Uno de los pocos viajes que pude hacer en la segunda parte del año pasado me llevó a descubrir dos zonas de Andalucía que me fascinaron profundamente: el Altiplano de Granada y la Alpujarra de Almería. Recorrí aquellas tierras durante cinco días, realizando un sinfín de actividades de todo tipo y para todos los gustos. A pesar de que fue un viaje intenso y relativamente largo, lo cierto es que regresé a casa con la sensación de haber descubierto tan solo la punta de un iceberg con el que me chocaría gustosamente. Esperemos que llegue pronto el momento en que nos podamos volver a mover libremente y así regresar a esas tierras andaluzas para profundizar más en sus riquezas culturales, paisajísticas, gastronómicas y patrimoniales.
La Alpujarra Almeriense me sorprendió, en primer lugar, porque siempre había oído nombrar la Alpujarra granadina, pero nunca a su hermana almeriense. Después, cuando estuve sobre el terreno me sorprendieron varias cosas más que paso a relataros como mi selección de las mejores cosas que hacer en la Alpujarra de Almería. Pero antes, por si te pasaba como a mí, te cuento dónde se encuentra esta bella zona de Andalucía.
Cómo llegar a la Alpujarra Almeriense
La Alpujarra Almeriense es una comarca que se halla en la parte occidental de la provincia de Almería, limitando con varias comarcas almerienses, pero también – como no podía ser de otra manera – con la Alpujarra Granadina y Guadix.
En ella se encuentran 22 municipios, siendo el más extenso el de su capital, Laujar de Andarax.
Para llegar a la Alpujarra Almeriense, lo ideal es volar a los aeropuertos de Granada o Almería y viajar en coche desde allí.
Las 5 mejores cosas que hacer en la Alpujarra Almeriense
Y ahora que ya sabes dónde se encuentra la Alpujarra Almeriense, te voy a proponer unos cuantos buenos planes que hacer allí:
1. Recorrer en buggy la Sierra Alhamilla
No sé si alguna vez has montado en un buggy, pero si no lo has hecho, te lo recomiendo encarecidamente. Lo probé por primera vez por las dehesas extremeñas y, aunque me lo pasé en grande, el recorrido por la almeriense Sierra Alhamilla lo mejoró con creces.
La Sierra Alhamilla se une con las de Gádor y Cabrera para formar los macizos béticos litorales. El paisaje que ofrece esta zona de Almería es una mezcla de aridez salpicada de verde, que le hace parecer un escenario de película. Tan de película, que aquí se han grabado films como «Exodus» (Ridley Scott) y algún «western» tempranero, anterior a la famosa «Trilogía del Dólar» de Sergio Leone.
Nosotros recorrimos la zona de El Chorrillo, una parte de Alhamilla en la que encontramos rampas, baches, antiguos cauces de ríos, campos, palmeras y asfalto, además de un paisaje precioso y las casas del set de rodaje de «Exodus». Un recorrido de dos horas que podéis leer en el completo artículo que redacté sobre mi experiencia en buggy en Almería.
2. Visitar el Observatorio Astronómico de Calar Alto
Si te llama la atención el firmamento, las estrellas, planetas, cometas y, en definitiva, la astronomía, no puedes dejar de visitar el Observatorio Astronómico de Calar Alto (también conocido con el nombre de CAHA, siglas para Centro Astronómico Hispano en Andalucía). A pesar de ser el observatorio astronómico más grande – y uno de los más importantes – de la Europa continental, Calar Alto pasa por ser un gran desconocido.
Situado en una llanura que se forma, a unos 2.168 metros sobre el nivel del mar, en la sierra de Filabres, Calar Alto se presentó ante mis ojos como una especie de complejo espacial. Tal es el aspecto que le confieren al lugar los grandes torreones blancos, que sirven de casa a los grandes telescopios, y la escasa vegetación que crecen a esa altura. Y es que poco antes de la llanura, las masas de pinos ocupan la ladera de las montañas, desapareciendo casi en seco al llegar al observatorio.
Recorrimos el complejo con Javier, de la empresa de turismo astronómico Azimuth, un apasionado ingeniero astrónomo que nos contó todos los pormenores de Calar Alto y con quien pudimos entrar a admirar el telescopio más grande del observatorio -un mastodonte, encerrado en una torre de 43 metros de altura, que posee una lente de 3,5 m de diámetro – y explorar las instalaciones en las que trabajan y viven los científicos.
Aunque hicimos el recorrido de día, también puedes acudir al observatorio de noche. No podrás entrar a las torres de los telescopios (ya que están trabajando), pero sí asistir a un taller de observación de estrellas, en los terrenos del observatorio, y con un telescopio de dimensiones considerables.
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3. Visitar la capital de la Alpujarra Almeriense: Laujar de Andarax
Y si en Calar Alto vimos las estrellas en el firmamento en el pueblo de Laujar de Andarax las veríamos a ras de tierra. En las estrechas calles de este pueblo de la Alpujarra Almeriense, encontraríamos a gente que aún trabaja en telares artesanales para crear auténticas maravillas. Las aguas del río Andarax potenciaron una industria artesana textil de gran importancia en el siglo XVIII. Con el tiempo, obviamente, los batanes y molinos dejaron de moverse, pero algunos héroes melancólicos mantienen la tradición viva en sus pequeños talleres, creando prendas de gran calidad.
La historia es también protagonista en Laujar de Andarax pues esta fue la última morada en la península ibérica del gran Boabdil, el último rey nazarí que cedió Granada a los Reyes Católicos. Los árabes permanecieron en estas tierras durante muchos años más, y su legado aún está presente.
Pero no fue el único personaje histórico que habitó en Laujar. Y es que aquí nacieron Pedro Murillo Velarde y Bravo – un jesuita, jurista, músico, poeta, historiador, geógrafo y misionero que tiene el honor de crear el primer mapa completo de Filipinas de la historia – y Francisco Villaespesa, quien nació en 1877 y fue uno de los escritores almerienses más universales. Para conocer el legado de ambos, puedes visitar el museo que se ha inaugurado, recientemente, en el Palacio de Moya.
4. Descubrir las Minas del Serón
En la Alpujarra Almeriense puedes realizar un auténtico viaje en el tiempo al visitar las antiguas Minas de Serón.
Durante parte del siglo XIX y hasta 1968, en esta zona de la parte norte de la Sierra de Filabres se explotaron minas de plomo. Muchos trabajadores acudieron entonces a esta árida región y se establecieron en la localidad de Las Menas, construida en 1910.
Al visitarlo hoy, se pueden ver algunas grandes casas y otras estructuras que aún se mantienen en pie, como un auténtico pueblo fantasma que carecería de vida si no fuera por el bonito camping que hay justo al lado. Frente al camping se extienden las laderas de las montañas, en las que aún se pueden observar decenas de agujeros que conducen a los 25 kilómetros de galerías en las que trabajaban los mineros.
5. Senderismo y otros deportes en el Puerto de La Ragua
Sin duda, una de las mejores cosas que puedes hacer en la Alpujarra Almeriense es disfrutar de su maravillosa naturaleza. Puedes hacerlo de distintas maneras, siendo el senderismo, la tirolina, las rutas micológicas (en época de setas) y el esquí de fondo (en invierno) las actividades más practicadas por la gente local y los visitantes.
En el Puerto de la Ragua – perteneciente al Parque Nacional de Sierra Nevada – la tierra se eleva unos 2.000 metros sobre el nivel del mar. En él proliferan los bosques de pinos, arbustos, hierbas y flores, que son regados por las aguas de estrechos y juguetones riachuelos. En otoño, los buscadores de setas suelen tener suerte, mientras que en invierno familias enteras vienen pertrechadas con esquís y trineos.
El resto del tiempo, La Ragua ofrece un buen número de sendas para caminar por parajes excepcionalmente bellos. Una recorrido sencillo es el que lleva al espectacular Mirador del Collado de Cabañuelas, pero si estás buscando algo más exigente, no te preocupes, pues por aquí pasan tramos del sendero GR-240 o Senda Sulayr, que atraviesa Sierra Nevada.
Para los que busquen chutes de adrenalina, les recomiendo que prueben la tirolina que los chicos de la empresa Be Natural han montado en un barranco cercano al pueblo de Laujar de Andarax. Es una auténtica pasada y sentirás la emoción al cruzar de un lado a otro del barranco suspendido a unos 150 metros de altura.
Y es que la Alpujarra Almeriense guarda muy bellos secretos para los viajeros. Deseando regresar para descubrir muchos más.
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