A unas 5 horas de bus de Mandalay -en dirección Noroeste- se encuentra el tranquilo pueblo de Hsipaw.
Nosotros decidimos incluirlo en nuestro itinerario por Myanmar por una de las razones más comunes en los viajes de larga distancia: la recomendación de otros viajeros que encuentras en la ruta. Así que tenemos que darle las gracias a Cecile, Trui y Thomas, los chicos que nos acompañaron en nuestro trekking en Luang Nam Tha descubriéndonos los secretos de Hsipaw.
El bus procedente de Mandalay nos dejó en una callejuela perpendicular a la calle principal del pueblo. La sosegada vida de Hsipaw transcurre entre esa calle y la que sirve de autopista de paso.
Como podéis imaginar, las opciones de alojamiento en un lugar tan pequeño no son demasiadas. Nuestros amigos franceses nos habían recomendado Mr Charles, pero las chicas israelíes que conocimos en el bus nos dijeron que habían intentado reservar por teléfono y estaba lleno. Así que ellas se fueron a otro que se encontraba al lado de la torre del reloj -no recuerdo el nombre- y nosotros nos fuimos a la tercera y última opción del pueblo, Mr Kid.
Nos quedamos allí 3 noches y nos fuimos realmente contentos. La señora de la casa es muy amable, habla buen inglés y -lo que más nos gustó- nos dio un plano que había dibujado su hijo con el que se podía hacer el trekking que Mr Charles daba a los turistas por unos 20.000 Kyats. El precio es de 3.000 Kyats por persona y noche aunque es cierto que el lugar es muy básico. Las habitaciones no están mal pero los baños son compartidos y dejan mucho que desear.
La mayoría de gente occidental elige Mr Charles. Nada más llegar al lugar os daréis cuenta de eso. En los últimos años le ha entrado tanta pasta a Charles que pudo construir un nuevo ala del edificio, pintarlo y hacer que parezca un bonito hostal occidental. O al menos así nos lo corroboró un israelí que había estado en el pueblo hace 5 años y lo comparaba ahora. El precio es de 4.500 Kyats por persona en el dormitorio, incluyendo un buen desayuno de buffet.
Aunque seguro que nos habríamos sentido más cómodos allí, nos sentimos felices de nuestra decisión fortuita. Tenéis que recordar algo muy importante cuando visitáis un país como éste: repartid vuestro dinero lo máximo posible. El dueño de Mr Charles debe ser una de las personas más ricas de la zona gracias a su negocio -y no decimos que no se lo haya currado, pero como siempre la Lonely Planet juega un papel importante en países menos conocidos o trillados por el turismo- así que nos sentimos mucho mejor dando nuestro dinero a la señora de Mr Kid que tan bien nos trató. Además su plano resultó llevarnos a un trekking muy emocionante, como os contaré en el próximo artículo.
Para comer el tema es parecido al alojamiento. El dueño chino de Mr Big ha montado un gran restaurante -”Gran” para lo que es el pueblo- justo al lado de su pequeño y desvencijado predecesor. Parece que las cosas le han ido bastante bien últimamente y la verdad es que los platos no son nada caros y de calidad bastante aceptable. Sin embargo podéis encontrar calidad algo menor a precios más competitivos en los pequeños restaurantes familiares que pueblan la calle principal. Si os quedáis unos días intentad alternar y probad unos cuantos.
Eso sí, para desayunar os aconsejo que no salgáis del One Tea. Es un local muy amplio en la acera de enfrente de Mr Big y tienen la mejor bollería casera que probamos en todo el país. Hay una especie de bollos alargados que por 500 Kyats os harán creer que estáis en la panadería al lado de vuestra casa. También tienen magdalenas y sirven una especie de churros tremendos con el café. Para los amantes de la fritanga mañanera decirles que pueden cubrir sus necesidades con samosas, huevos fritos y otras cosas bañadas en aceite. Aquí desayunamos los 4 días que estuvimos y nos aprovisionamos de bollería para el trekking.
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Por último recomedaros los lassis de fresa de la heladería-frutería-zumería que se encuentra en la calle paralela a la principal. Tenéis que salir de Mr Big, cruzar la acera y seguir esa calle para arriba, después dobláis la primer a la izquierda y allí veréis este lugar tan fuera de sitio en Hsipaw. Su decoración podría ser la de cualquier local de moda en vuestra ciudad. Más bien rollo cursi pero tremendamente distinto en Burma. El lassi de fresa que os sirven por tan sólo 700 Kyats es algo escandalosamente bueno.