Hace unos años, mientras atravesaba uno de esos momentos vitales en los que el estrés parece abarcar y oscurecerlo todo, tuve la fortuna de recibir una invitación a realizar un viaje de prensa de desconexión y salud a Gran Canaria.
La acepté con ciertas reservas, ya que no soy muy dado al arte de tumbarme y no hacer nada. Fue mi mejor decisión en años, pues el grupo hotelero Lopesan me abrió las puertas al paraíso en Gran Canaria.
Durante cinco días, me olvidé de todos mis problemas y conseguí conectar con la energía de una isla cuyas ancestrales raíces volcánicas parecen dotarle de un hechizo curador que se filtra a través de sus rocas, sus plantas, la arena de sus playas y ese océano que, con tan sólo mirarlo, repara el alma y el espíritu.
Jornadas en las que disfruté de la magnífica gastronomía canaria – con esa sabrosa mezcla de tierra y mar que tan sólo pueden ofrecer las islas verdaderamente bendecidas -, de las magníficas dunas de Maspalomas y de paseos por la capital, Las Palmas de Gran Canaria, y encantadores pequeños pueblos, como Puerto de Mogán.
Pero, sobre todo, dejé que me cuidaran en los hoteles de Lopesan.
Lopesan: tres hoteles en los que desconectar de todos los problemas
Aunque pasé mi estancia en uno de ellos, visité los tres hoteles que el Grupo Lopesan posee en Gran Canaria – concretamente, en la zona playera de Meloneras – y llegué a la conclusión de que el denominador común de estos alojamientos es que cuentan con unas instalaciones espectaculares y un personal altamente cualificado cuyo único objetivo es que los huéspedes disfruten de unas vacaciones inolvidables.
Estas son las opciones que proponen (todas ellas de 5 estrellas de calidad hotelera):
Lopesan Baobab Resort
En el hotel Lopesan Baobab Resort el lujo se combina a la perfección con lo exótico. No hay que olvidar que las Islas Canarias están, geográficamente hablando, más cerca de África que de Europa.
Por eso, quizás, los diseñadores de este magnífico hotel quisieron jugar con ese espíritu africano.
Esto lo podrás ver reflejado en el aspecto de la naturaleza salvaje y frondosa de su flora y también en el terroso color de sus edificios, que recuerda a esa tierra rojiza que no es más que la sangre que corre por las arterias de África.
La gastronomía del llamado Continente Negro también tiene su lugar entre los restaurantes del hotel. El Akara es uno de los mejores restaurantes de cocina africana del país.
Piscinas, animación, zonas deportivas y área de juegos para niños son sólo algunas de las muchas posibilidades que ofrece este hotel de cinco estrellas.
Lopesan Costa Meloneras Resort & Spa
Situado a un paso de la Reserva Natural de las Dunas de Maspalomas, este fue el hotel en el que me alojé.
Al poder hacer uso de las instalaciones del completísimo centro de wellness OM Spa Costa Meloneras, debo decir que no he tenido, jamás, una estancia más placentera en un hotel.
El recinto es exuberante, con más de 800 palmeras de 100 especies diferentes, 4 piscinas de agua dulce, 4 piscinas de hidromasaje, playa artificial e incluso una isla privada.
Lopesan Villa del Conde Resort & Thalasso
Cuando entré al Lopesan Villa del Conde, pensé que en realidad me encontraba en un típico pueblo de arquitectura colonial canaria. Allí estaban sus calles, a las que se asomaban pequeñas casas de fachadas encaladas y balcones de madera, jalonadas por la vegetación típica de la isla.
Un pequeño pueblo que cuenta con 10 zonas diferentes dedicadas a la mejor gastronomía y ofrece innumerables alternativas de ocio para mayores y pequeños. Además, el OM Thalasso Villa del Conde by Lopesan es un insuperable centro de bienestar y belleza en el que podrás disfrutar de una increíble estampa del mar mientras dejas que te cuiden.
Las mejores cosas que hacer en los alrededores de Meloneras
Aunque es cierto que al alojarte en cualquiera de estos tres hoteles sentirás como una fuerza gravitatoria te atrapa, sería una pena perderse las muchas cosas que hacer en Meloneras y sus alrededores.
Para empezar, está la espectacular playa de Meloneras, de unos 500 metros de largo y 75 metros de ancho. Su arena, entre dorada y blanquecina, casi se llega a fundir, por su proximidad, con uno de los paisajes más atractivos de Gran Canaria: las Dunas de Maspalomas.
Esta reserva natural abarca una superficie de 404 hectáreas y en ella se pueden hallar plantas, como la launaea arborescens, el tarajal o la juncia desnuda, y animales autóctonos, como el lagarto gigante de Gran Canaria.
Puedes recorrerlas a pie o en camello (con excursiones organizadas) y en ellas sentirás que te encuentras en un verdadero desierto africano. Los atardeceres en las dunas son de ensueño.
Separando las playas de Maspalomas y Meloneras, se encuentra un gran faro blanco, el Faro de Maspalomas, que fue erigido en 1889. Con sus 55 metros de altura, fue declarado Monumento Histórico en el año 2005 y hoy es utilizado como centro cultural.
También merece la pena alquilar un coche y desplazarse a la cercana población de Puerto de Mogán, que se encuentra a tan sólo unos 20 minutos de Meloneras.
Puerto de Mogán es un viejo pueblo de pescadores, cuyas antiguas casas aún aparecen apiñadas en la ladera de un pequeño cerro que mira al mar. Sin embargo, junto al puerto, otras moradas nuevas combinan el blanco con colores brillantes y las buganvillas aparecen por doquier.
Allí, a ras de agua y entre canales, hay coquetas boutiques, pequeños restaurantes donde sirven excelentes pescados y mariscos, y un ambiente relajado en el que merece la pena perderse.
Y es que a Gran Canaria hay que ir a relajarse y disfrutar.