Una de las zonas más curiosas en la ciudad de Lyon es el barrio de Croix-Rousse. Se encuentra al norte de la zona de Presqu’île entre los dos ríos que bordean la ciudad. A esta zona también se la conoce como «la colina que trabaja» ya que aquí vivían los trabajadores textiles durante el siglo XIX. Lo que más me sorprendió de este bonito barrio de Lyon fue la fenomenal metamorfosis que ocurrió en las antiguas fábricas para convertirse en viviendas muy originales durante los inicios del siglo XX. Lo llaman los apartamentos canuts.
Las antiguas fábricas de seda que antes daban trabajo a los locales dieron paso a edificios de construcción inusual. Hoy en día pasear por Croix-Rousse se convierte en un divertido laberinto con ventanales y estructuras interiores que asemejan la imaginación de Gaudí en algunos casos.
En vuestra visita a Lyon no os cortéis y entrad en alguno de los edificios. No suelen tener las puertas cerradas. Los pasillos interiores parecen laberintos que dan a un amplio patio interior desde donde podréis contemplar los curiosos balcones de las casas.
Los interiores de las casas consisten en paredes muy altas y las ventanas de tamaño similar ofrecen una gran luminosidad en el interior.
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Se trata de una zona muy poblada en la ciudad y con un carácter muy especial. Antiguamente era una ciudad independiente de Lyon que se anexionó a mediados del siglo XIX pero hoy en día todavía dicen entre ellos que van a Lyon cuando se desplazan al centro aunque apenas se encuentren a escasos minutos andando del mismo.