Los habéis visto en fotografías sobre sumo y en un vídeo de un combate y sus rituales previos, pero ¿sabías que esas enormes torres de grasa y músculo consumen casi 7 veces más calorías al día que un hombre normal?
La ingesta media diaria de calorías para un varón es de entre 3.000 y 3.500. Un luchador de sumo se mete en el cuerpo 20.000 calorías al día repartidas en dos enormes comidas de 10.000 calorías cada una. Además, al echarse una siesta de unas 4 horas después de la comida, el cuerpo de un luchador es capaz de procesarlas lentamente y acumularlas en forma de grasa.
Si el índice de masa corporal – IMC – de un hombre sano es de 18, el de un luchador profesional de sumo es raro que esté por debajo de 45. Con una estatura media de 180 cm, los luchadores vienen a pesar entre 100 y 200 kilos, gracias a una rigurosa dieta y un régimen de sueño que priman el ganar grasa corporal.
Los luchadores de sumo comen un plato japonés llamado chanko-nabe. Es una especie de cocido que contiene grandes cantidades de fuentes de proteinas, como el pollo, pescado o tofu, además de vegetales hipocalóricos.
Puede que los enormes hombres que se suben al dohyō tengan un elevado estátus social en la sociedad nipona, pero la contrapartida puede ser una salud más débil. Su esperanza de vida es de entre 60 y 65 años, unos 10 años inferior a la del varón japonés medio.
A menudo desarrollan diabetes, hipertensión y son propensos a infartos. El exceso en el consumo de alcohol puede dañar el hígado y sus articulaciones pueden verse afectadas por la artritis.
Con sueldos (año 2006) de entre $11.000 y $30.500 al mes ¿te cambiarías por uno de ellos?
Dieta de un luchador de sumo | Intermartialarts (en inglés)
Fotos | Avistu