Antes de pasar todo el verano en Islandia, me habían dicho que a esta isla la llamaban la del hielo y el fuego. Sin embargo, tras mi experiencia, creo que sería más justo el apelativo de la «Isla de las Cascadas». Y es que en Islandia hay cascadas por doquier. Además, cada una es de su padre y de su madre. Unas más altas, otras más bajas; unas con gran caudal potente, otras con menos agua; unas en medio de la nada, otras al lado de la carretera… Y así podría seguir durante unas líneas más. En este caso, te llevo a visitar la cascada de Hengifoss, la tercera más alta de Islandia – con sus 128 metros – y a la que le confiere una belleza especial unas vetas de roca roja que se mezclan con el color oscuro del basalto, creando un juego visual espectacular.
Además, también el sendero que lleva a Hengifoss – aunque empinado como él solo – merece mucho la pena, encontrando otra cascada menor a mitad del mismo y regalando unas vistas impresionantes del valle y el lago Lagarfljót.
Un lugar de gran belleza si tu viaje por Islandia incluye zonas del noreste del país.
Cómo llegar a Hengifoss
Hengifoss se halla junto al lago Lagarfljót y frente al bosque Hallormsstaðarskógur.
Para llegar a ella tendrás que contar con coche propio, pero es muy sencillo, pues se encuentra junto a la carretera.
Desde la ciudad de Egilsstaðir – la principal ciudad del este de Islandia ubicada por la autopista 1 – hay dos rutas a Hengifoss. Puediendo conducir por el lado oeste o el lado este del lago Lagarfljot. La distancia es la misma, unos 35 km.
La diferencia estriba en que si eliges el lado oeste, conducirás sobre un pequeño tramo de grava (pero bonito, y rodeado de bosque). Encontrarás el cruce con la famosa Ring Road (carretera 1) en la colina junto al puente de madera cerca del aeropuerto de Egilsstaðir. Está marcada como Ruta 931 con señales que apuntan a Fljótsdalur y Skriðuklaustur.
La ruta en el lado este del lago es más popular pasando el hermoso bosque de Hallormsstaður y con una gran vista panorámica del monte Snæfell, que se encuentra dentro del Parque Nacional Vatnajökull. Desde el cruce de la autopista 1 y la ruta 92 en la ciudad de Egilsstaðir, debes seguir la carretera 1 hacia el sur durante 11 km, luego continúas recto por la carretera hasta que se convierta en la ruta 931. Ya cerca de la cascada de Hengifoss, cruzarás un bonito puente sobre el lago.
Desde el parking de Hengifoss hay solo 5 km hasta el centro de visitantes del Parque Nacional Vatnajökull en Skriðuklaustur. Merece la pena visitarlo, pues posee un interesante centro cultural, baños, mesa de picnic y una cafetería con bonitas vistas.
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Trekking a la cascada de Hengifoss
Desde el aparcamiento, verás unas escaleras pasando por una puerta. Ahí comienza la ascensión a Hengifoss.
Luego hay una senda de grava en buen estado, que se prolonga por unos 2 km., moderadamente empinado, pero no muy difícil. A mitad de camino, a unos 1,2 km del aparcamiento, te encontrarás con la cascada de Litlanesfoss, con sus hermosas columnas de basalto oscuro. Hay senderos hacia el cañón debajo de la cascada, pero son empinados y tienen piedra suelta, por lo que es mejor que tengas mucho cuidado si decides bajarlos. En todo el camino hay que tener en cuenta que acercarse mucho al cañón es arriesgado por el peligro de caída. Así que tenlo en cuenta, especialmente si vas acompañado de niños.
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Continuando con la caminata, llegarás a un letrero de información a unos 2,2 km del aparcamiento, desde el que tendrás una vista clara de la cascada y el desfiladero que lleva a ella.
Continuar subiendo por el desfiladero puede ser peligroso, a pesar de que han puesto una pasarela de madera que cubre parte del recorrido. Debido a los desprendimientos, la pasarela está rota por algunas partes y en cualquier caso, se queda a cierta distancia de la laguna a la que se precipitan las aguas de Hengifoss. Ahí, en el final de la pasarela, encontrarás un cartel que prohíbe el paso. Sin embargo, siempre que he ido me he encontrado con gente que continúa para acceder a la laguna de Hengifoss. Esa parte es irregular y debes sortear rocas de gran tamaño. En ocasiones puede bajar mucha agua y te resultará casi imposible cruzar.
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Si consigues llegar, podrás disfrutar de los colores de las paredes y el contraste con el agua desde muy cerca.
Para regresar al aparcamiento, la forma más fácil es tomar el mismo sendero en el lado sur del río. Pero también puedes, si ya has cruzado el río, caminar por el otro lado del río (lado norte) aunque no hay senderos despejados en ese lado.
Si eres un verdadero escalador, también puedes alcanzar la cima de la cascada y cruzar el río para caminar por el otro lado. Pero ten cuidado y no te acerques demasiado al gran desfiladero y, sobre todo, no cruces el río al borde de la cascada. Estas rutas no están señalizadas y tendrás que guiarte por la intuición visual o con un GPS.
La ruta habitual se puede hacer ida y vuelta en poco menos de 2 horas.
Leyenda sobre Hengifoss
Hay una historia sobre los elfos en el desfiladero, que encontré en la Colección de Folklore de Jón Árnason: «El desfiladero de Hengifossárgil». Durante muchos años se ha creído que había muchos elfos en el desfiladero. Hace un par de años, el día de Año Nuevo, dos hombres viajaban por la parte baja del mismo cuando oyeron un himno que se cantaba en la roca de Grallarinn: «Heiður sé Guði himnum á», que significa «Honor a Dios en el cielo». (Este himno se encuentra en Grallarinn, que es un libro publicado por el obispo Guðbrandur Þorláksson en Hólar en 1594).
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Los hombres se detuvieron y escucharon el canto. Cuando terminó este salmo, los hombres oyeron el repique de una campanilla y continuaron su camino.