Durante nuestra aventura en Dublín siguiendo los pasos de la ruta del whisky, nos instalamos en el Brooks Hotel.
El hotel se encuentra en la céntrica calle de Drury Street justo detrás de Dame St. y George St. El bullicio de Temple Bar queda sofocando durante la noche y en apenas cinco o diez minutos tenemos los lugares más representativos de la ciudad de Dublín: Temple Bar, el Liffey, Grafton St y St Stephen Greens y el Trinity College.
Las habitaciones dobles son espaciosas y confortables. Los tres lados de la cama -a excepción de la pared, por supuesto- son bien anchos y se puede andar perfectamente e incluso dejar tu equipaje.
Una de las cosas que más me encantó del lugar es que el personal es amable y muy dado a las risas.
Tiene más de una red wifi y no es necesario pedir la clave en recepción. La red está abierta y cómodamente podemos ir cambiando de conexión según en la zona en que nos encontremos del hotel.
La habitación cuenta con televisión por cable aunque solamente veréis los canales en abierto irlandeses, un espacioso armario con plancha y demás mobiliario con cajones y ventanas con vistas a la calle. A partir de la planta 6 superaréis el edificio de enfrente y tendréis vistas de la ciudad.
El baño es correcto, con una bañera con agua caliente graduable de mecánica precisa y fácil. Nos encontraremos todo tipo de amenidades para la ducha como geles de baño y champú para el pelo aunque no hay crema dentífrica o enseres para el afeitado.
El desayuno es excelente. Existe un buffet libre con todo tipo de comida continental, zumos, cereales y frutas. Los camareros ofrecen un menú al sentarnos con desayuno caliente y cafés o tés. En las dos mañanas en que estuve en el Brooks Hotel me zampé un buen par de irish full breakfast y sacié mis antojos irlandeses.
La habitación doble tiene un precio habitual de 130 a 150 euros.
Sitio Oficial | Brooks Hotel
