Partimos de Toledo con el coche camino a Guadalajara. Por el camino teníamos pensado visitar alguna zona verde y aunque efectivamente, debíamos realizar más kilómetros de los previstos, nos decidimos por visitar el parque natural del Alto Tajo ya en la provincia de Guadalajara pero más cercano a la ciudad de Cuenca.
De Toledo tomamos la N400 en dirección a Ocaña y Tarancón para desviarnos más tarde en Carrascosa del Campo por la CM 310. Seguimos la carretera rural hasta llegar a Beteta y Póveda de la Sierra donde se encuentra la entrada al parque natural del Alto Tajo. Aunque fue un largo camino de carretera -tardamos aproximadamente unas tres horas y media- mereció la pena una vez dejamos atrás la carretera principal y nos adentramos en el interior.
Recorrimos una zona despoblada, sin apenas seres humanos u otros coches en la carretera. La vegetación, a medida que uno se acerca al parque natural, va ganando espacio y puede observarse un colorido paisaje natural de árboles, matorrales y enormes extensiones de campo sin apenas señales de vida.
Tras llegar a Póveda de la Sierra aparcamos el coche junto a un punto de información del parque natural. Estaba cerrado pero aproveché para hacerle una foto al mapa y así podérmelo llevar conmigo. Vimos un camino de tierra que se dirigía hacia unas cascadas llamadas Salto de Póveda y hacía ahí nos dirigimos.
No teníamos claro si a medio camino nos encontraríamos con dificultades sobre el terreno con el coche. No obstante, la pista forestal no contempla demasiados desniveles y se puede cubrir fácilmente con cualquier turismo. El trayecto sigue el precioso curso del río y a lo lejos a medio camino podemos visualizar el precioso salto que en diciembre ofrece un caudal vigoroso. A pocos minutos llegamos a un parking, junto a una casa rural apartada del mundo en un lugar privilegiado del parque natural.
Seguimos un pequeño sendero que nos llevó a los pies de este precioso salto que también es conocido por el nombre de Las Chorreras. En invierno es un lugar poco concurrido -sólo encontramos una pareja- y el escenario natural es precioso. Las limpias aguas del río Tajo se desprenden en una bonita caída de unos 20 metros de altura.
Retomamos el paso y volvimos a la carretera helada. Seguimos las pequeñas carreteras comarcales que en poco más de dos horas nos dejaron en Guadalajara.
Pues si, me encanto! aunque en verano debe ser otro espectaculo porque en diciembre la cascada estaba medio helada!
Un lugar precioso y único, me llevó mi hermano el año pasado y la lástima es que en un día no puedes disfrutarlo como se debe. En verano se puede uno bañar en algunos lagos que tiene, con aguas cristalinas, y este año volveré para disfrutar una vez mas de esos paisajes :)
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