Al llegar a Montevideo, no tuve problemas de alojamiento ya que tuve la suerte de poder sentirme como en casa en el hogar del padre de Diego, un buen amigo y vecino dublinés.
De todas maneras, para los que no tengan amigos en Montevideo, hay una buena variedad de hostales de bajo coste como el Ché Lagarto y El Viajero que se encuentran en la Plaza de la Independencia y la Ciudad Vieja respectivamente, dos lugares totalmente céntricos. Los precios varían según la temporada pero como referencia deciros que una cama en el dormitorio en el Ché Lagarto estaba por los 400 pesos uruguayos en el mes de Diciembre.
Para aquellos que busquen algo más de comfort pueden reservarlo con antelación a través de páginas como las de Booking.
Montevideo es una ciudad bastante segura tanto de noche como de día -de las más seguras de Sudamérica según las cifras- pero la Ciudad Vieja ha tomado un cariz algo más peligroso en los últimos tiempos. Zonas como Pocitos y Carrasco son las más chic de la ciudad y gozaréis de gran tranquilidad caminando por sus calles, aunque quedan un poco lejanas del centro, sobre todo en el caso de Carrasco.
Me he pegado una buenas vueltas por la ciudad de Montevideo y tantas aventuras dan para muchos post. En la próxima entrega os comentaré más cosas útiles sobre la ciudad llamada por Magallanes Monte Vidi. ¡Un saludo desde Uruguay!
David