Situada en el Suroeste de Colombia, San Agustín es famosa por ser una de las bases que se utilizan para visitar el gran número de esculturas precolombinas que hay en los valles de la zona.
Es una localidad bastante pequeña que no pasa de los 30.000 habitantes, con una temperatura bastante agradable durante todo el año -alrededor de unos 20 grados de media- y que vive, sobre todo, de los ingresos por turismo ecológico y arqueológico y del cultivo y el trabajo de sus verdes tierras.
La gente es excepcionalmente amable -como suele ocurrir en todo el país- y podréis encontrar bastantes consejos sobre el Parque Arqueológico de San Agustín y el resto de opciones turísticas manteniendo conversaciones con los locales sin necesidad de ir de cabeza a las agencias de turismo que pueblan las calles adyacentes a la plaza del pueblo. Una vez os hayáis hecho una idea general de la zona, las opciones y lo que queréis hacer, ya estaréis listos para ir tanteando precios de las agencias.
En cuanto al alojamiento, aunque creo que existe en la zona algún pequeño hotel, yo me alojé en una casa familiar. No es que la viera en ninguna guía ni fuera con referencias de otra persona, sino que al bajar de la furgoneta destartalada que nos trajo desde Popayán dando botes por más de 7 horas, el hombre que nos recogió en el cruce de carreteras para llevarnos a San Agustín nos comentó la opción. Iba con una pareja de ingleses que tampoco tenían muchas ganas de ir dando tumbos por el pueblo buscando alojamiento -además llovía- así que aceptamos y fuimos a parar a la casa de Luis.
Luis es un padre de familia y vive en su casa con su mujer, su hija y la abuela. Las habitaciones están muy nuevas y bien cuidadas y el precio -flexible, por lo que pude comprobar después- es muy aceptable para temporada media, 14.000 pesos la noche. Aunque había pagado menos en algunos lugares, aquí tenía televisión y baño privado y la verdad es que la familia es muy buena gente, así que decidí pasar allí el par de noches que me quedé en el lugar.
Los ingresos de este tipo son importantes para muchas familias de la zona, así que os aconsejaría que os alojaráis de este modo antes que hacerlo en hoteles más establecidos. Pensad que así podréis ayudar a estas gentes y además os llevaréis un trato exquisito y buenas conversaciones sobre los lugares que os encontréis y sus gentes.
Para visitar los alrededores del pueblo podéis optar por hacerlo a pie, a caballo o en jeep. Para éstos dos últimos podéis informaros de precios y demás -como os he comentado- en las oficinas de turismo, aunque normalmente las familias que alojan a los turistas suelen trabajar con determinados guías y os comentarán sobre la posibilidad de hacerlo con ellos.
Mucha gente va a San Agustín a relajarse porque no sólo está el tema arqueológico sino que está situado en una bella zona que permite tomártelo con tranquilidad y disfrutar de la naturaleza y las gentes.
Me quedé allí un par de noches y durante la tercera viajé en bus hacia Bogotá. Os comento en el próximo sobre la vivaz capital del país.