Si al comenzar mi viaje de 7 meses y medio por el continente sudamericano alguien me hubiese dicho que vería el paisaje más bonito que he contemplado jamás, en mi última semana de viaje…No le habría creído.
La mochila -metafóricamente- ya pesaba, los miles de kilómetros, las decenas de buses de largo recorrido, las picaduras de pulgas, moscas, los robos, las fiestas, las duchas con agua fría -o las no duchas- las aventuras, madrugones, trekkings, raftings y demás se habían acumulado a lo largo de los meses y la morriña de casa empezaba a atacar de manera peligrosa. Mi amigo José me había dado un plus de energía con su llegada a Colombia y el magnífico país al que tanto amo ahora hizo el resto.
Y parte muy importante de este «resto» fue el parque Nacional más bonito que he contemplado en años: el Parque Nacional de Tayrona. Ni que decir tiene que no será el MÁS BONITO, porque aquí entran muchos elementos subjetivos que cada uno tiene en su cabeza. Pero para mí, por las circunstancias, lo inesperado de ver algo así al final de mi camino, el color de sus aguas y su vegetación y la soledad de sus senderos paradisíacos: fue lo más bonito que ví.
Escribiré otro artículo en el que me centraré en el parque en sí y aquí os explicaré las diferentes opciones que tenéis para llegar desde donde nosotros lo hicimos.
Nuestro punto de partida hacia el parque fue el pueblecito pesquero de Taganga. Allí se vive tanto del turismo como del buceo y la pesca así que no faltará gente que os ofrezca llevaros al Parque, sabiendo que es la joya de la zona.
Los taxistas ofrecían llevarnos por 45.000 pesos por persona -unos 15 euros al cambio del 2009- pero declinamos la oferta.
Otra forma de llegar es en lancha a motor. El precio es negociable -como todo en Colombia- pero la cosa anda por los 25.000 y 35.000 pesos por persona y trayecto. El tema de ir en barca tiene una gran contra: el viaje se puede poner medio chungo debido al viento y oleaje que éste genere.
La opción que escogimos nosotros fue la más económica.
Cogimos una furgoneta -colectivo- que nos llevó desde Taganga al mercado de Santa Marta. Sólo tenéis que decirle al conductor que queréis tomar el bus que lleva a Tayrona y él os dejará lo más cerca posible. Una vez lleguéis al caótico mercado podéis aprovechar para daros una vuelta y compraros algo de provisiones -mucho más baratas que en el Parque- y preguntad a la gente dónde está el bus para Tayrona.
El bus tarda una hora y pico desde el mercado a la entrada del Parque. No olvidéis decirle al conductor hacia donde os dirigís porque tampoco está tan frecuentado y no suelen parar en ese cruce salvo que alguien les avise.
La cosa sale por un gasto total de unos 3.500 pesos por persona -1.500 del colectivo y 2.000 del bus- y, aunque es más molesto que el taxi os ahorraréis un pico y además, ¡¡a ver!! ¿váis de mochileros o de señoritas/os?ahhhh!. ¡Pues al bus!.
Quien salga desde Santa Marta, obviamente lo tiene más fácil aunque el trayecto de Taganga hasta el mercado de Santa Marta apenas lleva 20 minutos incluyendo las paradas.
Aquí os dejo, a la entrada del Parque. En unos días os cuento porqué no podéis moriros sin estar allí.