Al ser invitado por Transavia y la oficina de Rotterdam Marketing pude dejar de un lado mi habitual tipo de alojamiento -hostales- para pernoctar una par de noches en dos hoteles de Rotterdam. Una de las noches cenamos en un tercero, sobre el que también hablaré aunque no llegamos a pasar la noche allí.
Inntel Hotel Rotterdam.
El Inntel Hotel de Rotterdam es un hotel 4 estrellas con una localización inmejorable justo al lado de la parada de metro de Leuvehaven.
No me resultó nada difícil llegar allí mi primera noche desde el aeropuerto, tomando el bus número 33 hasta la Centraal Station y la línea D de metro desde allí. Son tan sólo 3 paradas.
El hotel tiene sauna, piscina y gimnasio gratuitos para sus clientes. Las habitaciones están bastante bien y la mía -con dos camas- estaba orientada hacia el río. El precio habitual ronda los 110 Eur.
Descansé como un campeón y a la mañana siguiente me encontré con un buffet de desayuno de primera categoría. Demostrando que no suelo viajar con estas comodidades, puse en mi plato bastante más cosas de las que me podía comer. La gula me venció sin remedio.
Por último reseñar que la atención por parte del personal fue exquisita.
Hotel Bazar
El Hotel Bazar -desde mi punto de vista- tiene tres cosas buenas y una mala.
Las buenas son su originalidad, su localización y su pedazo de desayuno. La mala la relación calidad (de la habitación) y precio.
Empiezo por la parte mala, que siempre gusta dejar lo bueno para el final. El hotel es temático y cada planta es de un estilo diferente: Oriente Medio, Sudamérica y África. A mí me tocó la segunda planta: Oriente Medio.
Para quien está acostumbrado a dormir en hostales, furgonetas o tiendas de campaña, una habitación como la que me encontré no significa ningún problema. Una cama doble con colchón muy bueno, una tele pequeña y antigua con 7 canales en holandés, un baño en el que la ducha carece de cortinas, plato o mampara y poco más. Todo en un espacio entre normal y reducido y con un toque arabesco reflejado en la lámpara y una mesa baja para el té.
No vi las habitaciones de los otros pisos, pero los 70 Euros que cuesta la noche -en habitación individual- se me antoja bastante alto.
La decoración del lugar le hace ser un hotel especial. Predominan los toques árabes que tienen su culminación en el fantástico restaurante de 3 plantas. Multitud de lámparas, de colores y formas llamativas, se descuelgan del techo para acompañar con su luz a la de las velas que hay en cada mesa.
El desayuno que allí se sirve consta de una bandeja de varios tipos de quesos, miel, mantequilla, huevo duro, pitas y panes variados. Para que te pueda pasar por la garganta, viene acompañado de un zumo de naranja natural y café o té. El complemento es el yogurt con frutas.
La mayoría de la gente que desayuna, come o cena en el restaurante no está alojada en el hotel. Su originalidad, su cocina basada en platos de Oriente y sus asequibles precios tienen la culpa de ello. Además, se encuentra en Witte de Withstraat, una de las zonas más cool de la ciudad para salir a cenar y tomarse unas copas.
Hay bicicletas disponibles para los huéspedes e internet Wi-fi de pago -8 euros por 24 horas- en las habitaciones y gratuito en la zona del restaurante y recepción.
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Tessa es una de las chicas de recepción que me llevó a confirmar que la gente que trabaja en los hoteles de Rotterdam es súmamente simpática.
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