La cascada de Skógafoss es uno de esos lugares que lo tiene todo. El camino para llegar a ella es especialmente bello, conduciendo por una carretera estrecha que se cuela entre el océano y unas mazacotes montañosos que se levantan, de repente, de la nada y cuyas laderas están cubiertas de verde. Es un paisaje vasto y hermoso salpicado de casas y granjas aquí y allá, dejando claro que Islandia es un país en el que el hombre apenas tiene poder o presencia. Así es como llegas a la llanura que da acceso a la laguna que se halla a los pies de Skógafoss, una de las cascadas más bellas y populares de Islandia. Visitar Skógafoss es uno de los imprescindibles en cualquier viaje que se precie por esa isla-país a la que llaman la tierra del hielo (Iceland).
De hecho, la mayor parte de las rutas por los mejores lugares que ver en el sur de Islandia incluyen una parada en Skógafoss y la pequeña localidad de Skógar. La cascada es impresionante, pero también el paisaje que le rodea y las historias folclóricas que envuelven su existencia.
Además, en la cabecera de la cascada comienza (o acaba, según se mire) uno de los trekkings más famosos y espectaculares del sur de Islandia: el de Landmannalaugar.
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Índice de contenidos
Cómo llegar a la cascada de Skógafoss
Si estás viajando por libre en Islandia, la mejor manera de visitar Skógafoss es conduciendo tu propio coche o autocaravana de alquiler.
Skógafoss se encuentra a dos horas en coche de Reikiavik (155 km) y a unos 28 km de la impresionante cascada de Seljalandsfoss. Solo tienes que seguir la carretera de circunvalación hacia el este desde Reikiavik y, finalmente, podrás ver Skogafoss desde la carretera. Gira a la izquierda para llegar al aparcamiento, aproximadamente a un kilómetro de la carretera principal, y que forma parte de uno de los mejores campings (por las vistas) de Islandia.
Si no quieres conducir por Islandia, siempre puedes tomar un autobús, pero tarda más de 3 horas desde Reikiavik y no son muy frecuentes.
Por último, la opción más cómoda y sencilla de todas es apuntarte a una de las excursiones organizadas que parten desde Reikiavik para visitar las cascadas y glaciares del sur de Islandia. Así, además de ver la de Skógafoss, también podrás visitar las de Seljalandsfoss y disfrutar del impresionante glaciar Vatnajökull y el precioso lago glaciar de Jókulsárlon.
Cuál es la mejor época del año para visitar Skógafoss
Aunque muchos defienden que la mejor época del año para visitar Skógafoss es durante el verano (de mitad de mayo a mitad de agosto, en Islandia), también es cierto que luce hermosa (y mucho más solitaria) en invierno, cuando, además, es altamente probable verla bajo las marcianas luces de las auroras boreales.
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Sin embargo, en verano cuentas con mayor probabilidad de tener un día de sol y que éste haga lucir el arcoíris reflejado en el vapor de agua que despide la cascada. Y contarás con un ingente número de horas de luz al día, pudiendo alargar tu excursión casi todo cuanto quieras.
Características de la cascada de Skógafoss
La cascada de Skógafoss, junto con las de Godafoss, Gullfoss y Dettifoss es una de las que más me gustó en Islandia. Al menos de entre las más grandes y accesibles.
Y es que sus dimensiones son impresionantes, alcanzando los 25 metros de ancho y precipitándose con fuerza estrepitosa desde una altura de 60 metros, para morir en una laguna rodeada de verdes montañas. El conjunto paisajístico deja boquiabiertos a todos los viajeros.
Podrás admirar este fenómeno de la naturaleza tanto desde abajo (la laguna) como desde su cabecera. Para ello han construido una escalera metálica de unos 370 escalones. No tardarás más de 10 minutos en subirla, incluyendo las imprescindibles paradas para tomar fotos desde distintas alturas.
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Además, podrás comer en las mesas del camping que se halla junto a la cascada. Eso sí, siempre dejando preferencia a la gente que está alojada en él. Si no hay sitio y el día es bueno, seguro que encuentras muchos sitios, entre el césped y las rocas, donde sentarte a comer mientras disfrutas de esta maravillosa cascada.
Seguro para viajar a Islandia
¿Eres de los que todavía piensa que un seguro de viaje es algo prescindible? Pues tras trabajar de guía en Islandia, te puedo asegurar que muchos de mis viajeros se alegraron de estar asegurados tras sufrir caídas, torceduras y accidentes con crampones. Y es que en un viaje de aventura como éste (y con un sistema sanitario tan caro como el islandés), más vale ir con paz mental y contratar un seguro. Yo siempre he confiado en la compañía IATI, y me ha ido genial, respondiendo a la perfección cuando los necesitas. En Islandia te puede venir bien su seguro para mochileros, IATI Mochilero, que cubre gastos sanitarios de hasta medio millón de euros, incidentes en más de 60 actividades al aire libre, repatriación y mucho más. Y por poco más de 3 euros diarios. Si no te convence este, puedes elegir entre la amplia gama de seguros de viaje de IATI. Además, tienes un 5% de descuento al venir de nuestra parte a través de este enlace.
Experiencia visitando la cascada de Skógafoss
Visitar Skógafoss es algo que puede llevar tanto poco más de una hora como casi el día entero. Todo depende del hechizo que sobre ti ejerza esta fuerza de la naturaleza.
En mi caso, al trabajar de guía y tener unos tiempos marcados, nunca pude alargar la visita más de un par de horas (incluyendo algo más de media hora para comer en las mesas del camping). Sin embargo, en alguna ocasión me dio tiempo a subir las escaleras y recorrer el sendero que corre paralelo al río en la parte superior de la cascada. Es hermoso y se interna en una zona algo más montañosa que invita a la exploración. Si dispusiera de más tiempo, sin duda seguiría ese sendero.
En cualquier caso son obligadas las fotos en la laguna y desde ella. El poder hipnotizador de la fuerza del agua te deja clavado allí varios minutos.
Después toca subir las escaleras y disfrutar de la otra perspectiva.
La leyenda de la cascada de Skógafoss
El folclore islandés está plagado de leyendas e historias curiosas. Skógafoss posee una muy interesante.
El protagonista de la historia es, en parte, un anillo de oro está en exhibición en el museo Skógasafn, que se halla en la población de Skógar. Según cuenta la leyenda, el anillo proviene de un cofre que era propiedad de Þrasi Þórólfsson, uno de los primeros pobladores vikingos de la zona, quien, según algunos relatos, era un gigante. El folclore dice que antes de su muerte en el año 900 d. C., Þrasi enterró un cofre lleno de oro en una cueva detrás de la cascada Skógafoss.
Se hicieron muchos intentos para recuperar el cofre después de la muerte de Þrasi, y años más tarde, los lugareños lograron agarrar un anillo en el costado del cofre. Mientras tiraban, el anillo se rompió y el tesoro se perdió para siempre. Luego, el anillo se entregó a la iglesia local antes de llegar al museo.
Otro lugares interesantes que visitar cerca de Skógafoss
Además de las mencionadas cascadas de Seljalandsfoss y Gljúfrabúi, existen otros lugares de interés que puedes explorar aprovechando que te acercas a esta parte del mundo para visitar Skógafoss.
Skógafoss se encuentra cerca del pequeño pueblo de Skógar, al sur del volcán glaciar Eyjafjallajökull. Allí encontrarás el museo folclórico Skógasafn, un museo al aire libre con antiguas casas de madera cuyos tejados aparecen cubiertos con turba, así como un museo regional con varios artefactos de esta zona.
Una parte del Museo Regional Skógasafn es el Museo del Transporte, que muestra la historia y la evolución del transporte, la comunicación y las tecnologías en Islandia. Allí, puede ver cómo esta nación evolucionó desde la era del caballo de carga hasta las comunicaciones digitales del siglo XXI.
El museo Skógasafn también incluye una cafetería y una tienda, y en el pueblo de Skógar encontrarás tanto un hotel como un restaurante.
En el lado este de Skógafoss, encontrarás una de las rutas de senderismo más famosas de Islandia: el paso de Fimmvörðuháls. El sendero de 22 kilómetros te lleva a recorrer parte del río Skógá, entre los glaciares Mýrdalsjökull y Eyjafjallajökull, antes de terminar en el hermoso valle de Þórsmörk.
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Todas estas son muy buenas razones para visitar Skógafoss y sus alrededores, ¿Verdad?