Las 11 mejores cosas que ver en Burdeos

Por fin, tras años escuchando historias de amigos sobre las muchas cosas que ver en Burdeos, tuve la oportunidad de visitar una ciudad que, a pesar de ir sobre aviso, me acabó sorprendiendo. Monumental, bella y llena de vida, me pareció increíble pensar que aquella urbe tenía menos de 300.000 habitantes (que es la población que tiene Alicante, donde resido). Burdeos combina modernidad con tradición y espacios abiertos con una maestría que la ha convertido en una de mis ciudades favoritas en Europa.

Pasé en ella, y sus alrededores, cinco días, pudiendo descubrir a fondo esta perla que tiene el honor de ser la capital de la región francesa de Nueva Aquitania. Burdeos tiene carisma, historia, monumentos, el gran río Garona – cuyo gran cauce repleto por aguas lechosas es una referencia para la gente local -, arte, buen vino y una onda joven y vibrante, de la que se puede señalar como «culpable» a la nutrida comunidad estudiantil que aquí reside.

Es un lugar en el que dejarse llevar y perderse por sus calles, descubriendo museos, antiguas casonas burguesas, curiosas tiendas, encantadores restaurantes, bares y creperías, y espacios de arte alternativo. Sin más «spoilers», te voy a descubrir algunas de las mejores cosas que ver en Burdeos.

1. La Plaza de la Bolsa, el lugar más carismático que ver en Burdeos

La Plaza de la Bolsa – o Place de la Bourse – es, sin duda alguna, el icono por excelencia que ver en Burdeos.

A un paso del río Garona y en pleno centro histórico, todas las calles de la capital de Nueva Aquitania parecen llevar a ella. Debo reconocer que la primera vez que la vi, me sorprendió, porque me la esperaba más grande, pero la belleza de los edificios que se asoman a ella lo compensó todo.

En cuanto a su historia: Luis XV ordenó a su arquitecto favorito, Jacques Gabriel, la construcción de esta plaza en torno a 1720 y no tardó en convertirse en un símbolo de la ciudad.

2. El Espejo de Agua, uno de los lugares más fotografiados de Burdeos

Justo junto a la Plaza de la Bolsa se encuentra el Espejo de Agua, una curiosa construcción de 3.450 metros cuadrados que está a medio camino entre un estanque y una fuente.

La obra fue ideada y realizada por el paisajista Michel Corajoud. Aunque tiene menos de 20 años de vida, se ha convertido en uno de los lugares más fotografiados que ver en Burdeos. Cada x minutos, agua o vapor salen por los pequeños agujeros que jalonan la superficie del espejo. Su nombre viene dado por la fina película de agua que deja después de que se vierta el líquido elemento. La gente camina descalza sobre ella y, cuando está quieta, refleja los bellos edificios de la Plaza de la Bolsa.

Es una visita obligada y en sus escalones descansamos un buen rato, viendo la vida pasar por el animado muelle del Garona.

3. Los muelles de Burdeos, donde se desarrolla la vida

Y es que en esos muelles que se hallan en la margen izquierda del Garona, hay vida casi las 24 horas del día. Por ellos la gente pasea, va en patinete (tanto eléctrico como los de antes) o en bicicleta, hace compras o se sienta en el césped de un magnífico jardín a tomarse algo. Además, desde él se puede admirar la bella estructura del Puente de Pierre y las fachadas de algunos de los edificios de la ciudad vieja de Burdeos.

4. La Cité du Vin, el museo más moderno que ver en Burdeos

No es necesario que seas un entendido del vino, o un gran fan del caldo de Baco, para disfrutar de una visita a la Cité du Vin, el museo más moderno y completo que ver en Burdeos.

Esta Ciudad del Vino no queda demasiado lejos del centro de la ciudad (nosotros llegamos a ella andando en una media hora) y es una visita obligada, aunque solo sea a la parte a la que se puede acceder sin pagar una entrada.

La modernista silueta del edificio llama la atención de todos los viajeros. Su aspecto es totalmente futurista, contrastando fuertemente con el resto de Burdeos.

Para un visitante ocasional, esto no será más que un museo de alta tecnología que te habla sobre la historia del vino y dónde y cómo se elabora en todo el mundo. Pero si eres un auténtico enófil, te gustará saber que hay más de diez horas de material audiovisual a tu disposición, por lo que podrías pasar el día entero aquí.

El recorrido culmina con una visita al bar Belvedere, en la parte alta de la torre de 55 metros, desde donde se puede acompañar una copa de vino con una espectacular panorámica de Burdeos y el Garona.

Si prefieres conocer la historia del vino en Burdeos en un lugar más íntimo e histórico, te aconsejo que te acerques a conocer el Museo del Vino y el Comercio de Burdeos, situado en el bello e icónico barrio de Chatrons.

5. La Grosse Cloche, la campana más impresionante que ver en Burdeos

Al tener la suerte de encontrar un buen alojamiento en Burdeos, céntrico y con una muy buena relación calidad-precio, pudimos contemplar la Grosse Cloche a diario.

Construida en el siglo XV, la Grosse Cloche, con sus techos cónicos gemelos, es el antiguo campanario del ayuntamiento de Burdeos. Se trata de una de las pocas muestras medievales que quedan en la urbe y está construida sobre los restos de la Porte Saint-Éloy (siglo XIII), una antigua puerta que se abría en las murallas originales.

Sin embargo, lo que más impresiona en la estructura es la enorme campana de 1775, que pesa nada menos que 7.750 toneladas. Por suerte para los vecinos de la zona, la Grosse Cloche está en silencio durante la mayor parte del año, a excepción de las grandes celebraciones públicas como el Día de la Bastilla.

6. Porte Cailhau, otro resto del Burdeos medieval

La hermana de La Grosse Cloche es la Porte Cailhau. La verdad es que la primera vez que la vi me pareció que estaba ante un castillo del parque de Disney, con todas esas torres acabadas en conos azules.

Pero no, en realidad, Walt Disney nada tuvo que ver con el diseño de esta antigua puerta medieval de 1495. Mezcla trazos góticos y renacentistas y fue construida para celebrar la victoria del rey Carlos VIII contra la Liga de Venecia en la batalla de Fornovo. Por lo tanto, tenía el doble propósito de ser un arco triunfal y una defensa de la ciudad.

Hay una estatua blanca del rey en uno de los nichos, así como un aviso que le dice que tenga cuidado con el dintel, ya que Carlos VIII murió a los 27 años después de chocar con uno en Amboise por accidente.

Si quieres, puedes pagar una pequeña entrada para subir a una parte alta de la torre y disfrutar de unas buenas vistas del río Garona.

7. El Espacio Darwin, el lugar más original que ver en Burdeos

Es cierto que entre las mejores cosas que ver en Burdeos figuran un buen número de monumentos y edificios antiguos, sin embargo, a mí el lugar que más me impresionó es realmente nuevo: el Espacio Darwin.

Llegamos hasta él caminando y cruzando el Puente de Pierre, para acceder a la margen derecha del Garona. El Espacio Darwin se halla entre barrios deprimidos, pero en ningún momento nos sentimos inseguros. Caminamos por zonas verdes, pegadas al río, hasta llegar a Darwin.

Es complicado describir este lugar. Aquí existían viejos barracones militares – se pueden adivinar claramente esas antiguas estructuras – que han sido aprovechados para crear un lugar al que se ha atraído a una multitud de proyectos innovadores. Desde artistas callejeros y entusiastas de los patines, hasta empresarios con proyectos sostenibles, aficionados a la música electrónica y defensores de la biodiversidad.

El domingo es el mejor día para visitarlo, aunque casi siempre encontrarás algún evento, concierto, taller o mercadillo, sobre todo cuando llega el buen viento.

No dejes de pasearte por los espectaculares murales que hay pintados. Los artistas que los crearon viven allí mismo, en una especie de naves espaciales/caravanas.

8. Place des Quinconces, el homenaje a una revolución

Los Girondinos (habitantes de esta parte de Francia) siempre han sido un pueblo de sangre rebelde.

Un monumento (Monument aux Girondins) a su papel vital en la Revolución Francesa se encuentra en la enorme y espaciosa Place des Quinconces, en pleno casco histórico de Burdeos.

El gran tamaño de la plaza hace que sirva también para la celebración de eventos, conciertos y demás durante todo el año.

9. La catedral de San Andrés, donde se casó la abuela de la monarquía europea

Aunque la fachada de la catedral de San Andrés (del siglo XI) es realmente impresionante, lo que más me llamó la atención de ella es la historia de una de sus fieles más importantes: Leonor de Aquitania.

Leonor fue una mujer poderosa, valiente, inteligente, bella y totalmente adelantada a su tiempo. Se casó aquí, en el año 1137, con el que sería el futuro Luis VII de Francia. Ella tan solo tenía 15 años y él 17. Infeliz en su matrimonio, se las ingenió para que este fuera declarado nulo (había un parentesco lejano entre ambos). Ya en 1152, Leonor regresaría a la catedral de San Andrés para casarse con el futuro Enrique II de Inglaterra.

Leonor tuvo dos hijas con Luis VII y ocho hijos (5 varones y 3 mujeres) con Enrique II, entre estos últimos está el famoso Ricardo I «Corazón de León». Sus hijos emparentaron con un gran número de nobles de toda Europa, por lo que se dice que Leonor es la abuela de la monarquía europea, incluso hasta el día de hoy.

10. La calle Sainte Catherine, la calle comercial más larga de Europa

Si ir de compras es para ti una de las cosas que hacer en Burdeos, no puedes dejar de pasearte por la calle Sainte Catherine.

Va, en línea recta, desde el Grand Théâtre (en el norte) hasta la Place de la Victoire. En la calle comercial peatonal más larga de Europa te cruzarás con muchísima gente a todas horas.

En febrero y julio las rebajas le dan otra vuelta de tuerca, porque aparecen hasta puestos temporales en la calle. La parte alta de la calle tiene todas las marcas internacionales habituales, mientras que más abajo se vuelve más joven y bohemia.

11. La Ópera Nacional de Burdeos (Grand Théâtre)

¿Sabías que la Ópera de París fue una copia de la Burdeos y no al revés? Pues sí. Al menos eso nos contó nuestro guía en el free tour que

El arquitecto Victor Louis construyó el Grand Théâtre en 1780 y se considera su obra maestra. Incluso aunque no vayas a asistir a ningún espectáculo dentro, te aconsejo que te acerques a la Place de la Comédie (Plaza de la Comedia) para maravillarte con la vista del pórtico y las 12 estatuas de musas y diosas.

Sin embargo, claramente, la mejor manera de vivir este lugar es asistir a una actuación de la Ópera Nacional de Burdeos. Posee un conjunto permanente de 110 músicos de orquesta, 37 artistas corales, 38 bailarines y solistas y directores invitados cada temporada. Sin duda, es uno de los edificios más emblemáticos que ver en Burdeos. Y en la misma plaza se halla el InterContinental Bordeaux Le Grand Hotel, el hotel más lujoso de la ciudad, por si quieres darte un capricho.