Aunque la ciudad de Valencia es uno de los destinos turísticos más visitados del Levante español, lo cierto es que la provincia esconde un buen número de pueblos con encanto que merece la pena conocer. A pesar de la fama de las playas valencianas, la mayoría de estos pueblos se encuentran en el interior de la provincia, donde las arenas doradas y las tranquilas aguas del Mediterráneo dejan su lugar a agrestes paisajes de rugosas montañas, bosques de pinos y encinas, juguetones ríos y vastos valles jalonados de campos de cultivo. Los pueblos más bonitos de Valencia guardan auténticas joyas patrimoniales y naturales que merecen la pena ser descubiertas.
Para que lo puedas hacer, te dejamos esta subjetiva lista de los pueblos más bonitos de Valencia:
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Índice de contenidos
1. Chelva
Chelva es uno de los pueblos más bonitos de Valencia, tanto por legado patrimonial como por su entorno paisajístico. Lo descubrí por casualidad, cuando estaba leyendo sobre la comarca de los Serranos – de la cual Chelva es capital – y presentaban al pueblo como una joya imprescindible en la Comunidad Valenciana. No lo pensé dos veces y lo visité al día siguiente.
De Chelva me sorprendió todo. Cuando accedes al pueblo lo haces por calles como las de cualquier otro pueblo de España, disimulando a la perfección la belleza que te espera al llegar al casco histórico, el cual sigue manteniendo la huella de árabes, judíos y cristianos, quienes convivieron en paz y armonía hasta el siglo XVII. Los barrios árabe y judío siguen poseyendo sus propios nombres – Benacacira y Azoque, respectivamente – y conservando su antiguo trazado característico.
En ambos encuentras callejuelas estrechas y laberínticas, a las que se asoman casas bajas de fachadas encaladas, pero en el Azoque hay menos arcos que en Benacacira, y más pequeñas plazas escondidas. Caminar por ambos es como haberte metido en una máquina del tiempo. Hoy en día, alguna iglesia, como la bella ermita de Santa Cruz está construida sobre los restos de antiguas mezquitas (en el caso de la de Santa Cruz, fue erigida sobre la mezquita de Benaeça, considerada la más antigua de la Comunidad Valenciana).
Y si la belleza arquitectónica de Chelva impresiona, no se queda atrás su entorno rural. La mejor manera de conocerlo es recorriendo la Ruta del Agua, un sencillo circuito circular que parte del mismo centro del pueblo y recorre los campos de cultivo, así como riachuelos y decenas de fuentes, parches boscosos, antiguos molinos, túneles y espectaculares miradores. Es apta para toda la familia y algo imprescindible que hacer en Chelva.
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Sagunto no es solo uno de los pueblos más bonitos de Valencia, sino también uno de los que mayor importancia histórica ha tenido a lo largo de los siglos. Ese protagonismo comenzó bien pronto, cuando muchas otras poblaciones de la zona aún no habían aparecido en el mapa e Iberia estaba bajo el dominio de los bravos y fuertes íberos. Fueron estos, cuando la ciudad aún se llamaba Arse, los que comenzaron su comercio con los romanos, llegando a convertirse en Saguntum y pasando a ser uno de los puertos comerciales más importantes de esta parte del Mediterráneo.
Conocedor de tal importancia, el genial general cartaginés, Aníbal Barca, asedió Sagunto y la conquistó, encendiendo la llama de la Segunda Guerra Púnica entre cartagineses y romanos. De aquella Sagunto de tiempos romanos quedan preciosas muestras, como el teatro de Sagunto – una de las ruinas romanas más importantes de España – y el templo de Diana.
Además, también merece la pena visitar otros monumentos de Sagunto, como el castillo, la iglesia de El Salvador, la ermita de la Sang y la alquería fortificada del Agua Fresca. Hablando de agua fresca, si te apetece un baño en las aguas del Mediterráneo, solo tendrás que conducir unos 10 minutos para llegar a las magníficas playas de Puerto de Sagunto.
3. Xàtiva
Es imposible concebir la historia de Xàtiva sin relacionarla con una de las familias más poderosas de la historia de España: los Borgia (o los Borja, según la fuente que consultes).
Y es que, independientemente de la opinión que uno – o la Historia – pueda tener sobre esta polémica saga, lo cierto es que contribuyeron de una manera esencial a la grandeza de Xàtiva. De entre todos los monumentos del lugar destacan la impresionante colegiata de Santa María, conocida con el nombre de La Seu, y el castillo, que domina el pueblo desde lo alto del cerro de Vernissa. Desde sus almenas se vigilaban los valles y montañas de los alrededores en los tiempos de las guerras entre árabes y cristianos. Unos valles y montañas que conforman un entorno rural que también merece la pena explorar.
Pero de vuelta a la urbe, no debes dejar de hacer la Ruta de las Fuentes, que recorre una decena de bellas fuentes – de todos los estilos arquitectónicos – que fueron erigidas en un lugar que llegó a disputar el título de ciudad más importante del Reino de Valencia a la mismísimas Valencia entre los siglos XIII y XVIII.
En el casco antiguo de Xàtiva también destacan la Plaza de la Trinitat, el Hospital Reial y otras casonas nobles de la época en la que los Borgia llegaron a tener incluso un Papa en Roma (Alejandro VI).
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4. Chulilla
Al doblar un recodo de la carretera, de repente aparece la silueta, recortada contra montañas, bosques y campos de cultivo, de uno de los pueblos más bonitos de Valencia. Se trata de Chulilla, cuyo nombre bien puede hacer pensar que la población se sabe muy bonita.
El paisaje que rodea a Chulilla es muy parecido al que encontrarás en Chelva, pues también se encuentra en la comarca de Los Serranos. En el pueblo en sí, encontrarás monumentos como el castillo de Chulilla – construido por los musulmanes en el siglo XII -, la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles (del siglo XVII y con una impresionante torre campanario) y la ermita de San Josepe.
Sin embargo, si visitas Chulilla no puedes dejar de explorar su espectacular entorno rural. Una de las mejores formas de hacerlo es siguiendo la Ruta de los Calderones, en la que pasarás por impresionantes puentes colgantes para cruzar los desfiladeros del cañón del río Turia. Si lo haces cuando ya aprieta el calorcito mediterráneo, podrás darte un refrescante baño en piscinas naturales como el Charco Azul o el Remanso de las Mulas.
5. Ayora
Si eres un amante de la historia, seguro que compartirás mi decisión de incluir a Ayora en este listado de pueblos más bonitos de Valencia. Y es que a tan solo 20 km del casco urbano de Ayora, se encuentran los restos del poblado íbero de Castellar de Meca. Se trata de uno de los yacimientos arqueológicos de la Edad del Bronce más completos y espectaculares que se han descubierto en España. La ciudad fue tallada en la roca alrededor del siglo VIII a. de C. y de ella aún se puede apreciar su complejo sistema de recolección de agua a través de pequeños canales, parte de las murallas defensivas y algunas de sus casas excavadas en la piedra. Una auténtica joya que viene acompañada de las primeras pinturas rupestres de la Comunidad Valenciana, que se hallan en la zona de la Tortosilla.
Ya en las calles de Ayora, resaltan la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (siglos XVI-XVII), la iglesia de Santa María la Mayor y el castillo de Ayora, de la época de la Reconquista. También puedes realizar la ruta de las ermitas, que une 6 de ellas o recorrer el Paraje Natural de la Hunde, donde podrás ascender a la cima el Pico Palomea y admirar el paisaje mediterráneo desde sus 1.258 msnm.
6. Bocairent
Al sur de la provincia de Valencia, Bocairent se abre al bello valle de Albaida, en plena sierra de Mariola. Las bonitas casas de Bocairent se encaraman a la ladera de una colina, de forma escalonada y con un desorden absoluto, pareciendo que obedecieran a una señal de sálvese quien pueda en el afán de evitar caer rodando por el terraplén que conduce al fondo de un verde barranco.
Tal desorden genera una belleza inusitada, que ha llevado a la población a ser declarada conjunto histórico-artístico y ser considerada como uno de los pueblos más bonitos de Valencia. En él encontrarás lugares como les Covetes del Moros, el Nevero, la Plaza de Toros, diversas fuentes, la iglesia parroquial y antiguos puentes tendidos sobre barrancos. Además, también posee interesantes museos, como el de Antonio Ferri, el Museo de Oficios y Costumbres y el Museo Festero.
En cuanto a sus atractivos naturales, el Parque Natural de la Sierra de Mariola, que se extiende por las provincias de Valencia y Alicante, es uno de los parajes naturales más espléndidos de la Comunidad Valenciana.
7. Requena
No hay duda de que Requena es uno de los pueblos más bonitos de Valencia. Se trata de una población del interior valenciano en la que varias civilizaciones han dejado huellas de su paso. Muestra de ello es la antigua alcazaba – cuyos restos aún se pueden apreciar en la parte alta de la villa -, la fortaleza mudéjar del siglo XII, la iglesia del Salvador (construida en un hermoso estilo gótico isabelino en el siglo XVIII), la iglesia de San Nicolás (XIII) y sus múltiples casas señoriales y antiguos palacio, como el Palacio del Cid, que se erige como uno de los monumentos más emblemáticos de Requena.
8. Ademuz
Situado en el norte de la provincia de Valencia, Ademuz es la capital de la comarca de Rincón de Ademuz, que linda con los territorios de Castilla La Mancha y Aragón. El pueblo se halla parapetado junto a los pliegues y estribaciones de la sierra de Javalambre, una de las más bellas y desconocidas de España. Ademuz se halla escoltado por las cimas de El Pinar y Los Molares, desparramándose por la ladera del cerro de los Zafranares y refrescándose por las aguas de los ríos Turia y Bohílgues.
El aire que se respira en este pueblo es limpio y fresco gracias a las extensas masas de pinos que lo rodean. Pasear por este auténtico vergel y disfrutar de la flora y fauna que lo componen es una de las mejores cosas que hacer en uno de los pueblos más bonitos de Valencia.
Ya en el centro histórico de Ademuz, el castillo, la muralla, el Molino de la Villa, la Fuente Vieja y varias iglesias – como las de la Inmaculada Concepción y la de Santa Bárbara – y ermitas – como las de San Joaquín y San Miguel Arcángel -, forman parte de su innegable atractivo monumental.
9. Buñol
No sé si Buñol debería ser considerado como uno de los pueblos más bonitos de Valencia, pero, claramente, sí es uno de los que gozan de mayor fama internacional. La «culpable» de ello es la conocidísima Tomatina de Buñol. Ese día en el que decenas de miles de personas procedentes de todos los rincones del planeta se lanzan a vivir una batalla sin cuartel a tomatazo limpio.
Sin embargo, no es ese su único atractivo. Buñol fue, durante siglos, un importante puesto fronterizo entre las coronas de Castilla y Valencia, poseyendo un buen número de monumentos que dan fe de aquella época floreciente. Para conocerlos, recorre su Plaza de Armas, el castillo y lugares como la iglesia de San Pedro Apóstol, la ermita de San Luis Beltrán o sus numerosas ventas del siglo XVII.
En cuanto a su entorno natural, destacan los montes de las sierras de Malacara y La Cabrera.
10. Jarafuel
Situado en el valle de Ayora, Jarafuel me pareció digno de ser incluido en el grupo de pueblos más bonitos de Valencia debido al encantador ambiente que se respira en sus tranquilas calles empinadas, a las que se asoman cuidadas casas bajas de fachadas blancas y adornadas con plantas y flores por doquier.
Alrededor del pueblo puedes realizar un sinfín de actividades en la naturaleza, como senderismo, cicloturismo y paseos a caballo por lugares tan hermosos como los senderos que horadan las sierras del Boquerón, Palomera y Sierrecilla, el Macizo de Caroche y el arroyo de Ayora.
En definitiva, el lugar perfecto para un retiro romántico cerca de la naturaleza.