Llega la Semana Santa y la primavera con ella. Mientras esperas las primeras buenas vacaciones del año, miras al calendario con ensoñación. En realidad tu mente se encuentra vagando por lugares a los que te gustaría viajar. Tras unos meses trabajando duro, llega el momento de desconectar y explorar otra pequeña parte del gran mundo que habitamos. Se te ocurren destinos exóticos: Nueva Zelanda, Jordania, Brasil… Y estás a punto de babear sobre la mesa justo cuando te llega un mensaje al móvil: te han cargado el último recibo de la luz. Y entonces recuerdas que la verdad es que estás bastante pelado.
Esos lugares exóticos se alejan de tu pensamiento y la tristeza – al más puro estilo del muñeco de la gran película «Inside Out» – se va haciendo un hueco en él. ¡Pero no!… No estés triste porque hay muchos y muy buenos destinos a los que puedes viajar en Semana Santa sin gastarte la vida.
Aquí te dejo tres buenos ejemplos:
Riga
La capital de Letonia fue fundada en 1201. Es la ciudad más grande de los estados bálticos y el hogar de algo más de 700.000 personas, más de un tercio de la población de Letonia. Sin duda, se trata del mayor centro cultural, educativo, político, financiero, comercial e industrial de la región del mar Báltico.
La ciudad se encuentra en el golfo de Riga, en la desembocadura del río Daugava y su bello centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, destacando por su arquitectura art nouveau y sus edificios de madera del siglo XIX.
Visité Riga hace ya algunos años, en uno de los viajes con amigos más divertidos de mi vida. Durante una época, nos dio por seguir a la selección española en sus desplazamientos por Europa. Era la fase de clasificación para la EURO 2008, es decir, cuando seguir a España era más sufrido que seguir al Atleti.
Era un equipo en crisis. Acababan de apartar a Raúl, habíamos perdido en Irlanda del Norte y Suecia (allí también estuvimos) y aún no se había acuñado el término del tiki-taka. Lo nuestro sí que tenía mérito. Ese año viajamos a Estocolmo, Riga, Tallín, Aarhus y Bratislava (aunque aquí ni siquiera jugó España) y les vimos clasificarse para la EURO que supondría el nacimiento del mito. Así que, nosotros aportamos nuestro granito de arena a la historia de la Selección.
Nos encantó Riga. Tuvimos mucha suerte con el clima y disfrutamos de paseos por el centro histórico – donde destaca la preciosa plaza del Ayuntamiento – de calles estrechas y adoquinadas, buena comida y mucha fiesta en bares de todo tipo.
Cuando sales del centro aún se aprecia el contraste con los feos edificios que reflejan su pasado soviético.
Si el tiempo acompaña, no dudéis en coger un tren y acercaros a las playas del Báltico. Es un viaje de tan sólo media hora.
Cracovia
Cracovia, que fue capital de Polonia durante mucho tiempo, es una de las ciudades polacas más antiguas. Por ello, su patrimonio histórico y arquitectónico es más que reseñable. No en vano, su casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en una fecha tan temprana como 1978.
Considerada por muchos una de las ciudades más bellas del mundo, la mayor parte de sus atractivos turísticos se concentran en los barrios que componen el casco histórico, es decir: Stare Miasto y Kazimierz.
Kazimierz es conocido también como el «Barrio Judío» y en sus calles adoquinadas podrás encontrar un buen número de antiguas sinagogas y otros lugares de interés histórico.
Otro lugar que merece la pena visitar es el castillo de Wawel. El castillo es inmenso, realmente muy bello. Pasea por los patios internos y exteriores. Desde sus almenas podrás observar el gran río Wisla. También es reseñable la catedral de Wawel y la basílica de Santa María.
Si te gustan los museos, el de la Aviación es realmente curioso. Las dos visitas más famosas a realizar desde Cracovia son las minas de sal de Wieliczka y el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. Esta última sólo apta para almas que puedan lidiar con el horror que se vivió allí.
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No dejes de probar las buenas cervezas polacas a muy buen precio.
Granada
Boabdil lloró cuando fue despojado de su joya más preciada. Y con razón.
No hace falta salir de España para disfrutar de un gran destino bueno, bonito y barato esta Semana Santa.
Granada es una ciudad preciosa que nos ofrece todo lo que puede buscar un viajero y, además, a muy buen precio. Es uno de los mejores destinos baratos de España. La Alhambra, Albaicín, el casco antiguo y las bellas montañas de Sierra Nevada – en las que aún puedes pillar algo de nieve si tienes suerte – son perfectas para pasar el día, pero la noche no se queda atrás.
La cultura de la tapa y la birra es algo irresistible. Haz un recorrido por los distintos bares del casco antiguo y acaba la noche en la famosa discoteca Mae West. Si aún tienes carrete, no te faltarán afters donde elegir.