Cuando paseas entre las muchas cosas que ver en Salamanca no tardas en darte cuenta de que te hallas en una ciudad monumental, en la que 2.700 años de historia – el primer asentamiento humano se dio en la primera Edad del Hierro – han dejado una huella indeleble y una riqueza patrimonial que llevó a la UNESCO a declarar al casco viejo de Salamanca Patrimonio de la Humanidad.
Sin embargo, entre tanto edificio histórico, iglesias, catedrales, conventos y museos, se respira también un ambiente juvenil, gracias a la importante universidad que lleva siglos formando a algunos de las personalidades más brillantes de nuestro país. La Universidad de Salamanca, fundada en 1218 por Alfonso IX de León, es la universidad en activo más antigua de España. Ahí queda eso.
Pasea por sus verdes parques – como el de los Jesuitas -, saborea la estupenda gastronomía salmantina y, en definitiva, disfruta de una ciudad que tiene algo que ofrecer a cada viajero. Es complicado resumir tanto en un listado, pero intentaremos que te lleves lo mejor de la urbe en esta subjetiva enumeración de las mejores cosas que ver en Salamanca:
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Índice de contenidos
1. Ciudad Vieja de Salamanca
Una buena manera de comenzar a tomar el pulso a la ciudad es deambular por las callejuelas empedradas de la ciudad vieja de Salamanca. Este lugar, Patrimonio de la Humanidad, está compuesto por una gran mezcla de edificios de gran importancia patrimonial e histórica – con catedrales (sí, a falta de una, hay dos catedrales que ver en Salamanca), conventos, casonas y palacios – y locales comerciales, restaurantes y otros lugares que emanan la energía de la vida moderna.
Bellos edificios renacentistas, góticos, barrocos y de estilo morisco se asoman a las calles. Hay más de 20 palacios, casi todos del Siglo de Oro español, y muchos abren sus majestuosas puertas al público para exposiciones temporales o duraderas.
Si estás visitando los mejores lugares que ver en Salamanca en familia, puedes hacerlo un poco más divertido para los más pequeños subiendo al tren turístico, que sale de la Plaza de Anaya cada media hora en verano.
2. Catedral vieja
Salamanca es una ciudad con dos catedrales conectadas entre sí. La más antigua de las dos, la Catedral Vieja, se levantó entre los siglos XII y XIV en honor a Santa María de la Sede, y tiene una encantadora combinación de estilos románico y gótico, cada uno reflejando el cambio en la moda mientras se construía la catedral.
En su interior destaca el bello retablo del siglo XV con 53 paneles pintados que representan el ciclo de vida de la Virgen María y Jesús. Las capillas dentro de la catedral contienen las solemnes tumbas de obispos y nobles medievales.
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3. Catedral Nueva
La Catedral Nueva – cuyo nombre oficial es Catedral de la Asunción de la Virgen – fue completada entre los siglos XVI y XVIII, y también tiene una mezcla de estilos: gótico tardío, renacentista y barroco.
Cuando comenzaron las obras, ya predominaba el barroco, pero las autoridades de Salamanca querían que el nuevo edificio armonizara con la Catedral Vieja, por lo que optaron por un aspecto gótico, mucho tiempo después de que este ya se hubiera quedado obsoleto.
En el interior, no te pierdas las pinturas renacentistas de Juan Bautista y la Virgen María.
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Una curiosidad: la catedral apenas sufrió daños materiales – y ninguna víctima mortal – durante el terrible terremoto de Lisboa (con un 9 en la escala Richter) del 31 de octubre de 1755 , y para conmemorar tal suerte, se decidió que cada 31 de octubre subiera alguien a la torre para tocar las campanas, y así dar gracias a Dios por haber salido indemnes y pedir que el terrible suceso no se repitiera. Además, era necesario medir año tras año la inclinación de la torre – que había sido dañada durante el terremoto – para comprobar que no siguiera inclinándose. Los encargados de iniciar esta costumbre fueron los Mariquelos, una familia que vivía dentro de la catedral y que se encargaba de tocar las campanas cuando correspondía. La celebración de los Mariquelos ha tenido lugar desde 1755 hasta nuestros días, excepto ochos años (1977 – 1984).
El último Mariquelo de la familia fue don Fabián Mesonero Plaza que dejó de subir al cimbalillo en 1977, y fue en realidad el último Mariquelo auténtico.
4. Casa de las Conchas
La sede de la biblioteca de la ciudad es la Casa de las Conchas, un precioso palacio gótico que está considerado como uno de los máximos exponentes del estilo plateresco español.
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Los edificios platerescos tienen fachadas extremadamente ornamentadas, diseñadas para parecerse a la platería, con guiños a los estilos morisco, lombardo y florentino. En el caso de la Casa de las Conchas, las paredes exteriores están adornadas con conchas de peregrino y también se encuentran relieves de varios escudos de las familias nobles Pimentel y Maldonado, que estaban unidas por matrimonio cuando el edificio estaba en construcción.
En el interior hay un hermoso patio interior y en el segundo piso el techo de madera está artesonado con bellos motivos hexagonales. Sin duda, la Casa de las Conchas es uno de los lugares más bonitos que ver en Salamanca.
5. Universidad de Salamanca
La universidad en activo más antigua de España y el mundo hispánico – y la tercera de Europa – es uno de los mejores lugares que ver en Salamanca. En un momento estuvo entre los más prestigiosos del mundo, y hoy es la principal razón por la que Salamanca es un destino privilegiado para miles de estudiantes, tanto nacionales como internacionales.
Podrás entrar a algunos de los edificios más antiguos de la plaza, Patio de las Escuelas, que tienen impresionantes diseños platerescos y cuyas piedras tienen muchas historias que contar. La fachada del edificio principal tiene una escultura difícil de detectar de una rana sentada en un cráneo: se supone que da buena suerte si logras encontrarla sin ayuda. Se han atribuido muchos significados macabros a la rana, pero no son pocos los que piensan que tan solo es una marca identificativa del escultor que la creó.
En la plaza hay una estatua de Fray Luis de León, uno de los escritores más importantes del Renacimiento español y uno de los muchos e influyentes alumnos de la Universidad de Salamanca. Otros estudiantes ilustres fueron: Luis de Góngora, Fernando de Rojas, Hernán Cortés, Antonio de Nebrija, San Juan de la Cruz y Bartolomé de las Casas, entre muchos otros.
6. Plaza Mayor
El informe de la UNESCO otorga una mención especial a la impresionante Plaza Mayor de Salamanca. Fue diseñada a mediados del siglo XVIII en estilo barroco. Su característica arcada cuenta con 88 arcos que recorren todo el perímetro de la plaza, dividida únicamente por los accesos.
Encima de cada pilar hay un medallón que representa a una figura famosa de la prestigiosa historia de Salamanca. Los afortunados que viven en la Plaza Mayor tienen 247 balcones para dominar a todos. Bajo ellos, la gente pasea o se toma algo en las numerosas terrazas.
7. La Clerecía
Sobre la Casa de las Conchas, se halla este edificio barroco de principios del siglo XVIII. Construido bajo las órdenes de la esposa del rey Felipe III, Margarita de Austria, solo podrás visitar el interior de la Clerecía si te unes a una visita guiada por la Universidad Pontificia, que ocupa el edificio desde la década de 1940.
8. Feria de Salamanca
En septiembre – aunque no en este maldito año de coronavirus -, los charros se echan a la calle para echar el resto en las fiestas patronales dedicadas a la Virgen de la Vega. Las celebraciones comienzan el día 8 y sigue una semana de baile, bebida, banquetes y desfiles.
Cuenta la leyenda, que la Virgen María ayudó a proteger la ciudad durante la Guerra de Sucesión Española. Después de eso, la estatua de la Virgen fue llevada a la catedral de Salamanca desde el antiguo Monasterio de Vega.
Cada año hay un programa abarrotado de corridas de toros, conciertos, bailes con trajes tradicionales, espectáculos de fuegos artificiales y un magnífico mercado medieval. Si te gusta el jaleo, intenta hacer coincidir tu viaje con estas fechas y disfruta de una de las mejores cosas que hacer en Salamanca.
9. Convento de San Esteban
Mientras recorres este monasterio dominico del siglo XVI, quedarás impresionado por la opulencia y la extravagancia del edificio. Si, además, tienes buen ojo para la arquitectura, te encantará la escalera de piedra en el retablo principal, que es voladizo por las paredes. Fue obra de Rodrigo Gil de Hontañón, quien también construyó el Palacio de la Salina de Salamanca. Al pasear por el bello Claustro de los Reyes, alza la mirada para intentar admirar las cigüeñas que suelen andar por allí. Sin duda, es uno de los edificios más importantes que ver en Salamanca.
10. Remar el río Tormes
Y tras tanta visita cultural y patear las calles salmantinas, quizá llega el momento de probar una cosa original que hacer en Salamanca: remar con una barca sobre las aguas del río Tormes. Hay una empresa que alquila barcas en una de las riberas. Cada bote puede acomodar fácilmente a tres personas, y, cuando no hace demasiado calor, muchas personas se llevan un picnic y pasan horas flotando bajo los puentes de la ciudad en estas aguas serenas y poco profundas.
11. Tapas y gastronomía
Y tras abrir el apetito remando, llega el momento de probar la sabrosa gastronomía de Salamanca.
En una ciudad estudiantil como esta, las tapas son una forma asequible de salir a cenar. Casi todos los bares servirán una tapa con tu bebida. Así podrás probar tortillas, embutidos, quesos… Como se trata de una región porcina, el chorizo, el jamón y la panceta son los pilares de las tapas.
Si prefieres comer o cenar de carta o menú, no te faltarán opciones en los muchos buenos restaurantes que encontrarás en Salamanca. Hornazo (una especie de empanada rellena de jamón, chorizo y huevo duro), chanfaina, rosquillas de Ledesma y jamón de Guijuelo son algunos de los manjares que debes probar en Salamanca.
12. Puente Romano
El río Tormes tiene varios cruces, pero ninguno es tan bello como este puente peatonal de casi 360 metros. Data del siglo I, pero el diseño que ves tomó forma alrededor de la época de Trajano en la cúspide del siglo II. Hay 26 arcos, 14 de los cuales se han mantenido sin cambios desde que se erigió la estructura. Los demás fueron reconstruidos después de una devastadora inundación en el siglo XVI. El Puente Romano, además, te regala una de las mejores panorámicas que ver en Salamanca, pues desde aquí tienes una foto impresionante de las catedrales de la ciudad.
13. Parque Natural Arribes del Duero
Y tras descubrir los mejores lugares que ver en Salamanca, llega el momento de dejar un poco de lado la ciudad y visitar uno de los parajes naturales más bellos que puedes encontrar en sus alrededores.
El deslumbrante parque natural Arribes del Duero ocupa una extensión de 106,5 hectáreas de las provincias de Zamora y Salamanca, casi formando una frontera natural entre España y Portugal. Cuenta con uno de los lagos interiores más grandes de Europa y en sus montañas escarpadas crecen las vides. El parque es particularmente conocido por su biodiversidad y sus cursos de agua, que se han abierto paso a través del paisaje. Al sur del lago, podrás encontrar la impresionante cascada Pozo de los Humos, rodeada de típica flora mediterránea.
Arribes del Duero es una visita obligada para los amantes de la naturaleza y sus montañas ofrecen algunas de las mejores vistas naturales de España.