He visitado el BIOPARC Valencia en dos ocasiones y repetiría las que hiciera falta.
Dejando claro que hablo con conocimiento de causa, reconozco que me hierve la sangre cuando leo y escucho a críticos de un proyecto tan bonito como es BIOPARC. Mucha gente desinformada lo confunde con un simple zoo, donde los animales se mantienen cautivos por el simple motivo de entretener al personal. Nada más lejos de la realidad.
Fundación BIOPARC
Si la gente se tomara un poco de tiempo para leer sobre la Fundación BIOPARC, creo que el debate sobre el carácter beneficioso de este lugar para la naturaleza, quedaría totalmente zanjado.
El personal de BIOPARC Valencia está formado por gente que, ante todo, ama la naturaleza. Partiendo de esa base, todo fluye con facilidad.
Los expertos de BIOPARC tienen muy claro cuál es el verdadero sentido de mantener animales en cautividad: aportar un beneficio directo a las poblaciones de esas mismas especies en su medio natural. Se estudia detenida y cariñosamente a esas especies y, con la información obtenida, se desarrollan los proyectos de conservación que BIOPARC tiene en marcha por todo el mundo.
En estos momentos, BIOPARC está trabajando en cinco proyectos concretos:
Cuenca del Mediterráneo
La cuenca del Mediterráneo alberga a especies tan bellas como el lince ibérico, el águila imperial o la foca monje, además de más de 11.000 especies endémicas distintas de plantas.
La desertificación, la fragmentación del hábitat y las especies invasoras se han convertido en una serie amenaza para la flora y fauna de la cuenca.
Una de estas especies invasoras, es el galápago de Florida, que no es más que la típica tortuga de compañía que ha proliferado para su venta, pero que mucha gente ha terminado soltando en lugares como la Comunidad Valenciana, donde han afectado al desarrollo del galápago europeo.
El equipo de BIOPARC trabaja en 11 humedales de la Comunidad Valenciana para paliar este efecto.
En la zona de Málaga, los expertos andaluces del BIOPARC ayudan, por su parte, al Sapo Partero Bético, propio de Andalucía Oriental y una de las 10 especies de anfibio más amenazadas de Europa.
Bosque de Guinea Septentrional
Este bosque se extiende a lo largo de 13 países africanos, en los que habitan cerca de 350 millones de personas. Los humanos han puesto en peligro la existencia de varias de las especies que tienen aquí su casa, deteriorando su hábitat considerablemente o, directamente, cazándolos.
Aquí, la Fundación BIOPARC colabora con las Fundaciones Pandrillus y Rettet den Drill para la reintroducción del dril (Mandrillus leucophaes) en Nigeria y Camerún.
También participan en el proyecto WAPCA (West African Primate Conservation Action), una iniciativa de varios zoos europeos para preservar dos especies de primates amenazadas: el mangabey de corona blanca y el cercopiteco de Rolloway.
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Otros proyectos en los que BIOPARC participa en esta zona incluyen la protección de especies como el hipopótamo pigmeo y los gorilas.
Madagascar
Madagascar y sus islas vecinas forman uno de los últimos jardines del Edén del planeta.
Aquí, la Fundación BIOPARC lucha para la conservación de varias especies de lémures que se hallan en peligro de extinción.
Wallacea
Wallacea es la denominación biogeográfica de una región de Indonesia, compuesta por varios archipiélagos de islas, incluyendo sus fondos marinos.
En una de estas islas, la de Flores, la Fundación BIOPARC colabora en el proyecto Wae Wuul Protection Plan, destinado a proteger al endémico y carismático Dragón de Komodo.
Filipinas
Nada menos que unas 7.100 islas forman uno de los países más biológicamente ricos del mundo.
El mosaico de islas, la latitud tropical y la existencia de una amplia área de bosque lluvioso, ha tenido como resultado una alta diversidad de especies y un alto nivel de endemismos.
En Filipinas, la Fundación BIOPARC financia la creación y mantenimiento del Parque Nacional de las Montañas de Panay, situado en las islas Bisayas Occidentales, donde aún viven ejemplares de ciervo moteado y jabalí de Bisayas.
El proyecto de las Jirafas Rothschild
Siempre me fascinaron las jirafas. El animal más alto de la tierra parece, a la vez, frágil y fuerte. Su alargado cuello da la sensación de poder quebrarse en cualquier momento, cuando en realidad es la parte más fuerte de su cuerpo e incluso lo utilizan para dirimir las disputas entre ellas.
Dentro de las jirafas, la jirafa de Rothschild (o Baringo) es una de las más amenazadas del planeta, con menos de 1.000 ejemplares que habitan en las tierras del norte de Uganda y el centro-oeste de Kenia.
Precisamente “Kenia” es el nombre de una de las crías nacidas el año pasado en BIOPARC Valencia. Vino al mundo en noviembre 2016, siendo la segunda cría que lo hacía en ese año. Más recientemente, en mayo de este 2017, un tercer ejemplar nació en Valencia.
Es así como se vieron recompensados los esfuerzos de los expertos de BIOPARC Valencia, que formaron un grupo de Jirafas Baringo estable, con el macho Julius y tres hembras en edad de reproducción: Zora, Che y Bulería (David Bisbal estará orgulloso).
Desde que se creó esta familia de altura, han sido siete las crías que han venido al mundo. Tres de ellas fueron machos (Tumai, Ramses y Kebo), que fueron trasladados a otras instituciones zoológicas para continuar promoviendo grupos reproductores.
Un gran éxito más del gran grupo de profesionales y amantes de la naturaleza que han tenido la suerte de realizar sus sueños en BIOPARC Valencia.
Este otoño haré una nueva visita al BIOPARC Valencia, ¿te vienes?