La mayoría de viajeros que al recorrer Laos se pasan por Luang Nam Tha, lo hacen movidos por las ganas de estar en contacto con la naturaleza, ya sea en forma de trekking, kayaking, cogiendo unas bicis o simplemente alojándose en uno de los varios resorts que hay en el bosque.
Eso sí, la calidad del servicio varía bastante de una agencia a otra.
Nosotros recorrimos 4 agencias en busca de información y acabamos eligiendo mal al decidir pasar 2 noches y 3 días en el Parque Nacional de Luang Nam Tha de la mano de los guías de Into the Wild, situada en el recinto del mercado nocturno.
A toro pasado pienso que habría sido mejor ir con Jungle Eco Guide Services que era el chico que mejor inglés tenía y más nos convenció en su explicación pero éramos parte de un grupo y prevaleció el interés común.
En la agencia nos prometieron bastante bosque y jungla, algo de campos de cosecha, dormir en 2 aldeas diferentes donde interactuaríamos con sus gentes, unas cataratas y un buen guía en inglés. De todo ésto sólo cumplieron en lo de dormir en las aldeas, pero sin interactuar demasiado en una de ellas. El precio acordado fue de 550.000 Kips por persona. Nos pareció muy razonable a priori, pero al acabar el trekking nos sentimos timados.
Trekking: Día 1
Partimos junto con Cecile, Thomas y Trui desde la plaza del mercado en la furgoneta acompañado por nuestros dos guías, un hombre de unos 60 años y una chica joven, ambos con un inglés casi nulo. Tras pasar por otro mercado de la ciudad para hacer unas compras de comida la furgoneta nos dejó al comienzo de un trekking que en sus primeros 50 minutos fue bastante prometedor. El bosque era medio frondoso y no se oía más que nuestras pisadas y el piar de los pájaros.
La ruta no era muy complicada aunque las subidas empezaron a la media hora de comenzar. Paramos a comer a las 12 y degustamos nuestra primera ración de lo que sería nuestra comida, desayuno y cena por las siguientes 72 horas: arroz compacto -sticky rice en inglés-, remolacha verde, carne fría troceada y salsa picante. En el momento no nos pareció malo. Al final del trekking juré no comerlo por un mes, mínimo.
El paisaje no era la selva prometida pero al menos podría ganarse el rango de bosque. Las explicaciones del guía no iban más allá de señalar los árboles de bambú y plataneras -dos de los pocos que todo el mundo ya conocía de sobra- y los nidos de termitas. La chica cerraba el grupo haciendo mutis por el foro. Lo mejor era el buen rollo que teníamos los 5 que integrábamos el grupo.
Antes de las 4 de la tarde llegamos a la aldea Akha con un calor sofocante. Nos lavamos un poco en unas fuentes y recorrimos la pequeña aldea hasta el lugar donde dormiríamos: una casa grande de paja sólo para extranjeros. El contacto con los Akha se redujo a jugar a una pelota de mimbre -que me encontré en la escuela del pueblo- con los niños de la aldea. Ellos fueron los únicos que nos hicieron algo de caso mientras los habitantes adultos del pueblo seguían en sus labores cotidianas y apenas respondían a nuestro saludo.
A mí esto no me molestó demasiado porque esta gente no está aquí para dar gusto al viajero como un tipo de exposición étnica, pero esperaba al menos que alguien pudiese traducir su lenguaje y aprender un poco de su vida y sus costumbres.
El poblado era digno de admirar. Los Akha son una de las etnias menos favorecidas tanto en Laos como Tailandia y muy pobres. Los cerdos y animales de granja campaban por toda la aldea a sus anchas. No tienen un dueño concreto porque son una especie de comunidad. Los niños jugaban con lo que tuvieran a su alcance y los adultos iban de aquí para allá cargando leños, arroz o cervezas.
Al caer la noche cenamos las sobras de la comida y nos quedamos charlando un poco al fuego. Los guías apenas podían participar en la conversación por su escaso dominio del inglés. Las casas rebosaban risas y conversaciones en la oscuridad pero nadie vino a vernos. Para los Akha pertenecíamos a mundos separados por demasiadas barreras, siendo el idioma una de ellas.
Fue una noche de luna llena y contemplar el cielo desde la montaña compensó gran parte de las decepciones del día.
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Trekking: Día 2
Nos despertamos a las 6.30, desayunamos lo mismo de siempre y jugamos un poco más con los niños que vinieron a despedirse.
A las 8 comenzamos a caminar por los campos de cultivo de los Akha. La mayoría de ellos estaban talando árboles a diestro y siniestro pero no sabemos si es para tener más terreno de cosecha o conseguir madera. Entramos en un bosque que no tenía nada de especial salvando una media hora en la que recorrimos una parte de bosque viejo con árboles de raíces inmensas. Nos emocionamos un poco al ver este paisaje y llegamos a pensar que la cosa podría mejorar pero al poco regresamos a la zona donde el guía señalaba de nuevo árboles de bambú, plataneras y termitas para dejar paso a socarrales de maíz seco y arbustos que apenas dejaban una senda para pasar.
Comimos lo mismo a la misma hora y acabamos con un descenso prolongado hasta la aldea de los Luam. Muy cachondo el ver que estaba pegada a la carretera principal. Naturaleza salvaje en estado puro.
El calor era espectacular y agradecimos el poder beber agua fría en el bar del pueblo y la verdad es que la gente era mucho más maja que en el poblado Akha, aunque el primero fue mucho más auténtico.
Nos lavamos en el río y tomamos un poco el Sol antes de comenzar a jugar a la petanca con la gente del pueblo. La petanca fue introducida por los franceses en Laos y se juega en casi todos lados y la verdad es que yo jugué bastante en España cuando era más joven y disfruté jugando en el pueblo apostando una cerveza con los locales. Al final una partida para cada equipo y todos bebiendo una cerveza del tiempo mientras la otra se enfriaba en el agua del río.
Tras la cena estuvimos tomando otra birra con los guías y 3 chicos del pueblo y hubo una especie de festival de canto improvisado donde todos demostramos nuestra falta de talento, cada uno en su idioma.
Trekking: Día 3
Nos despertamos a las 8 y comenzamos a caminar tranquilamente a las 9 y pico tras un desayuno que incorporó una gran novedad en forma de un poco de huevo.
El camino tampoco tenía nada de especial así que nuestro paso era bastante acelerado. Llegamos a una bifurcación del camino donde nuestro guía se detuvo y cruzó algunas palabras con la otra chica. Cogimos el de la izquierda y comenzamos a caminar por campos de maleza agobiante que apenas dejaba ver y donde la temperatura subía hasta hacernos sudar como cerdos en un continuo sube y baja de laderas que no llevaban a ninguna parte.
El enfado del grupo era evidente y le dijimos en voz alta lo que todos pensábamos: nos habían llevado por un desvío más largo y aburrido porque nuestro paso era demasiado vivo e íbamos a llegar demasiado pronto al punto de recogida. Nuestro guía se hizo el loco y nos instó a seguir caminando.
Comimos algo rápido -con otra novedad, la calabaza- y seguimos la caminata por el mismo tipo de terreno. El calor del mediodía era sofocante y nuestras botellas de agua se vaciaban. No había rastro de la prometida catarata ni tampoco de algún río así que guardamos la poca agua que nos quedaba -caliente como té- para cuando estuviéramos realmente secos.
Llegamos al pueblo de recogida casi a las 4 y lo primero que hicimos fue saquear la tienda de refrescos fríos.
Una horita más tarde nos despedimos de nuestro guía sin grandes emociones y tomamos una merecida ducha en nuestro hostal en Luang Nam Tha.
Viendo el éxito del trekking y el paisaje del Parque Nacional os aconsejaría coger uno de los combos que ofrecen kayak, trekking y bicicleta -o dos de los tres- con alojamiento en alguna aldea. Al menos podéis hacer cosas diferentes y resultará más entretenido.
Hasta ahora el peor trekking que he hecho por Asia, pero imagino que si dais con la agencia correcta que os lleve a la zona correcta, la cosa puede cambiar muchísimo.
Hola Silvana,
Como este artículo es sobre un trekking por Laos, sería recomendable que tu comentario lo dejaras en uno de los artículos que tenemos sobre Nepal, con consejos para hacer trekking. Allí quien lo desee podrá leerlo y decidir si prefiere hacer el viaje por su cuenta o con un guía.
14 consejos básicos para hacer trekking en el Annapurna
Consejos básicos para realizar el trekking al circuito del Annapurna
Un saludo,
J
Silvana Pagani desde escribió en 2011 acerca de mi experiencia en Nepal y se recomienda como guía, Sanjib Adhikari.
Este año, a finales de febrero me fui en Nepal durante 18 días por segunda vez y me hizo un pequeño trekking en la región del Annapurna, fui a visitar a Pokhara, Katmandú, Bakthapur y Nagarkot y vi el Parque Nacional de Chitwan y en este viaje tuve el placer de conocer Sanjib Adhikari.
Él es un guía de trekking y tour operador independiente en Nepal y que ya ha obtenido la licencia de trekking guía del Ministerio de Turismo del Gobierno de Nepal.
En su obra Sanjib es una persona muy responsable y serio, muy servicial y atento a sus clientes, él sabe muy bien la montaña, porque tiene muchos años de experiencia y es también una excelente guía para visitar las ciudades.
Él es una persona muy competente en su trabajo y siempre dispuesto a encontrar la mejor solución, si es necesario y habla Inglés muy well.During el senderismo y las excursiones que te dirá muchas cosas interesantes sobre la cultura, sobre la vida en los pueblos, las montañas, la historia y las tradiciones en Nepal.
Lo mejor es que Sanjib ama a su país mucho y ama su trabajo y siempre se las arregla para transmitir todo su entusiasmo, con formas simples y siempre con la sonrisa. Él es una persona muy agradable y siempre está atento a las necesidades de sus clientes. Sanjib también es muy divertido y después de esta experiencia se convirtió en un muy buen amigo. El año que viene a finales de enero voy a volver por tercera vez en Nepal y Sanjib volverá a ser mi guía.
Por estas razones estoy muy contento de informar todas las referencias de Sanjib
que es la dirección, contacto de email-sanjib-adhikari@hotmail.com móviles http://www.nepalguideinfo.com
http://www.nepaltreckingguide.jimdo.com
http://www.hikehimalayas.com
Aha, entiendo ! Besos
uf que bueno qu e ha estado este trekking, con lo que me gusta!! creo que tendré que apunta mi brújula para allá, Asia siempre ha sido un sueño, a ver si poco a poco lo voy cumpliendo. Un fuerte abrazo y gracias por dejarnos saber de más y más lugares.
Jaja..cabro..es. En el fútbol no se pudo hacer partido porque no había forma de explicarlo..pero sí, habríamos perdido. En lo de la petanca, teniendo en cuenta que empecé a quedarme calvo a los 23 y a los 30 me tiraba tardes enteras jugando al dominó con los amigos de Dublín…no, creo que no fue pronto para empezar con la petanca.
Ostias! Qué relato más chulo. Se puede incluso oler la quemazón desde aquí. Y agradecer la calabaza.
:))) por cierto, Ronald te tiene bastante calado. Entre los pantalones cortos gasta los 15 y la petanca… Menuda adolescencia, que el colegio ya era mixto!
:D abrazos pa tí y la Tati!,
ERES EL PUTO AMO DAVID!!!! jaj
q historias tienes para toda la vida!!
puntualizo dos cosas.
1.perdiste al fútbol «laones» contra los crios, no? jaj
2.jugabas a la petanca en España?? eso no lo juegan los viejos jubilados??
suerte por donde vayas!
Ronald