Visitando la cascada de Folaldafoss en Islandia

Islandia es un país que más vale recorrer desde el asiento del copiloto. Y es que por la ventanilla no dejarás de ver bellezas naturales que harán que centrarse en la carretera te resulte una operación completamente imposible. Entre esos atractivos de la Madre Naturaleza destacan las cascadas. Decenas, centenares de ellas se precipitan desde los sitios y paisajes más variopintos, creando unas estampas inolvidables. Es complicado elegir las mejores cascadas que ver en Islandia, pero una que siempre estaría en mi lista es la de Folaldafoss, no solo por la cascada en sí, sino también por el lugar en el que se encuentra y la proximidad del famoso valle de Öxi.

Esta belleza se encuentra en la parte este del país, cerca de unos fiordos que abrazan las aguas del gélido océano. Llegar allí no es complicado, pues tan solo tendrás que recorrer unos pocos kilómetros por una pista no asfaltada para encontrarla, pero lo cierto es que no mucha gente conoce el lugar y se convierte en uno de esos rincones que puedes llegar a tener prácticamente para ti solo. Ya solo por eso, merece la pena el esfuerzo y el pequeño maltrato a tu coche de alquiler islandés.

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Tras pasar unas cuantas veces ya por allí – gracias a mi trabajo de guía en Islandia -, aquí te dejo algunos buenos consejos para visitar la cascada de Folaldafoss.

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Cómo llegar a la cascada de Folaldafoss

mejores cascadas de Islandia — Cascada de Folaldafoss. Foto © David Escribano

Folaldafoss se encuentra en el este de Islandia y se puede ubicar fácilmente justo al lado de la carretera 939 y el paso de Öxi (un paso de montaña que te lleva entre Berurfjördur y Skriddalur). La cascada es visible desde la carretera principal 939.

Encontrarás curvas, puentes y caminos accidentados en tu ruta hacia la cascada. En resumen, podrás experimentar la naturaleza en estado puro, a diferencia de los lugares bien conectados y conocidos de Islandia, donde ya comienza a haber viajeros por todas partes.

Si quieres ir de Reikiavik a Folaldafoss, olvídate de hacerlo de un tirón, pues hay algo más de 7 horas de conducción. Lo normal es visitar el lugar como parte de un viaje por toda la isla o en una aventura para ver los mejores lugares del sur y este de Islandia.

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Las poblaciones, de cierta entidad, más cercanas son las de Höfn y Djúpivogur. La primera se encuentra a 1 hora y 45 minutos aproximadamente, mientras que el bonito puerto pesquero de Djúpivogur se halla a menos de media hora de camino, por la carretera 939 que une esta localidad con Egilsstaðir, la ciudad más importante del este de Islandia.

No hay recorridos guiados que te lleven a esta cascada, pero si contratas el tour que parte de Djúpivogur para conocer la parte este de Islandia, quizá puedas convencerles para que paren allí.

La única manera de llegar a ella es conduciendo tu propio coche o furgoneta (o campervan) de alquiler. Busca las coordenadas en el GPS porque lo cierto es que es complicado ver la cascada desde la carretera y, si no sabes que está ahí, puedes pasártela sin encontrarla. Allí hay un pequeño lugar en alto para dejar el coche (no cabrán más de 10 coches), que también sirve de mirador y desde el que podrás acercarte a Folaldafoss caminando por dos senderos distintos.

Visitando la cascada de Folaldafoss en Islandia

cascada de folaldafoss islandia — Foto © David Escribano

Casi siempre que llego al aparcamiento de Folaldafoss con la furgoneta, lo primero que me gusta es que apenas encuentro gente, sobre todo esos días grises y medio lluviosos que tan frecuentes son en Islandia.

Antes de bajar de la furgo, explico a los viajeros que el nombre de Folaldafoss significa «La Cascada del Potro», sin que se halla conseguido averiguar una teoría concreta sobre el origen de ese nombre, más allá de su forma, parecida a la cola de un caballo.

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Después llega el momento de realizar la visita a esta cascada que con sus 17 metros de altura no es ni la más alta ni la más ancha o potente de Islandia, pero cuya belleza singular y su ubicación remota atrae a partes iguales. Otro punto a favor es el color del agua de la lagunilla a la que se precipita la cascada, que posee un azul verdoso que no suele ser habitual en otras cascadas islandesas.

Para poder disfrutar de la cascada de Folaldafoss hay dos senderos que podemos seguir, partiendo ambos desde el promontorio en el que se encuentra el aparcamiento.

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El primero de ellos desemboca directamente, y entre rocas y arbustos, a la parte baja de la cascada. Tardarás poco más de 5 minutos en recorrerlo y te lleva a un punto desde el que tendrás unas magníficas vistas del salto de agua, la laguna y los bellos alrededores.

El segundo sendero desciende a la derecha del aparcamiento (el primero baja por la parte frontal), cruza un estrecho riachuelo y después remonta una pequeña pendiente rocosa cubierta de vegetación. Una vez te hallas en la parte alta de la cresta, solo tienes que caminar por ella en dirección a la cabecera de la cascada. Si no tienes vértigo, te aconsejo que te tumbes sobre las grandes rocas planas que hay dispuestas junto al salto de agua y admires su belleza desde ese punto. Es una panorámica increíble la que puedes disfrutar desde allá arriba, con el valle a tus pies y un sentimiento de grandeza natural absoluto. Eso sí, no arriesgues demasiado en los días de viento o lluvia, porque un mal paso puede ser fatal.

Mi consejo particular es que probéis ambas rutas, pues las vistas desde una y otra difieren bastante.

El recorrido completo se puede hacer en poco más de una hora, tomándote todo el tiempo del mundo para tomar fotos, vídeos o, simplemente, disfrutar de las maravillosas vistas.

Conducir por el Paso de Öxi

Otro de los incentivos que tiene visitar la cascada de Folaldafoss es que luego puedes continuar hacia el noreste por el mítico Paso de Öxi, lugar en el que se grabaron escenas de la película ‘La increíble vida de Walter Mitty’, con Ben Stiller.

El paso de Öxi es un paso de montaña a una altura de 539 metros sobre el nivel del mar, ubicado en la región oriental del este de Islandia. Lo he cruzado en cuatro ocasiones y lo cierto es que pone un poco a prueba las habilidades al volante, al ser un paso no asfaltado y con pendientes más que considerables, en zigzag y con un barranco como acompañante. Si lo vas a intentar, te recomiendo que siempre sea en verano, con el terreno más bien seco, con buen tiempo y con un vehículo cuyas ruedas tengan un buen agarre.

Seguro para viajar a Islandia

¿Eres de los que todavía piensa que un seguro de viaje es algo prescindible? Pues tras trabajar de guía en Islandia, te puedo asegurar que muchos de mis viajeros se alegraron de estar asegurados tras sufrir caídas, torceduras y accidentes con crampones. Y es que en un viaje de aventura como éste (y con un sistema sanitario tan caro como el islandés), más vale ir con paz mental y contratar un seguro. Yo siempre he confiado en la compañía IATI, y me ha ido genial, respondiendo a la perfección cuando los necesitas. En Islandia te puede venir bien su seguro para mochileros, IATI Mochilero, que cubre gastos sanitarios de hasta medio millón de euros, incidentes en más de 60 actividades al aire libre, repatriación y mucho más. Y por poco más de 3 euros diarios. Si no te convence este, puedes elegir entre la amplia gama de seguros de viaje de IATI. Además, tienes un 5% de descuento al venir de nuestra parte a través de este enlace.

La carretera tiene 20,5 km de largo y va de norte a sur desde Skriðdals- og Breiðdalsvegur hasta Þjóðvegur. La cierran durante el invierno.

En un par de ocasiones he tenido que conducir por allí con una densa niebla baja y os puedo asegurar que te pone los nervios a prueba, porque además la pista es estrecha y de dos sentidos. Si te coge un día así, ve con cuidado, pita sin parar y ten paciencia. Sin embargo, lo peor es bajar o subir cuando el terreno está enfangado por la lluvia. Ni se te ocurra intentarlo en ese caso (salvo que estés conduciendo un buen 4×4).

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Eso sí, los paisajes que te regala son realmente bellos y solitarios: la Islandia profunda.