El Festival de la Sardina en Candás (Asturias) es un homenaje gastronómico a este humilde pescado. Durante el mismo se consumen toneladas de sardinas a la plancha (sobre todo, pero también en empanada y tortilla) y un jurado de expertos elige a los restaurantes que mejor la preparan, otorgando la Sardina de Oro, de Plata y de Bronce.
La tradición pesquera viene de lejos, pues en el pueblo marinero de Candás llegaron a coexistir hasta 12 industrias conserveras, principalmente de sardinas y bonito. De hecho, a principios del siglo XX el precio del bonito en la rula de Candás fijaba el precio del bonito para todo el Cantábrico.
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Tanta fue su importancia que muchos marineros vascos recalaban en el puerto de Candás y es un hecho que más de uno y de dos se enamoraron de candasinas y se establecieron aquí.
Existe incluso la teoría de que la marmita de bonito que preparaban aquí esos marineros, los que volvían a casa al menos, está en el origen del famoso marmitako vasco. Y no, no pretendo entrar en polémicas con nuestros vecinos de la Cornisa Cantábrica, buenos marineros y buenos gastrónomos ellos.
El Festival de la Sardina tiene su orígen en una iniciativa de SOFECA, la sociedad local de festejos, para animar las festividades locales de San Félix. Se viene celebrando en Candás cada 1 de agosto desde 1970 y refleja simbólicamente la dependencia, la relación, de esta villa marinera con este producto del mar.
Desde el año 1970 hasta el año 1998, el Festival de la Sardina de Candás se celebraba en el muelle de pescadores y sólo se servía sardina a la plancha y sidra. El aumento del número de visitantes hizo que en 1999 se desplazara a su lugar actual, el Paseo de San Antonio.
Como podéis ver en este vídeo, la estupenda zona verde cercana al mar es una fiesta:
Me contaba Magali, la mamma tras el restaurante Brisas Candasinas, que si quieres un sabor especial has de probar las sardinas cocinadas sobre plancha de carbón, siendo ellos los únicos que disponen de ella.
Y Magali de esto sabe un poco, pues ella misma fue jurado a finales de los años 70, cuando las sardinas se comían en el muelle, de pie, donde buenamente se podía.
Hoy los miles de asistentes a esta fiesta, casi uno por cada habitante de Candás, se vienen con sus mantas y sus cajas de sidra, o las compran aquí, por 25 Eur la caja de botellas de la bebida típica de Asturias.
Los primeros en aparecer suelen ser de fuera, se instalan en el prado y aquí pasan la tarde, comiendo sardinas a 12 eur la docena, escuchando la música de los bailes regionales y disfrutando del tiempo.
Más tarde llegan los candasinos, cuando las prisas por ser el primero en comprar sardinas han desaparecido (pero no las colas), y la velada se prolonga mientras haya sardinas. Con más de 4 toneladas de sardinas entre 7 puestos, eso supone la medianoche y más allá.
Pero mientras unos disfrutan comiendo y otros trabajan cocinando, hay quien trabaja comiendo.
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El Festival de la Sardina de Candás otorga cada año tres premios, la Sardina de Oro, la de Plata y la de Bronce.
Para decidir en qué puesto se sirven las mejores sardinas, un jurado de profesionales de la gastronomía (en esta ocasión Pedro Morán, Luis Alberto Martínez, Juan Rivero, Abel Terente y Eduardo Méndez) recorren cada local y luego, en una carpa frente al público, realizan una cata y evaluación a ciegas de las sardinas.
El veredicto del año 2017 fue conceder la Sardina de Bronce al Restaurante Llagarón, la Sardina de Plata a Casa Repinaldo y la Sardina de Oro a Brisas Candasinas.
La capital del concejo de Carreño ha visto, año tras año, como el Festival de la Sardina crece en afluencia de público y en importancia. Mientras unos cocinaban y otros puntuaban, miles de personas se divertían, comían y bebían.
Pequeño, humilde y delicioso desde Málaga hasta Asturias, si estás aquí en verano no dejes de acercarte a la costa de Carreño y disfrutar del Festival de la Sardina de Candás.