
En un país como Australia, donde las distancias son tan vastas y los paisajes tan diferentes y bellos, la única forma de poder disfrutar al 100% del lugar es viajando con tu propio vehículo.
Si no has llevado el tuyo hasta allí -lo más normal- tienes la opción de alquilar o comprar uno en destino.
La gente que dispone de unos meses para recorrer Australia prefiere la opción de comprar e intentar vender a un precio alto al final de su viaje. La cosa suele funcionar bastante bien porque existe un mercado de compra-venta muy dinámico. Recordad comprobar bien las condiciones del vehículo antes de cerrar la compra. El precio no lo es todo y un coche -o campervan- demasiado barato puede que tenga el motor en malas condiciones y te deje tirado en medio del Outback, sin una estación de servicio en más de 300 Kms a la redonda. A ti no te hará mucha gracia pero a los dingos sí.
Nosotros optamos por el alquiler porque teníamos sólo 3 semanas y media y no queríamos perder tiempo en buscar para comprar, perdernos en papeleos y tener luego que vender con prisas.
A la hora de elegir entre coche normal y campervan -o monovolúmenes- lo tuvimos muy claro.
Australia es un país carísimo y el alojamiento sale por un pico, así que, ya que vamos a pagar por un coche, lo hacemos por uno que me permita ahorrarme el coste de los hostales u hoteles (jaja…sí, hoteles).
Existen muchos modelos de campervan. Nosotros probamos dos: una Toyota Estima -una furgoneta o monovolúmen- y una Toyota Hi Top, más grande que la Estima, con un techo lo suficientemente alto como para poder estar de pie dentro del vehículo.
Cada una tuvo sus ventajas y sus inconvenientes.
La Estima consume menos gasolina al ser más pequeña, es más fácil de conducir y sus dimensiones son más manejables. Es algo más parecido a conducir un simple coche. Sin embargo la cama no es demasiado grande -ni cómoda, normalmente- y el espacio para almacenar equipaje y alimentos es más limitado.
La Hi Top tiene un mayor consumo de gasolina -carísima por estos lares- y es menos manejable -sobre todo por su altura a la que no estamos acostumbrados- e inestable cuando sopla el viento pero tiene una cocina muy decente, se puede estar de pie -mucho más cómodo moverse dentro del vehículo- y la cama era un lujo para dormir. Su mayor capacidad de almacenamiento es otro punto a favor.
Otra cosa a tener muy en cuenta es la compañía con la que alquiláis.
Para la gente que mueve un presupuesto algo más alto, Britz, Kea, Maui y Apollo son las que más suenan y se ven por la carretera. Se dedican más al segmento de caravanas grandes.
Los mochileros se reparten más entre Jucy, Wicked, Spaceship, Backpacker y Traveller Autobarn.
Nosotros probamos dos distintas compañías, una en la costa Este -Spaceship- y otra en la Oeste -Traveller Auto Barn- con resultados muy diferentes.
Alquilamos una Toyota Estima con Spaceship para ir de Sydney a Melbourne -incluyendo la Great Ocean Road- en 7 días. Nos la dieron con todo tipo de accesorios de cocina, 4 DVDs a elegir -el vehículo tenía un reproductor de DVD incorporado-, libros de lectura, atlas de campings -gratuitos y de pago- de la zona, mapa de carreteras y ropa de cama y edredón gordo. La chica que nos atendió fue bastante simpática y aún mejor el que nos recibió en Melbourne que acabó llevándonos en su coche a la estación de tren.
La Estima se conduce genial, tiene cambio automático -aunque es un punto negativo en cuanto al consumo de gasolina- y pasamos 7 días sin ningún problema de ningún tipo.
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El precio fue de 45 dólares diarios y la mayor ventaja es que no nos congelaron nada del crédito de nuestra tarjeta como parte de su seguro.
Sin embargo, después de devolver la Hi Top a Travellers Autobarn en Perth nos prometimos que nunca más alquilaríamos nada con esa compañía. El vehículo parecía tener más años que Matusalén -cosa que negaba tozudamente la desagradable comercial que nos atendió que es como intentar convencerme de que no me estoy quedando calvo- y se nos fue cayendo a pedazos.
Primero fue un agujero en el tanque del agua para del fregadero, después el parachoques delantero estaba medio vencido y al segundo día, en medio de una carretera arrasada por el viento, se nos cayó parte de la protección de una de las ventanas sin darnos ni cuenta. Menos mal que nos dimos cuenta de que faltaban 4 tornillos y se lo dijimos a la chica antes de irnos. Ella contestó con un desganado “Éso no se va a caer…¡No os preocupéis!”.
Al menos el cambio era manual y consumimos menos gasolina que con la Spaceship de cambio automático.
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En total hicimos casi 2.000 kilómetros a cada una de las furgonetas en las carreteras australianas.
Bastantes compañías ofrecen tarifas con las que puedes viajar de un punto A a B sin necesidad de regresar al punto A y sin cargarte nada extra. Es la forma más recomendable si queréis ver más cosas en países tan grandes así que no aceptéis la tasa de devolución de coche al punto de inicio porque es una pasta y es fácil encontrar otros que os lo hacen gratis.
Respetad los límites de velocidad -son bastante escrupulosos con las multas y tendrán tu tarjeta de crédito como fianza-, informaos bien sobre los peajes -algunos se pueden pagar con dinero pero otros necesitáis pagarlo por internet o teléfono en menos de 48 horas- y conducid lo menos posible por la noche.
El tema de conducir con nocturnidad y alevosía es bastante serio en Australia. Nosotros lo hicimos bastantes días -anochece bastante temprano en Invierno- pero no por muchas horas. Durante la noche la calzada es propiedad de los animales salvajes. Canguros, emus, posums, wombats, conejos y otros animales la cruzan como si formara parte de su bosque o territorio. Cuando ven las luces del coche se quedan como hipnotizados y son muy pocos los que consiguen apartarse.
Los consejos de las campañas de tráfico se centran en que no se conduzca de noche, pero si lo hacéis y os encontráis un animal a una velocidad a la que no podéis frenar a tiempo, recomiendan el no intentar esquivarlo con un volantazo. Es mejor abollar el parachoques del coche y dejar a la especie animal de turno con un individuo menos que jugarte la vida.
A nosotros sólo se nos cruzó un canguro cuando íbamos por una vía de servicio entrando a un camping. A 30 km/h no tuvimos problema en pararnos a tiempo y seguirlo a pie como niños.
Gracias al hecho de tener vehículo propio pudimos pararnos donde nos apeteció a contemplar el paisaje, dormir en sitios espectaculares -como al lado de los Doce Apóstoles en la Great Ocean Road– y recorrer parte de la costa Este y la Oeste a nuestro ritmo.
Sin duda es la mejor opción si no viajas solo.