Aunque nací y crecí en Alicante, pasé una década viviendo en Irlanda y viajando por el mundo. Al regresar, pensé que mi estancia sería algo pasajero y volvería a marcharme, pero mi ciudad me ha atrapado con los encantos que redescubrí con una mirada distinta: el sol, la playa, la montaña, los amigos, la familia, la gastronomía y una calidad de vida que me hace sentir afortunado por haber nacido aquí. Es cierto que las playas de Alicante son de primer nivel y la baza principal del turismo de la zona, sin embargo, hay muchas excursiones que hacer en Alicante más allá de sus fantásticos arenales besados por las tranquilas y limpias aguas del Mediterráneo.
Durante los últimos años, me he dedicado a hacer eso que solemos dejar de lado porque lo tenemos demasiado a mano: descubrir el encanto de los rincones mágicos de mi provincia. Así he encontrado algunas perlas nuevas y he revivido lugares que visité cuando era niño. Basándome en esas experiencias, os dejo mis recomendaciones sobre las mejores excursiones que hacer en Alicante:
Índice de contenidos
1. Tour por la ciudad de Alicante
Obviamente, una de las mejores excursiones que hacer en Alicante es la que te lleva a descubrir los mejores rincones de la ciudad. Es cierto que la capital de la Costa Blanca no destaca, en un país con la belleza arquitectónica y el legado patrimonial que posee el nuestro, por su belleza monumental, pero sí posee varios lugares emblemáticos e históricos que no te puedes perder, además de una variedad de museos de alta calidad.
Para conocer a fondo la cultura alicantina tienes que pasear por su casco histórico, representado por el barrio de Santa Cruz y el castillo de Santa Bárbara.
El Barrio – como le llamamos los alicantinos – es un pequeño laberinto de calles estrechas, con escalinatas, a las que asoman casas bajas de fachadas encaladas adornadas por coloridos marcos de puertas y ventanas que sostienen macetas repletas de flores. Cuando caminas por él, sin rumbo, acabas en pequeñas plazas, ermitas y rincones ocultos en los que solo se escucha el piar de los pájaros, el aire es limpio y la urbe parece algo lejano y anacrónico.
Además, pequeños bares de toda la vida sirven sus tapas y vinos en románticas terrazas desde las que puedes ver la morisca silueta del castillo de Santa Bárbara.
Si estás en forma, puedes ascender la ladera hasta la entrada excavada en las murallas exteriores de la antigua fortaleza árabe. Desde su almenas podrás disfrutar de la mejor panorámica que ver en Alicante. En su interior, varios museos te ayudan a comprender la historia de la ciudad.
Sin embargo, son otros museos, como el MARQ (Museo Arqueológico de Alicante), el MACA (Museo de Arte Contemporáneo de Alicante) y el Museo de las Hogueras los que se llevan la palma en este apartado.
La Explanada de España, el paseo del puerto y la playa del Postiguet son lugares por los que debes pasear para disfrutar de la brisa mediterránea, siendo la Plaza de los Luceros el punto de reunión de todos los alicantinos durante sus fiestas mayores: las Hogueras de San Juan. Justo a su lado, el bello edificio de la Diputación de Alicante también adquiere protagonismo.
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Una de las razones por las que en Alicante se vive tan bien es la calidad, variedad y sabor de los platos que se cocinan en sus bares y restaurantes. La cocina mediterránea se materializa aquí en carnes, pescados, mariscos, frutas y verduras de primera calidad.
Famosos son los arroces alicantinos, con tantas variedades que hay restaurantes especializados en sus secretos. Personalmente, me encantan los que están cocinados con fuego de leña y combinan verduras con carne y algo de pescado. Aunque también el caldoso y el negro están de muerte. Complicado elegir uno, pero puedes formarte una opinión personal asistiendo a un taller de paellas.
Pero la mesa alicantina no está compuesta tan solo por sus arroces. Las gambas rojas de Denia, los vinos de la comarca del Bajo Vinalopó, las estupendas verduras de sus huertas del sur, los cítricos, melocotones y otras frutas… No acabas. La fusión de todos estos ingredientes la puedes encontrar en un tour de tapas por Alicante.
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Sin duda, no puedes dejar la gastronomía fuera de las mejores excursiones de Alicante.
3. Excursión a la isla de Tabarca
Una vez has indagado en los encantos de la ciudad, llega el momento de explorar los bellos alrededores que ver en Alicante.
Para mí, la líder entre las mejores excursiones que hacer en Alicante es la que te lleva a pasar el día en el paraíso terrenal que es la isla de Tabarca. Las aguas que rodean este peñasco rocoso de poco más de 1,8 x 0,47 km de superficie, son del nivel del mar Caribe. Azules turquesas, oscuros, cielos… Todos se combinan para crear una estampa idílica complementada por la rica vida submarina que hizo que Tabarca fuera una de las primeras reservas marinas de España (declarada en 1986).
Además, puedes pasear por los senderos naturales de la isla, explorar sus playas y calas, visitar el faro, el cementerio y el pequeño pueblo histórico de Nueva Tabarca, con sus calles con encantadoras casas marineras y su iglesia del siglo XVIII.
La gastronomía es otro de los atractivos de Tabarca con sus famosos arroces caldosos, con bogavante y otros pescados y mariscos. Es un destino perfecto para pasar el día, ya sea saliendo desde Alicante o desde el, más cercano, puerto de Santa Pola. Sin embargo, si quieres vivir la atmósfera mágica que desprende Tabarca, quédate a pasar una noche y disfruta de la isla sin los turistas diurnos. Es otro nivel y, además, puedes visitarla durante todo el año.
4. Excursión a Guadalest
Y si Tabarca es una de las mejores excursiones que hacer en Alicante en el ámbito playero y marino, en la montaña la perla escondida es Guadalest.
Castell de Guadalest – como reza su nombre oficial – es una localidad de interior que se halla a unos 20 km de la turística Benidorm. Está enclavada en un bello paraje natural, rodeada de bosques de pinos, montañas y un gran embalse artificial de aguas que poseen un brillante azul verdoso. Sus calles empedradas presentan antiguas casonas de piedra que albergan restaurantes, curiosos museos (no te pierdas el de miniaturas y el de saleros y pimenteros), bonitas tiendas de artesanías y productos gastronómicos locales, y pequeños hoteles con encanto.
En Guadalest hay algo para cada viajero, ya que puedes venir a conocer la historia de su castillo y ermitas medievales; a degustar su gastronomía de montaña (con estupendas carnes y embutidos a la brasa); o a pasear por la naturaleza (te recomiendo el recorrido circular del embalse de Guadalest).
5. Excursión a Altea
Y si Guadalest es la perla del interior de Alicante, Altea es la joya de la costa. Un día perfecto en Altea es el que llegas por la mañana para disfrutar de su playa. Es de guijarros, pero el agua es de primera calidad y su ocupación no suele ser muy alta (ni siquiera en los meses estivales).
A la hora de comer, encontrarás múltiples opciones de cocina mediterránea e internacional entre los restaurantes del paseo marítimo. Por la tarde, tras el merecido descanso siestero, llega el momento de visitar el precioso casco histórico de Altea. Una maraña de calles empinadas ascienden hacia la plaza de la Iglesia. No hay prisa, asciende lentamente y disfruta de los muchos miradores al litoral alicantino, los acogedores y románticos restaurantes (con sus terrazas veraniegas y chimeneas invernales), las plazoletas, las boutiques y las cuidadas casas en las que habitan vecinos de toda la vida.
Finalmente, la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo preside la plaza que corona Altea y la llena de vida, con bares y restaurantes. Sin duda alguna, Altea se debe encontrar en tu listas de mejores excursiones de Alicante.
6. Excursión a las Fuentes del Algar
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Y tras mar y montaña, ahora toca algo de río y agua dulce. Recuerdo la excursión a las Fuentes del Algar como una de las mejores que se hacían en el colegio. Un típico día de alegría, naturaleza, bocatas, baño en agua helada (siempre en el contexto del calor alicantino, claro está) y muchas historias que contar al regresar a casa. Aunque haya crecido, la lista de bondades de las Fuentes del Algar no ha variado mucho.
Este paraje natural se halla a unos 15 km de Guadalest y justo al lado de la población alicantina de Callosa de Ensarriá. Posee senderos ilustrativos, parques para niños, merenderos, unos preciosos manantiales de aguas heladas y cristalinas e incluso un parque de dinosaurios. Es una de las mejores excursiones que hacer en Alicante si viajas en pareja o con familia.
7. El turrón y el chocolate de Alicante
Es cierto que la gastronomía alicantina es especialmente buena y se basa en la dieta mediterránea. Sin embargo, el azúcar y el dulce también tienen su puesto de honor en la cocina alicantina, pues tenemos el honor de ser la cuna del turrón en España y poseer un muy buen chocolate.
Para disfrutar de estas dos delicias, te aconsejo que visites las poblaciones alicantinas de Villajoyosa (para el chocolate) y Jijona (el turrón). La primera es, además, una bonita villa costera de tradición pescadora y casas coloridas. Visita la fábrica del chocolate y aprende la historia de este manjar, para después relajarte en alguna de las playas del lugar.
En Jijona, localidad de montaña, podrás conocer la historia de la industria turronera, así como probar sus muchas variedades, visitando la fábrica de turrones El Artesano. Después, puedes explorar infinidad de senderos y caminos que llevan a fuentes, neveros y bosques.
Una de las mejores excursiones que hacer en Alicante para los golosos.
8. Tour de viñedos, bodegas y castillos
Dulces, sí, pero también buenos vinos en Alicante.
La provincia presenta varias DOP: Vinalopó (Villena o Monóvar), El Comtat (Cocentaina) y Marina Alta (Denia y otros). Puedes explorar sus viñedos y bodegas, conociendo la tradición vitivinícola de la zona y, además, aprendiendo sobre su legado histórico. Este hecho es especialmente intenso y particular en la zona del Vinalopó donde se conservan decenas de antiguas fortalezas y castillos que no te puedes perder. Entre ellos destacan los de Villena, Sax, Novelda o Castalla.
En definitiva, una de las mejores excursiones de Alicante si te gusta la historia, el vino, los paisajes… O todo ello a la vez.
9. Excursión a Elche y Santa Pola
Al sur de Alicante la población de Santa Pola sigue conservando su alma de antiguo pueblo pesquero. Posee unas bonitas playas y el ecosistema del Paraje Natural de las Salinas de Santa Pola, en cuyas lagunas rosados flamencos y otras muchas aves descansan o nidifican. Además, es un buen lugar para relajarse, tomar el sol, darse un baño y probar buenos arroces, mariscos y pescados.
Santa Pola es conocida por ser una de las playas preferidas de los habitantes de Elche, uno de los impulsores comerciales e industriales de la provincia de Alicante. Además, Elche posee el palmeral más grande de Europa, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En la ciudad, también merece la pena visitar la Basílica de Santa María y el castillo-palacio de Altamira.
Estando tan cerca una de otra, Elche y Santa Pola son una buena opción entre las mejores excursiones que hacer en Alicante.