Si piensas que es difícil encontrar una ciudad con monumentos y edificios romanos excelentemente conservados, con una Plaza del Mercado bordeada de coloridos edificios pintorescos, con una gran catedral cristiana que asemeja una fortaleza y que además sea Patrimonio Mundial de la Humanidad, tienes razón. Pero toda búsqueda tiene su recompensa y el destino que necesitas conocer está al sudoeste de Alemania, cerca de Luxemburgo. Te voy a contar las mejores cosas que ver en Tréveris, la ciudad que es la respuesta a la pregunta inicial.
Los alemanes la llaman Trier, los romanos la bautizaron como Augusta Treverorum, la ciudad de Augusto entre (la tribu de) los Treveri, y en español se conoce como Tréveris. También es la ciudad más antigua de Alemania, cuenta con uno de las plazas histórica más bonitas, y amplias, del país y puede presumir de la puerta fortificada de una muralla más colosal que jamás haya visto.
Como visité Tréveris en diciembre os encontraréis algunas fotos con mercadillos de Navidad (aunque he buscado en otras fuentes para que veáis cómo es el mismo sitio pero sin los puestos y adornos) y, por aquello de que el tiempo cambia de un día para otro, fotos con nieve, con sol y con cielos despejados, que os aseguro son del mismo viaje.
Para que te hagas una idea, en este artículo encontrarás:
- Cerca de 30 edificios, plazas, monumentos, parques y sitios que ver en Tréveris
- Consejos prácticos para viajar a Tréveris y moverse por la ciudad
- Recomendaciones de alojamientos y restaurantes en Tréveris
- Un mapa con todos los puntos clave para tu visita a Tréveris
Índice de contenidos
- Un poco de contexto: breve introducción a Tréveris
- 1.- Porta Nigra, el colosal acceso a la ciudad romana
- 2.- Las Termas Imperiales de Tréveris, ocio y relax sobre un complejo subterráneo
- 3.- La Catedral de Tréveris, una fortaleza religiosa urbana
- 4.- La Basílica de Constantino, un gigante de ladrillo
- 5.- El Palacio Electoral de Tréveris, una joya del rococó
- 6.- Wasseruhrbrunnen, una fuente que simboliza la historia de Tréveris
- 7.- Hauptmarkt, la pintoresca Plaza del Mercado de Tréveris
- 8.- El Anfiteatro de Tréveris, escenario del sangriento espectáculo romano
- 9.- Dreikönigenhaus, la Casa de los Tres Reyes
- 10.- Römerbrücke, el Puente romano de Tréveris
- 11.- Karl Marx, el vástago más polémico de Tréveris
- Mapa de qué ver en Tréveris
- FAQ, preguntas frecuentes, e información sobre Tréveris
Un poco de contexto: breve introducción a Tréveris
Tréveris es una ciudad germana doblemente milenaria, pues fue fundada en torno al año 16 a.C., lo que la convierte en la ciudad más antigua de Alemania.
En esa fecha los romanos llegaron oficialmente a unas tierras habitadas por los Treveri, una tribu celta, plantaron sus estandartes, fortificaron la zona y bautizaron el asentamiento como Augusta Treverorum. Y la ciudad creció entre la muralla, con edificios y obras que la convirtieron en una populosa urbe, sólo por detrás en poder de Roma o Cartago.
Cuando cae el Imperio Romano, la ciudad pasa a manos de los francos y se convirtió en un importante centro de poder, religioso y social. De esta manera surgió la figura del Arzobispo-elector de Tréveris, uno de los arzobispos que contribuían a la elección del regente del Sacro Imperio Germánico.
El siglo XVII estuvo marcado por la Guerra de los Treinta Años, un conflicto religioso que devastó gran parte de Europa. Tréveris no fue una excepción. La ciudad fue conquistada en varias ocasiones por las tropas españolas y francesas.
Las guerras entre Francia y las Provincias Unidas de los Países Bajos también tuvieron repercusiones en Tréveris. El Elector de Tréveris, Karl Kaspar von der Leyen, intentó mantener la neutralidad, pero sin éxito. En 1673, la ciudad fue tomada por las tropas francesas y permaneció bajo su control hasta 1675. A lo largo del siglo XVII y XVIII, Tréveris sufrió nuevas ocupaciones francesas, en no menos de cuatro ocasiones.
Las Guerras Revolucionarias Francesas a finales del siglo XVIII trajeron consigo la ocupación de Tréveris por parte de Francia en 1794. En 1801, la ciudad fue anexionada al territorio francés y se convirtió en la capital del departamento de Sarre. Tras la derrota de Napoleón en la Guerra de la Sexta Coalición, Tréveris fue tomada por Prusia en 1814. La ciudad se integró en la provincia renana, aunque su lejanía del centro de poder prusiano en Berlín la relegó a un segundo plano.
La Primera Guerra Mundial marcó el final del dominio prusiano en Tréveris. En 1918, las tropas prusianas se retiraron de la ciudad, que fue ocupada por Francia hasta 1930. Este período de ocupación francesa se caracterizó por la tensión entre las autoridades francesas y la población local, que resentía la pérdida de su independencia.
La Segunda Guerra Mundial dejó un profundo impacto en Tréveris, con la destrucción de gran parte de su patrimonio arquitectónico. Durante la guerra, la ciudad sufrió al menos tres bombardeos masivos de los Aliados, en los que 1600 casas fueron completamente destruidas, además de sufrir pérdidas humanas y en el patrimonio histórico.
Sin embargo, la ciudad se sobrepuso a la tragedia y se reconstruyó con ímpetu, conservando su esencia histórica y combinándola con un aire moderno y cosmopolita. Del 24 al 27 de mayo de 1984, Tréveris celebró oficialmente el 2000 aniversario de la ciudad.
En 1986, los monumentos romanos (Porta Nigra, Basílica de Constantino, etc.), la catedral y la Iglesia de Nuestra Señora de Trier fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
1.- Porta Nigra, el colosal acceso a la ciudad romana
No es del todo negra, y es mucho más que la “puerta” que esperas por su nombre, pero después de estar delante de ella y recorrido su interior, os puedo asegurar que la Porta Nigra es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad de Tréveris.
Y, también, con sus 30 metros de altura, 26 metros de ancho y 7 metros de profundidad, uno de los monumentos romanos más colosales fuera de Roma.
Se trata de una antigua puerta romana que formaba parte de la muralla que rodeaba la ciudad en el siglo II d.C. Su nombre significa «Puerta Negra», pero no es de origen romano (ese se desconoce) y se debe al color oscuro que ha adquirido la piedra con el paso del tiempo.
La Porta Nigra es la puerta romana mejor conservada al norte de los Alpes y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986, junto con otros edificios históricos de Tréveris, como la Catedral, la Basílica de Constantino o el puente romano.
Se construyó entre los años 160 y 200 d.C., durante el reinado del emperador Marco Aurelio. Formaba parte de una muralla de más de 6 km de longitud que protegía la ciudad de Augusta Treverorum, el nombre romano de Tréveris.
La puerta era la entrada norte de la ciudad, las otras tres eran la Porta Media (al este), la Porta Alba (al sur) y la Porta Inclyta (al oeste).
Se levantó con unos 7.200 bloques de piedra arenisca, algunos de hasta 6 toneladas, que se trajeron de canteras cercanas a la ciudad. Los bloques se ensamblaron sin usar mortero, sino solo grapas de hierro que los sujetaban entre sí.
La puerta tenía dos torres simétricas de cuatro pisos cada una, unidas por un arco central por el que pasaba la calzada. En el interior había escaleras y pasillos que permitían el acceso a los diferentes niveles.
La puerta sufrió varios saqueos y deterioros a lo largo de los siglos, especialmente durante las invasiones bárbaras y las guerras medievales. Muchas de las grapas de hierro fueron robadas para fundirlas o reutilizarlas. Además, la puerta perdió su función original cuando la ciudad se expandió más allá de la muralla.
En el siglo XI, la puerta sufrió una transformación radical cuando se convirtió en una iglesia dedicada a San Simeón. Este era un monje bizantino que se instaló como ermitaño en la puerta en el año 1028 y se hizo emparedar entre sus muros hasta su muerte en 1035.
Fue canonizado por la Iglesia y el arzobispo Poppo ordenó construir dos santuarios superpuestos en su honor, uno en cada torre. Para ello se abrieron ventanas, se añadieron ábsides y se cerró el arco central con un muro.
La iglesia de San Simeón permaneció en la puerta hasta el siglo XIX, cuando Napoleón Bonaparte ordenó su demolición en 1802. El emperador francés quería devolverle a la puerta su aspecto romano original y eliminó todos los añadidos medievales.
En el siglo XX, la puerta fue restaurada y consolidada varias veces para preservar su valor histórico y artístico. En 1986 fue reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y desde entonces es uno de los principales atractivos turísticos de Tréveris.
La puerta se puede visitar por dentro y por fuera. El horario de apertura varía en función de la época del año:
- Noviembre a febrero, de 09:00 a 16:00
- Marzo, de 09:00 a 17:00
- Abril a septiembre, de 09:00 a 18:00
- Octubre, de 09:00 a 17:00
El precio de la entrada es de 4 euros para los adultos y 2,5 euros para los niños (gratis si son menores de 6 años). Hay descuentos y precios especiales para familias, estudiantes, jubilados, etc.
Si tienes la AntikenCard, de la que hablaremos más adelante, el acceso es gratuito.
2.- Las Termas Imperiales de Tréveris, ocio y relax sobre un complejo subterráneo
Las Termas Imperiales de Tréveris, son un conjunto monumental de ruinas romanas que te transportan a la época del esplendor del Imperio romano. Construidas a principios del siglo IV d.C. por orden del emperador Constantino I el Grande, estas termas eran las terceras más grandes del mundo romano, después de las de Caracalla y Diocleciano en Roma.
Este complejo termal es uno de los monumentos romanos más extensos y curiosos que se conservan en Tréveris y estaban destinados al ocio y la higiene de los habitantes de la ciudad, que en aquella época era una de las más importantes del Imperio Romano.
Contaban con varias salas donde se podía disfrutar de baños de agua caliente (caldarium), templada (tepidarium) o fría (frigidarium), así como de masajes, depilación, perfumes y ungüentos. También había una zona al aire libre (palestra) donde se practicaban ejercicios físicos y deportes.
Las Termas Imperiales funcionaban gracias a un ingenioso sistema de calefacción llamado hipocausto, que consistía en una serie de hornos que calentaban el aire y lo distribuían por debajo del suelo y por las paredes mediante tuberías de cerámica. De esta forma, se conseguía mantener una temperatura agradable en las salas de baño y crear efectos terapéuticos como el vapor o la sudoración.
El agua que se utilizaba en las termas provenía de un acueducto, que traía el agua desde las montañas cercanas hasta un gran depósito situado junto al edificio. Desde allí, el agua se conducía por canales subterráneos hasta las distintas piscinas y fuentes. El agua sucia se evacuaba por un sistema de alcantarillado que desembocaba en el río Mosela.
Como todo en un imperio que se extendió por tres continentes, las termas imperiales de Tréveris tenían unas dimensiones colosales: ocupaban una superficie de unos 350.000 metros cuadrados y podían albergar a unas 6.000 personas al día.
Las termas imperiales de Tréveris sufrieron varias transformaciones a lo largo de la historia. En el siglo V d.C., tras la caída del Imperio Romano, dejaron de funcionar como tal y fueron utilizadas como fortaleza militar por los francos. En el siglo XII, se construyó una abadía benedictina sobre parte del edificio. En el siglo XVIII, se demolió gran parte de la estructura para aprovechar los materiales.
En el siglo XIX, se iniciaron las primeras excavaciones arqueológicas que sacaron a la luz los restos que hoy podemos admirar.
Actualmente, se pueden visitar las ruinas de las paredes y los cimientos que todavía muestran el diseño original del complejo termal. Los muros del caldarium son los mejor conservados y alcanzan una altura de unos 19 metros. Además, hay un centro de interpretación que explica la historia y el funcionamiento de las termas mediante paneles informativos, maquetas y audiovisuales.
También se pueden ver los restos del tepidarium, el frigidarium y la palestra, así como los pasadizos subterráneos que servían para el transporte del agua y el aire caliente. Estos últimos llaman mucho la atención, sobre todo si los visitas cuando no hay mucha gente, como fue mi caso y pareces ser la única persona explorando esos corredores bajo tierra.
Las Termas Imperiales de Tréveris se pueden visitar con distinto horario en función de la época del año:
- Noviembre a febrero, de 09:00 a 16:00
- Marzo, de 09:00 a 17:00
- Abril a septiembre, de 09:00 a 18:00
- Octubre, de 09:00 a 17:00
El precio de la entrada es de 4 euros para los adultos y 2,5 euros para los niños (gratis si son menores de 6 años). Hay descuentos y precios especiales para familias, estudiantes, jubilados, etc.
Con la AntikenCard, ya mencionada al hablar de la Porta Nigra, el acceso es gratuito.
Como curiosidad, a la entrada de las Termas Imperiales de Tréveris se alza un pie gigantesco, monumental.
Sí, monumental porque con sus 2 metros de base y 1,5m de altura, es una fiel reproducción de la misma extremidad, una de las pocas partes que se conservan, de la colosal estatua de Constantino (se cree que medía 12 m de altura) cuyos restos se exhiben en los Museos Capitolinos de Roma.
El pie formaba parte de una exposición dedicada a Constantino el Grande, que se celebró en Tréveris en el 2007.
La AntikenCard, acceso gratuito a la Tréveris romana
La AntikenCard es la tarjeta turística de Tréveris, ofreciendo entrada gratuita hasta un máximo de los cuatro monumentos del Imperio Romano más importantes de la ciudad (el Anfiteatro, la Porta Nigra, los Baños Imperiales y los Baños del Fórum). Ademas, tiene costes reducidos de entrada o descuentos en otros accesos o experiencias.
Aunque tiene versiones para grupos o escuelas, estas son las dos opciones básicas para el turista:
- AntikenCard Basic (12 €). Entrada gratuita única a dos edificios romanos de su elección y al Rheinisches Landesmuseum Trier. Válido para un adulto con hasta 4 niños menores de 18 años. Entrada reducida a la exposición multimedia 360º de “En el dominio de las sombras” en el Rheinische Landesmuseum Trier, al Stadtmuseum Simeonstift y al Museo de la Catedral. 10% de descuento en el Tour de la Toga, el de «El secreto del Porta Nigra” y el de “El Gladiador Valerius”, todos ellos ofrecidos por la Oficina de Turismo de Trier.
- AntikenCard Premium (18 €). Entrada gratuita única a los cuatro monumentos romanos y al Rheinisches Landesmuseum Trier. Válido para un adulto con hasta 4 niños menores de 18 años. Entrada reducida a la exposición multimedia 360º de “En el dominio de las sombras” en el Rheinische Landesmuseum Trier, al Stadtmuseum Simeonstift y al Museo de la Catedral. 10% de descuento en el Tour de la Toga, el de «El secreto del Porta Nigra” y el de “El Gladiador Valerius”, todos ellos ofrecidos por la Oficina de Turismo de Trier.
La AntikenCard es válida dentro del año de emisión, así que no es necesario utilizar los descuentos y accesos en un sólo viaje si tienes prevista otra escapada por la zona el mismo año de calendario.
Se puede comprar presencialmente en la Oficina de Información Turística de Trier (a un lado de Porta Nigra, en Simeonstrasse 60), en todos los monumentos históricos romanos mencionados en el en el Rheinisches Landesmuseum Trier o bien online, al menos 7 días antes de tu viaje.
3.- La Catedral de Tréveris, una fortaleza religiosa urbana
He visto muchas catedrales en mi vida, todas magníficas y con una característica común, su aspecto inequívoco de catedral. Sin embargo, la Catedral de Tréveris parece una fortaleza en su fachada principal, orientada al oeste, lo cual hace más chocante pero no menos espectacular a una de las iglesias más grandes de Europa.
La catedral de Tréveris, o Trierer Dom, es la iglesia episcopal más antigua del país y una de las iglesias más antiguas del mundo. Su historia se remonta al siglo IV, cuando el emperador Constantino el Grande y su madre Elena impulsaron la construcción de un gran complejo eclesiástico en la ciudad romana de Augusta Treverorum.
Dedicada a San Pedro, fue destruida por los Francos pero reconstruida. Cuando los vikingos llegaron aquí en el siglo IX, también la arrasaron. Y también fue reconstruida, aunque se fueron añadiendo elementos durante los años posteriores y no se considera completa hasta finales del siglo XIII.
Por eso nos encontramos con una catedral construida en varios estilos arquitectónicos, fruto de las tendencias de cada época. Aunque el aspecto general es Románico, podemos encontrar rasgos del Gótico, del Renacimiento y del Barroco.
En el interior de la catedral, al fondo de la nave central y sobre el altar mayor se custodia una de las reliquias más importantes del cristianismo, la túnica de Cristo que, dicen llevó antes de la crucifixión o de camino a ella.
Por mucho que estires el cuello intentando atisbarla en su cerrada capilla, no se expone al público desde hace más de 10 años.
La entrada a la catedral es gratuita, y no te vayas de ella sin salir a visitar su claustro, que te permite una estupenda vista de la catedral pero también de la iglesia con la que lo comparte, la anexa Liebfrauenkirche (Iglesia de Nuestra Señora).
4.- La Basílica de Constantino, un gigante de ladrillo
La Basílica de Constantino, también conocida como Konstantinsbasilika en alemán, es una colosal construcción de ladrillos de planta rectangular datada en el año 310.
En origen, era un aula (o galería cubierta) romana y guarda la más extensa sala que haya llegado a los tiempos modernos desde la Antigüedad clásica.
Esta impresionante estructura, también llamada Aula Palatina, fue parte del palacio imperial en Tréveris y servía como un espacio multifuncional para actividades administrativas, ceremoniales y judiciales.
Con una sala principal de aproximadamente 67m de longitud, una anchura de unos 27m y muros de ladrillo rojo de más de 30 metros de altura, pese a su austeridad interior y exterior, sigue siendo una colosal presencia.
A mediados del siglo XIX, la basílica fue donada a la comunidad protestante para ser utilizada como iglesia, aunque su uso principal es para eventos culturales y exposiciones.
Como detalle curioso, pese a ser convertida para uso religioso no cuenta con una torre con campanas. Esta función, con seis campanas, la cumple un edificio rojo a pocos metros de la basílica y antiguo archivo eclesiástico.
5.- El Palacio Electoral de Tréveris, una joya del rococó
Junto a la Basílica se encuentra otro importante edificio, pero llamativo de una forma totalmente opuesta. Se trata del Kurfürstliches Palais o Palacio Electoral de Tréveris, y sus regios jardines que se prolongan casi hasta las Termas Imperiales.
Este majestuoso edificio de arenisca tiene una fachada sur insultantemente rococó, que te transporta a la época en que los arzobispos-electores ostentaban el poder de decidir quien sería el futuro monarca.
Fue entre 1756 y 1786 cuando el arzobispo Johann Philipp von Walderdorff ordenó que esta parte del complejo fuera rediseñada en ese estilo, predominante en la época, con sus brillantes decoraciones en rosa y dorado.
Frente a él se encuentra un jardín de estilo barroco, adornado con estatuas y donde es fácil que os tropecéis con unos habitantes bípedos, los amigables patos del estanque.
No es la sede de los electores ya, pero sigue siendo un edificio administrativo, por lo que no tiene horarios de visita ni acceso del público.
Durante unos pocos eventos culturales anuales, algunas zonas del interior sí que sirven como lugares de exposición, charlas o conferencias, ofreciendo una rara oportunidad de acceder a un edificio singular.
6.- Wasseruhrbrunnen, una fuente que simboliza la historia de Tréveris
Al norte del palacio y de la basílica se encuentra un peculiar monumento, mucho más reciente que cualquiera de estos edificios, Wasseruhrbrunnen, la Fuente Reloj de Agua.
Donada con motivo del 2000 aniversario de la ciudad por el gobierno de Renania-Palatinado, se alza en el lugar del antiguo Castillo Inferior, destruido durante la Segunda Guerra Mundial.
Más que una fuente convencional, es una enorme esfera solar de 12 metros de diámetro que funciona como un reloj de sol. Su ubicación está orientada norte-sur, coincidiendo con el eje longitudinal de la basílica, un reflejo simbólico de la profunda historia de la ciudad.
Pero no es sólo una fuente, pues su diseño esconde varias capas de significado.
Las figuras animales que adornan la fuente representan cinco épocas clave de la ciudad: el caballo simboliza a los Treveri, un pueblo de jinetes; el águila con fasces evoca el periodo romano; el cordero con báculo y espada encarna el poder espiritual y temporal de los principados-obispos medievales; el perro alude a la era prusiana; y la paloma se erige como un símbolo de paz en la actualidad.
Además de ser un reloj y un monumento histórico, la Fuente Reloj de Agua también ofrece un servicio valioso, agua potable gratuita. En su grifo, la palabra «Agua potable» se encuentra escrita en ocho idiomas, dando la bienvenida a visitantes de todo el mundo.
Debajo del grifo, una placa de bronce rinde homenaje a los escultores y arquitectos que han contribuido a los 2000 años de historia de Tréveris.
Curiosamente, los materiales utilizados en la fuente proceden de diversas partes de Europa. La fuente es de granito del Bosque Bávaro, la columna de granito rosa de Karkonosze (República Checa), el pavimento de granito portugués y los adornos de placas de granito rojo de los Vosgos (Francia). Esta mezcla fortuita de orígenes, tal y como señala el artista Karl Jakob Schwalbach, convierte la plaza en un espacio europeo por excelencia.
7.- Hauptmarkt, la pintoresca Plaza del Mercado de Tréveris
Rodeada de coloridos edificios históricos, y con una simbólica y monumental fuente en su centro, Hauptmarkt, la pintoresca Plaza del Mercado de Tréveris, es uno de los puntos más bonitos de una ciudad que cuenta con no pocos rincones con encanto.
Está ubicada a pocos metros de la Catedral de Tréveris, a la que llegas por la corta Sternstraße, una muestra más de que es muy fácil descubrir lo más interesante de Tréveris a pie.
Aunque yo conocí la Hauptmarkt cuando el Mercado de Navidad había tomado su centro, y esa era la principal atracción aquellos días de diciembre, la Plaza del Mercado es un lugar coqueto en cualquier época del año.
Con la torre de la Iglesia de San Gangulfo de Varennes (siglo XV), como edificio más alto sobre ella, en la plaza destacan también la Casa Roja (1684), aunque técnicamente está al lado, en Fleischstraße 3, y pared con pared la Casa Steipe (1483), con sus esculturas en la fachada.
Además de ellos, existen una miríada de coloridos edificios clásicos que animan los límites de la plaza. Aunque seis días a la semana la animación procede de los puestos que ofrecen flores, frutas y verduras, ya que el apellido “mercado” de la misma no es algo anecdótico.
De hecho, desde finales de marzo hasta principios de noviembre el puesto de vinos del Hauptmarkt se convierte en el punto de encuentro perfecto para locales y turistas. Podrás degustar los mejores vinos de la región y conversar con productores y aficionados, convirtiendo la experiencia en un viaje sensorial único.
En el centro de la plaza encontrarás la cruz del mercado, la más antigua de Alemania, construida en 958.
Unos metros más allá, la Fuente de San Pedro es una emblemática fuente del año 1595 con su figura del santo patrono de la ciudad en la cima. Las estatuas de las cuatro virtudes cardinales (Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza) la rodean, mientras que gansos y delfines decoran la parte superior.
Una recomendación: situarse junto a cualquiera de ellas y por unos segundos girarse lentamente 360º. Con o sin puestos de venta, la sensación es que te rodea la historia urbana de Alemania.
8.- El Anfiteatro de Tréveris, escenario del sangriento espectáculo romano
El Anfiteatro de Tréveris se encuentra al sureste del centro urbano, pero a una distancia asequible a pie (está muy cerca de las Termas Imperiales) y es otra de las construcciones imprescindibles en una urbe romana.
Data del siglo II d.C., aunque no consta su fecha exacta de finalización, y a él podían acceder unos 20.000 espectadores. Aunque sus gradas están hoy cubiertas de hierba, se calcula que es el décimo anfiteatro romano más grande del mundo que aún está intacto.
Quienes acudieran a él, podían contemplar luchas y duelos de gladiadores y espectáculos mortales con animales (venatio), como parte de la peculiar oferta de ocio público de aquellos tiempos.
Y, como ocurre con las Termas Imperiales, lo mejor está bajo tierra.
Bajo la pista del anfiteatro existen salas y corredores donde los gladiadores y los animales esperaban antes de saltar a la arena. En este subsuelo también se puede observar el sistema de drenaje original romano.
El Anfiteatro de Tréveris se puede visitar con distinto horario en función de la época del año:
- Noviembre a febrero, de 09:00 a 16:00
- Marzo, de 09:00 a 17:00
- Abril a septiembre, de 09:00 a 18:00
- Octubre, de 09:00 a 17:00
El precio de la entrada es de 4 euros para los adultos y 2,5 euros para los niños (gratis si son menores de 6 años). Hay descuentos y precios especiales para familias, estudiantes, jubilados, etc.
El acceso es gratis con la AntikenCard.
9.- Dreikönigenhaus, la Casa de los Tres Reyes
Entre la Plaza del Mercado y la Porta Nigra transcurre la muy comercial Simeonstraße. Si estás de viaje en invierno, allí hay varias tiendas donde gorros, guantes, calcetines-zapatillas o bufandas son un apropiado regalo/souvenir.
Ya sea en invierno o en cualquier otra estación, no dejes de detenerte frente a un edificio peculiar, en el número 20 de esta calle. Aunque ahora la planta inferior está ocupada por uno de los establecimientos de una cadena de cafeterías (no, no es esa en la que piensas, es Coffee Fellows), atento a la fachada.
Lo primero que te puede llamar la atención es que el estilo de esas ventanas y arcos no parecen nada, pero nada alemanes. Y es cierto, porque si en España diríamos que nos recuerdan a Andalucía, con la herencia árabe tras siglos de dominación musulmana, aquí esas formas llegaron de manos de los combatientes en la IV Cruzada que habían tomado Constantinopla en 1204.
De ahí surgió la inspiración para la construcción de esta casa, en torno a 1230, una residencia noble con la planta de una torre del Gótico temprano. Si la palabra “torre” te hace pensar en “defensa”, tienes razón y se relaciona con el segundo elemento curioso: la puerta de entrada estaba en el primer piso.
Sí, fíjate a la derecha de la fila de tres ventanas, ¿por qué hay una cuarta más estrecha y algo más abajo de estas?
Porque esa era la puerta principal de la torre, accesible desde una escalera de madera que podía ser desmantelada en caso de peligro, sustituida por una escalera retráctil.
10.- Römerbrücke, el Puente romano de Tréveris
Mi última mención a Roma en este artículo será para una de las dos estructuras de comunicación más conocidas de aquella época, el Puente Romano (por si te lo estás preguntando, la otra sería la calzada romana).
En Tréveris, al suroeste de su centro, se levanta un puente romano que salva las dos orillas del Río Mosela. Pero no es cualquier puente romano, sus pilones de basalto datan de mediados del siglo II, lo que le convierte en el puente más antiguo de Alemania,
Originalmente, el puente era de madera pero fue sustituido por uno de piedra en torno al año 144, momento en que los transeúntes buscaban la protección y los buenos augurios de la Diosa Mosela arrojando una moneda al río.
Si me permitís una opinión personal, tal vez Tréveris debería peatonalizar este puente y construir uno para vehículos cerca de él. Creo sinceramente que mejoraría la experiencia de cruzarlo, admirarlo y sentirlo.
11.- Karl Marx, el vástago más polémico de Tréveris
La teoría se llama “marxismo” (y de ella, grosso modo, han derivado el socialismo y el comunismo) y la base intelectual tiene forma física, nombre y apellidos, Karl Marx. Y ese nombre y apellidos tienen su raíz en esta ciudad alemana, porque Marx nació en Tréveris en 1818.
El autor de esta teoría totalitaria, porque además el marxismo regulaba de la cultura a la ciencia, de la economía a la arquitectura, todo en la vida del ciudadano, tiene en Tréveris tres puntos de interés:
- Karl-Marx-Wohnhaus (Simeonstraße, 8), la residencia familiar donde vivió Marx con su familia hasta 1835, el año en que terminó sus estudios secundarios. Así lo recuerda una placa en la fachada que pone “Iin diesen hause wohnte von 1819 bis 1835 Karl Marx geb. Am 5 may 1818 in trier” (para los que no hablamos alemán se traduce como “Karl Marx vivió en esta casa desde 1819 hasta 1835. Nació el 5 de mayo de 1818 en Trier”). No se puede visitar la casa, es un domicilio, y en la planta baja irónicamente hay una tienda Euroshop.
- Karl-Marx-Haus (Brückenstraße, 10), la casa natal de Karl Marx que fue convertida en museo en 1947 y cuenta con una exposición permanente dedicada a su vida y sus teorías. Puede visitarse todos los días, excepto Rosenmontag (lunes de Carnaval) y festivos navideños, de 10:00 a 13:00 y de 13:30 a 18:00, con un coste de la entrada de 5€. Preparaos para mucha lectura.
- Karl-Marx-Denkmal (Nordallee, 1), una estatua de bronce de 5,5 m de alto y 2.300 kilos de peso de Karl Marx. Realizada por Wu Weishan, fue un polémico regalo del Gobierno de China para celebrar el 200 aniversario del nacimiento del ideólogo del sistema político aplicado en el país asiático desde 1949.
Si os acercáis a la Casa – Museo de Karl Marx, como curiosidad, echad un vistazo a los semáforos en el cruce de Brückenstraße, Johannisstraße, Metzelstraße, Fleischstraße y Stresemannstraße.
No porque haya que prestar más atención a cuándo se ponen verdes, eso siempre, sino porque el peatón en ellos, la figura luminosa de estos semáforos es Karl Marx.
Mapa de qué ver en Tréveris
Para que podáis preparar mejor vuestro viaje, aquí tenéis un mapa turístico del suroeste de Alemania, con Tréveris, Coblenza y Wiesbaden como ciudades destacadas.
Esas tres ciudades fueron las que visité en mi último viaje, y de ellas seguiré escribiendo más artículos, que encontraréis en este enlace a todos nuestros artículos sobre Alemania.
FAQ, preguntas frecuentes, e información sobre Tréveris
Cómo llegar a Tréveris desde España
En mi caso llegué a Tréveris desde Coblenza en tren, a donde llegué también en tren desde Weisbaden, ciudad a la que me dirigí desde el Aeropuerto de Frankfurt (Fráncfort del Meno en español), también en tren.
Pero si Tréveris es tu primer destino en un viaje por Alemania, o el único, entonces te puede interesar más buscar vuelos al Aeropuerto de Luxemburgo que, aunque esté en otro país, se encuentra a menos de 40 km del centro de Tréveris.
Desde el aeropuerto, puedes combinar un autobús a Luxemburgo (por ejemplo el 29) y un autobús o tren desde su estación a la de Trier (por ejemplo el RB83). Puedes comprobar horarios y precios de tren en este comparador.
Si tienes pensado moverte más allá de Tréveris y te interesa tener tu propio transporte, aquí puedes comparar precios de alquiler de coches en el Aeropuerto de Luxemburgo.
Dónde alojarse en Tréveris
Para visitar Tréveris me alojé en el Hotel Aulmann***, en una sencilla habitación individual pero más que adecuada para el viaje y más que agradable cuando la temperatura exterior bajaba hasta los -3º. Aunque eché en falta opciones calientes en el desayuno (huevos revueltos o bacon), estaba surtido en cuanto a quesos, embutidos y cereales. A destacar la amabilidad del personal de recepción para ayudar y resolver consultas.
Aunque está situado a sólo 450 m de la Plaza Mayor y apenas 10 minutos a pie de la Porta Nigra, si quieres más opciones, echa un vistazo aquí a todos los alojamientos disponibles en Tréveris, con fotos y opiniones de sus huéspedes.
Cómo son los enchufes en Tréveris
En Alemania podrás conectar tus aparatos electrónicos a la red sin necesidad de ningún tipo de adaptador.
Tanto los enchufes como el voltaje son similares a los españoles.
Dónde comer en Tréveris
Con una terraza con vistas a la Iglesia de Nuestra Señora de Tréveris, el Weinstube Kesselstatt (Liebfrauenstraße 10) es un encantador establecimiento de comida y bebida. Esta última se anuncia en la pizarra tras la barra donde se piden las consumiciones, además de que puedes ver las botellas, como decoración adicional, en una de las paredes, en barricas cortadas a la mitad. Para pedir, primero encontrad mesa, después ir a la barra y decid qué queréis, pagad y llevaos la bebida a la mesa con una banderita. Cuando vuestro plato esté listo, os lo llevará el camarero.
Si eres un apasionado del mundo del vino, en Das Weinhaus Trier (Brückenstraße 7), vas a encontrar una más que amplia representación de vinos alemanes, incluyendo, naturalmente Riesling. Su carta de vinos es extensa, repasa con calma las opciones. Para comer, platos nacionales con algunas recetas italianas.
A muy pocos metros de la famosa Porta Nigra, en plena Simeonstraße, al cruzar la puerta del Hans im Glück (Simeonstraße 58) te encontrarás entrando en un Birkenwald, un bosque de abedules. Así, como si estuvieras en mitad de la naturaleza, es la decoración de esta hamburguesería que basa su nombre y su filosofía en un cuento de los Hermanos Grimm. En la carta hay opciones vegetarianas y veganas, y ofrecen varios tipos de patatas (me gustaron las Chili-Cheddar) para acompañar el plato principal.
Aunque en Navidad las vistas a la Catedral de Tréveris (Trierer Dom) incluyen la parte de atrás del mercadillo, la terraza del Bistro Walderdorffs (Domfreihof 1a) es todo un lujo con buena temperatura. No era este el caso a principios de diciembre, por muchas mantas que viera en los asientos, así que opté por comer dentro, en el Bistro (a la derecha, si vas a la izquierda te metes en el restaurante). Tanto la decoración como el menú son de influencias internacionales, en un ambiente elegante y cuidado.
En caso de que quieras algo de comida internacional, grita ¡Viva Mexico! y acércate a Quesadilla (Viehmarktpl. 8). Tienes todos los clásicos de un restaurante mexicano con toque tex-mex, de fajitas a nachos pasando por burritos o quesadillas. La camarera rubia es un encanto y te ayudará con cualquier consulta sobre la carta, pero no hace falta que le menciones que la grafía correcta de un plato cuyo nombre adorna la pared no es “Chevice”. Ya lo sabe y también le duele.
Cómo moverse por Tréveris
Tréveris es una ciudad compacta que se puede recorrer fácilmente a pie, incluso desde la zona más al sur en el centro o desde la estación de tren.
Yo llegué desde Coblenza en tren y a la salida de la estación tomé un autobús para ir a mi alojamiento, en el lado sur. Las líneas 3 y 13 os dejan en la parada Trier Galerie, el billete cuesta 2,30€ y se lo podéis comprar directamente al conductor. Si no habéis facturado maleta, en menos de 20 minutos andando podéis estar en el mostrador de recepción.
Si prefieres quedarte en el lado norte del centro, podrías ir andando a tu alojamiento pues, por ejemplo, la Porta Nigra está a sólo 650m o Hauptmarkt a poco más de 10 minutos de la Estación de Trier.
Dejando aparte el Anfiteatro y el Puente Romano, eso significa que entre las Termas Imperiales y la Porta Nigra hay un tranquilo paseo de sólo unos 15 minutos.
Cuándo visitar Tréveris
La mejor época para visitar Tréveris es durante la primavera o el otoño, cuando el clima es ya (o aún) agradable. Hablamos aproximadamente de mayo a junio y septiembre y octubre.
Obviamente, la seguridad al 100% del buen tiempo no existe, por eso julio y agosto son los meses en los que más gente os encontraréis en monumentos y visitas.
Los meses entre noviembre y abril son más peculiares. No habrá turistas pero llevaos ropa de abrigo y paraguas.
Aunque, eso sí tendréis la oportunidad de disfrutar del Mercado de Navidad de Tréveris, que suele celebrarse entre mediados de noviembre y finales de diciembre, y del encantador ambiente en una ciudad que ya de por sí es acogedora..
Tienes más información sobre Tréveris en la web de la Asociación de Ciudades Históricas de Alemania y en la página oficial de Destino Alemania.