Dicen de Islandia que es la isla del fuego y el hielo. Y, tras haber trabajado de guía en esas tierras durante un par de meses, puedo corroborar que es cierto. El hielo lo puedes ver en distintos puntos de la isla, sobre todo en su parte sureste, donde la inmensidad del glaciar Vatnajökull – el más grande de Europa y uno de los más grandes del mundo – se desparrama en multitud de lenguas de hielo que, a su vez, generan espectaculares lagos glaciares (como el de Jökulsárlón). Sin embargo, aún más presente en la isla está el fuego, con sus centenares de volcanes que amenazan con romper la estabilidad de una isla que juega en el límite del filo entre las placas tectónicas de Norteamérica y Eurasia. Una prueba de ello, es el volcán Geldingaladur, también conocido con el nombre del Fagradalsfjall.
Se trata de un volcán fisural – el típico volcán cónico que todos tenemos en mente cuando pensamos en uno es del tipo de los estratovolcanes -, lo cual quiere decir que la lava va emergiendo por distintas partes de una alargada y extensa fisura que se abre en la tierra.
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En constante erupción desde marzo
El 19 de marzo de 2021, la noche se tiñó de tonos rojizos y anaranjados, cuando la lava comenzó a surgir a borbotones de uno de los cráteres de la montaña Fagradalsfjall.
El río de lava comenzó a inundar el contiguo valle de Geldingadalur, creando una inmensa lengua de fuego que hoy en día se puede contemplar en avanzado estado de solidificación.
Y es que ya son casi 6 largos meses los que este volcán lleva dando guerra y expulsando lava. No lo hace de manera constante, sino en ciclos de días – o incluso horas – que hace que el viajero tenga la posibilidad de admirar este maravilloso espectáculo de la naturaleza cuando menos se lo espera. O no. Porque hay una cámara instalada en un mirador situado justo frente al volcán, a cierta distancia, pero con una capacidad de aumento de la imagen que hace que se pueda ver bien claro si el Fagradalsfjall está despierto o no. Las imágenes son retransmitidas, en abierto, por un canal de Youtube.
Aquí os dejo el streaming en directo:
Eso sí, debes tener claro que aunque en las cámaras se muestre el fluir de lava, quizás para cuando llegues al lugar, eso se haya acabado. Así de repentinos son los cambios de humor del volcán en Geldingadalur.
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Un volcán efusivo con la lava más antigua de los últimos milenios
La fisura que recorre el valle de Geldingadalur está liberando lava de manera efusiva y no explosiva. Esto quiere decir que no hay explosiones violentas que lancen pedazos de escoria y magma a varios kilómetros de altura, sino que la lava fluye de una manera suave y bella, arrastrándose por el valle con bastante parsimonia y tiñéndolo de colores imposibles.
Además, esta lava tiene unos 7.000 años de antigüedad, siendo la decana de las lavas que han emergido a la superficie islandesa durante las erupciones volcánicas de los últimos siglos. El magma llevaba milenios acumulándose bajo el manto terrestre del valle de Geldingadalur y de la península de Reykjanes, y ahora ha encontrado la manera de relajar su presión.
Lo normal es que cuando acabe esta erupción, la zona vuelva a estar en completa tranquilidad durante siglos o milenios.
Un volcán muy accesible
Otra de las principales diferencias con las erupciones volcánicas ocurridas en Islandia durante los últimos años (el último volcán en estallar, antes del actual, fue el Holuhraun en 2014) es que este es muy accesible.
La montaña de Fagradalsfjall se encuentra a tan solo 50-55 minutos en coche del centro de Reikiavik. La consecuencia inmediata de este hecho, unido a la escasa peligrosidad del tipo de erupción, es que el volcán se haya convertido en uno de los hitos turísticos islandeses de este 2021.
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Se puede acceder a las coladas de lava siguiendo la carretera principal y caminando unos 10-15 minutos desde el aparcamiento más cercano. Un auténtico privilegio para los visitantes, si tenemos en cuenta que los últimos volcanes que entraron en erupción lo hicieron en las inaccesibles highlands islandesas.
El trekking a los miradores al Geldingadalur
Durante estos dos meses, he accedido en 3 ocasiones a los distintos miradores orientados hacia el cráter principal de la fisura del valle Geldingadalur. En cada una tuve una suerte muy dispar.
Aunque se puede hacer por vuestra cuenta, nunca está demás ir acompañado de un guía especializado que, además, te llevará desde Reikiavik al lugar.
La primera vez no vi nada de lava fluyendo, pero sí me impresionó la vista aérea de la inmensa colada que a punto estuvo de alcanzar la carretera (se han levantado diques de tierra para evitar que eso ocurra). Aún humeaba, y presentaba diversos tonos amarillos, grises, negros, blancos y rojizos.
La segunda vez tuve la suerte de ser testigo de un par de explosiones del volcán, que lanzó lava a no demasiada altura, pero que significó un espectáculo increíble a mis inexpertos ojos. En este caso, sí que pude contemplar algún río de lava, aunque fuera lejano, fluyendo por la parte derecha del cráter.
En cuanto a la tercera ocasión, salió un día horrible de viento y lluvia que nos obligó a abortar la misión al poco de llegar a la colada. El fortísimo viento hizo imposible la ascensión a las antenas (allí es donde se encuentra la cámara que muestra las imágenes en directo del canal de Youtube que he incrustado en este artículo) y hubo poco que ver. Además, el volcán se encontraba dormido.
Para acceder al valle de Geldingadalur puedes conducir desde Reikiavik (o, mejor aún, desde el aeropuerto de Keflavik) y dejar el coche en uno de los aparcamientos de acceso al valle. Hay varios y cada uno te sirve para acceder a una de las rutas que rodean el valle. Eso sí, son aparcamientos de pago. Por la furgoneta de 9 plazas pago 1.000 ISK por 24 horas de aparcamiento (es el período mínimo). Yo lo hago a través de la aplicación Parka, que es muy cómoda, permitiendo pagar en algunos parkings más del país. No te olvides de abonar tu tarifa, pues las multas por no hacerlo son cuantiosas y las matrículas están todas registradas con cámaras de vigilancia.
Tras dejar el coche y pagar el parking, llega el momento de ponerse a caminar.
Aunque la senda más frecuentada es la «C», que lleva a las antenas de comunicación, conviene comprobar cuáles están operativas antes de emprender el viaje, pues eso va variando según la actividad del volcán.
Desde el aparcamiento más utilizado para la ruta «C» parte un sendero de tierra que zigzaguea algo antes de dejarte, tras 10-15 minutos de caminata, frente a la parte frontal de la colada principal.
No cometas el error de subirte a ella, pues aún está humeante y bajo ella sigue fluyendo el magma hirviendo. Un paso en falso y puedes lamentarlo muchísimo.
Una senda va rodeando la lengua de lava solidificada por su parte derecha, bifurcándose, también, para comenzar a ganar altura hacia el puesto de observación de las antenas de comunicación.
En los días de niebla (que son muchos), apenas se ve nada desde ese punto, por lo que se puede seguir la senda y descender la ladera, antes de subir otra pequeña colina desde cuya cima se puede admirar (ya sin niebla) la colada expulsada hacia el lado derecho. Durante las últimas semanas, esta es la parte en la que más lava se ha podido observar, ya que está fluyendo hacia ese lado.
Sin embargo, esto puede cambiar de la noche a la mañana y, de hecho, los últimos días ha vuelto a vertir lava hacia la colada principal.
El terreno es irregular, formado por tierra y pedazos de roca volcánica. Además, hay unas cuantas buenas pendientes, siendo aconsejable el uso de los bastones de trekking.
El paseo de ida y vuelta desde el aparcamiento hasta las antenas puede llevar unas 3 horas, mientras que la cosa se va a 5 horas si visitas la segunda colina de observación.
Lo puede realizar cualquier persona que se halle medio en forma, pero debes tener cuidado con el tiempo y respetar las fuerzas de la naturaleza, que en Islandia parecen intensificadas por la voluntad de Odín y el resto de dioses.
Cuándo visitar el volcán Geldingadalur
Nadie, ni los expertos vulcanólogos, sabe cuánto tiempo más va a durar el espectáculo del volcán de Geldingadalur, así que si viajas a Islandia por estas fechas, visitarlo es algo que, sí o sí, debes hacer.
Sin embargo, la mejor manera de afinar el tiro en cuanto a la actividad que puedas ver es observando las cámaras de vigilancia. Así podrás saber si está lanzando lava o no. Como ya he comentado, puede que en la hora o dos horas que puedas tardar en llegar al mirador, el volcán haya dejado de tirar lava, pero lo normal es que lo cojas a tiempo.
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Si te vas a pasar por allí, ¡te deseo mucha suerte!