buses públicos son otra historia. No tienen horarios reales y salen sólo cuando están llenos hasta los topes. Su lentitud es exasperante y se pueden averiar en cualquier momento. Para trayectos de unos 400 kilómetros pueden tardar 14 horas (9 en los buenos, tampoco os creáis).
Vuelos internos
Si habéis llegado al país con Ethiopian Airlines quizá contempléis la opción de volar internamente. La aerolínea etíope hace un descuento de un 50% a estos clientes. Para lugares como Lalibella (tardas una eternidad en llegar casi desde cualquier punto) es una opción más que aconsejable.
Furgonetas y otros
También las omnipresentes furgonetas (minibus) conectan multitud de pueblos y ciudades de todo el país. Suelen ser una opción más rápida y cuestan más o menos lo mismo que los autobuses. Lo único es que ofrecen menor seguridad. Las carreteras etíopes son abordadas sin descanso por vacas, cabras, burros, caballos y personas. Ninguno de ellos parece apreciar su vida. Nadie mira y apenas se apartan, con cierta desidia, cuando oyen el pito del vehículo que se acerca. Nunca olvidaré el viaje suicida que sufrí una noche sin luna yendo de Gondar a Addis. Juré que jamás volvería a viajar de noche por las carreteras de Etiopía. Una locura que sobrellevé mejor por la fenomenal gente que tuve como compañeros de viaje.
Como productos descatalogados quedan otras formas de transporte que también probé durante mi periplo: la caja de un camión, la parte de atrás de una pick-up, a lomos de un burro o en una carreta tirada por caballos. Fueron todas experiencias únicas.
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Es duro viajar así por un país que se encuentra al final de su temporada seca y donde el calor aprieta sin piedad durante el día, a unos 2500 metros sobre el nivel del mar. Pero lo bueno que tiene es que la gente es excepcional y harán tu viaje mucho más agradable. Fueron varias las veces que me invitaron a cenar, comer o una bebida en alguna de las muchas paradas de los largos trayectos.
Realmente, viajar por tierra en Etiopía es una manera de profundizar en su cultura y forma de vida. Un reto duro que te recompensa de la mejor manera posible.
Aquí os dejo alguno de los trayectos que hice:
Addis-Bahir Dar: 11 horas. Selam Bus (335 ETB).
Bahir Dar-Górgora: crucé el lago Tana en un ferry que se caía a pedazos. Tarda día y medio y cuesta 275 ETB (40-60 a los locales), pero es una experiencia irrepetible que te recomiendo.
Górgora-Gondar: 3,5 horas. Bus público. 35 ETB.
Gondar-Debark (Simien Mountain): 1,5 horas. 50 ETB.
Gondar-Addis: 13 horas en furgoneta. 500 ETB.
Addis-Awassa: 5,5 horas en furgoneta. 150 ETB.
Addis- Shashemene: 5 horas en furgoneta. 140 ETB.
Shashemene-Dodola: 1 hora en furgoneta. 30 ETB.
Addis-Harar: 9-10 horas en Selam Bus (313 ETB), 14 horas en bus público (160 ETB).