La primera noche que llegamos a Cuenca salimos en busca de la comida típica manchega. Durante el viaje por Castilla solíamos desayunar y almorzar ligero para aprovechar las horas de sol en invierno, así que por la noche las tripas empezaban a rugir de hambre.
Por twitter me recomendaron un par de restaurantes que se encuentran en el centro moderno de la ciudad. Nos alojábamos en el casco antiguo así que no nos apetecía movernos demasiado. Dimos una vuelta por los alrededores de la Plaza Mayor y encontramos unos cuantos restaurantes que anunciaban sus menús turísticos que picaban bastante -una media de 30 euros por cabeza-.
Nos apetecía una cosa más auténtica y local y, en nuestra búsqueda, topamos con el restaurante Mangana. Se encuentra en la misma plaza Mayor a mano derecha cuando se sube hacia la catedral.
Al entrar parece más un bar de tapas que en un restaurante aunque existe una segunda planta que sirve de comedor cuya decoración asemeja una casa tradicional sin demasiados adornos.
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Con el menú en la mano empezamos a hacer un buen listado de preguntas a la camarera ya que no conocíamos demasiado la gastronomía manchega. Nos apetecía probar algo nuevo y fuimos a por los platos más típicos de la zona:
- Gazpacho pastor
- Sopa castellana
- Morteruelo
- y una estupenda caldereta de cordero
El servicio nos pareció fenomenal y la comida de buena calidad. Si incluimos el vino, el agua y los cafés el total nos salió por unos 40 euros. Os escaneo la factura para más detalle. Recomendable.
