Más allá de la señorial Oviedo, la marchosa Gijón o el reflexivo encanto de los pueblos de pescadores, aún se pueden encontrar rincones secretos de Asturias con pocos turistas.
Os hemos hablado de uno de ellos en el Suroccidente del Principado cuando os contamos qué ver en Belmonte de Miranda, y hoy compartimos nuestra experiencia en el alojamiento que usamos como base para explorarlo, el Gran Hotel Rural Cela.
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El entorno del Gran Hotel Rural Cela
A menos de 40 minutos de Oviedo, una hora de Gijón o 41 minutos del Aeropuerto de Asturias, el Gran Hotel Rural Cela está justo a la entrada de la pequeña población rural de Belmonte, capital del concejo de Belmonte de Miranda, y encajada entre boscosas montañas.
Unos 500 m separan la entrada del pueblo propiamente dicha (según se sale de la curva junto al nº 18 de la Carretera del Puerto) del final del núcleo principal, a la altura en que se le incorpora la Avenida del Río Pigueña. Y no más de 150 m separan la carretera del Río Pigüeña en sus puntos más alejados, así que os podéis hacer una idea de lo pequeño que es Belmonte.
Pero pequeño no significa ni aburrido ni carente de atractivos para una escapada de fin de semana. Todo lo contrario.
En el propio Belmonte están la Casa del Lobo y el Aula del Oro, un poco más allá, los núcleos rurales de Agüera y Agüerina, un poco antes, el fascinante Museo de Las Ayalgas. Desde el pueblo parten varias rutas senderistas, entre montes y ríos, por los alrededores.
Además, el Concejo de Belmonte de Miranda tiene su parte sur incluida en el Parque Natural de Somiedo, una de las áreas Reserva de la Biosfera de la UNESCO en España, con lo que se abre aún más a excursiones y rutas senderistas en bellos paisajes.
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El Gran Hotel Rural Cela
En un entorno natural tan bonito, y despoblado, nació la Fonda Cela (Av Carretera del Puerto, s/n)en Belmonte en 1902, en una época y lugar en la que palabra “fonda” era sinónimo de bienestar y comodidad casi lujosa-
De manos de la Familia Cela, el establecimiento fue traspasado a las de Fernando Riesgo y Consuelo Berdasco en 1968. La buena reputación del alojamiento y su restaurante se mantuvieron y aumentaron hasta tal punto que en 2003 compraron el edificio que, dado su estado, fue completamente reconstruido manteniendo su estilo original y añadiendo una nueva planta en su reapertura en 2006.
También se añadió oficialmente la gestión del hotel y del restaurante por parte de Roberto Riesgo Berdasco, que tenía tablas ya no sólo por llevar trabajando en el Gran Hotel Rural Cela desde que tenía 21 años (después de formarse en la Escuela de Hostelería de Gijón) sino por haber nacido en la misma fonda en 1969.
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Las habitaciones del Gran Hotel Rural Cela
Con la reforma del edificio, el Gran Hotel Rural Cela pasó a poder ofrecer alojamiento en 16 habitaciones con un apartamento suite y una suite con jacuzzi adicionales, “con las comodidades de un hotel urbano pero en un entorno rural”, como dicen ellos.
Existen habitaciones dobles estándar y habitaciones dobles de categoría superior, con el desayuno incluido (zumo de naranja recién exprimido, pan y embutidos de la tierra, tortillas, dulces, café, fruta, dulces, tortilla, yogures, etc.)
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Nosotros nos alojamos la primera noche en una de las dobles estándar (la 205) y la segunda noche, en la que volvimos agotados, dormimos en una habitación superior (la 203). No probamos la carta de masajes, pero es un servicio que también ofrecen.
La habitación estándar, en este caso la 205, resultó ser amplia y cómoda, con toques contemporáneos, tener un baño generoso (con bañera incluida) y una terraza privada que no llegamos a usar pero que invitaba a compartir una botella de vino.
La habitación superior del Gran Hotel Rural Cela, en este caso la 203, tiene dos puntos clave para hacerla precisamente eso, superior. Uno de ellos, que se agradece por la noche, es contar con una bañera de hidromasaje. El otro, una luminosa zona de descanso, con dos butacones y una mesa, justo a la vera de los amplios ventanales que daban a la plaza y ofrecían vistas al pueblo y a los montes de alrededor.
Por si os interesa, tanto la habitación 203 (con una ventana hacia la parte trasera y una salida lateral a la terraza) como la habitación 205 (con una galería que da a la calle principal – la Carretera del Puerto – y la arbolada plaza donde está la Oficina de Turismo) son muy tranquilas y ningún ruido exterior nos quitó el sueño.
Las tarifas del Gran Hotel Rural Cela son bastante asequibles, con la habitación doble superior con bañera de hidromasaje desde sólo 79 € a 99 € (según temporada), con desayuno incluido. Lo realmente escandaloso es que por sólo 15 € más tenemos la opción de media pensión, independientemente de la temporada, y por únicamente 25 € podemos disfrutar de la pensión completa…que en ambos casos incluye bebidas (vino y agua).
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El restaurante del Gran Hotel Rural Cela
¿Merece la pena la media pensión o la pensión completa? Eso, en Belmonte o en Benidorm depende de la relación calidad – precio del menú del restaurante.
Una buena aproximación para averiguar algo así es probar su menú del día, ¿se sacrifica cantidad por calidad a sabiendas de que fuera de carta las expectativas del cliente son más bajas? Dispuestos a comprobarlo, cuando llegamos a Belmonte bien pasadas las tres y media, decidimos hacerle caso al pizarrón y nos sentamos en la terraza habilitada en el parque para comer el menú del día (12 € en el salón, o sólo 14 € en terraza) del Restaurante del Gran Hotel Rural Cela.
Los entrantes en esa ocasión eran Crema de marisco, Ensalada Mixta “Cela”, “Menestra de verduras y carne, los principales Parrochas fritas con jamón, chuleta de cerdo a la plancha con patatas, croquetón de bacalao y se añadían postres caseros, pan, bebida y café (en carta aparecen menú para niños, menús vegetarianos y menú apto para celíacos).
Compartimos todos los platos y nos pareció deliciosa la crema de marisco, cumplimos con el médico con la ensalada mixta (aunque ninguno somos de espárragos), las parrochas con jamón volaron del plato, el enorme croquetón costó que entrara y descubrí un postre nuevo, “la barreña” (básicamente una especie de cuajada que, creo, mejora si se le añade miel).
Disipadas nuestras dudas tras el experimento, esa noche y la siguiente cenamos en el Restaurante del Hotel Cela, en un salón con capacidad para unas 50 personas antes de estos tiempos de reducción de aforo.
Probamos la sartén de langostinos al ajillo y pulpo, el “pitu de caleya” (como expliqué cuando mencioné este plato al comer en el Restaurante La Salgar, es un pollo que se cría semi-salvaje), pulpo a la plancha, fabada y cachopo.
Con raciones adecuadas para un asturiano, aunque alguien de fuera podría encontrar que la única manera de terminar los platos es compartiendo con generosidad, en el Restaurante del Gran Hotel Rural Cela ofrecen imprescindibles de la carta de cualquier restaurante de Asturias combinados con propuestas más urbanas. En cierta manera, es el espíritu del hotel aplicado a la cocina.
Un último apunte sobre el Gran Hotel Rural Cela en Belmonte. Después de haber leído las reseñas en TripAdvisor y tras ver cómo nos ha tratado a nosotros y, uno puede presumir de visión periférica, al resto de clientes del hotel y del restaurante, confirmo la veracidad de los halagos hacia Roberto y su buen hacer, y el del resto del personal, hacia los clientes.
Si quieres hacer una escapada rural por Asturias pero no estar aislado en lo alto de un monte, si quieres tener un alojamiento cómodo y buena comida a tu disposición, el Gran Hotel Rural Cela y Belmonte de Miranda son el alojamiento y el destino a considerar.
Aquí tienes un mapa de , incluyendo la ubicación del Gran Hotel Rural Cela en Google Maps.
