El Valle del Roncal es uno de los más bonitos del pirineo navarro. A caballo entre Pamplona, Huesca y la frontera con Francia, el valle del Roncal sigue el curso del río Ezka y bajo la sombra del macizo de Larra ofrece una variada apuesta turística con pueblos de verdadero encanto, rutas senderistas por el Pirineo navarro, una gastronomía deliciosa y varias propuestas culturales. ¿Nos acompañas a descubrir los mejores planes que hacer en el valle del Roncal?
Índice de contenidos
Ruta en coche descubriendo los pueblos más bonitos de Roncal
Casas de piedra, con sus tejados de pizarra y ventanas de madera jugando con coloridas flores. Los pueblos del Valle del Roncal ofrecen un escenario alpino ideal para descubrir paseando por sus calles empedradas y visitando sus tesoros medievales, en la mayoría de ocasiones en forma de iglesias románicas.
A continuación os ofrecemos una ruta en coche siguiendo el valle del Roncal y visitando sus pueblos más bonitos:
Burgui
En la parte más al sur del valle del Roncal encontramos Burgui, un bonito pueblo con un puente romano de cuatro arcos sobre las aguas del gran protagonista del valle, el río Ezka. El puente de Burgui ofrece una imponente visual y nos adentra entre la antiguas piedras que decoran las calles del centro histórico de Burgui.
El mejor plan que podemos hacer en Burgui es pasear por sus callejuelas, visitar la Iglesia de San Pedro y rendir un homenaje al Museo de la Amadía para aprender cómo funcionaba el transporte no hace mucho tiempo por el interior del Valle del Roncal. Alrededor de Burgui existen varias excursiones a pie como el profundo cañón que se abre en la Reserva Natural de Foz de Burgui.
Roncal
Ascendemos unos kilómetros para llegar al pueblo que da nombre al valle. El Roncal tiene un bonito y pequeño centro histórico. Os recomiendo parar en la Oficina de Turismo donde os ofrecerán mapa y todo tipo de información sobre el pueblo y el Valle del Roncal. También existe una ruta a pie por el pueblo y en la misma oficina os darán todos los datos para seguirla.
Entre los monumentos más destacados de Roncal encontramos la iglesia de San Esteban de estilo gótico, la Casa-Museo del famoso tenor Julián Gayarre, nacido en Roncal, la ermita de la Virgen del Castillo y varias casas señoriales que le dan un aire señorial a Roncal.
Isaba
Isaba es el núcleo más grande del valle del Roncal. En las dos ocasiones que hemos visitado el norte de Navarra nos hemos instalado en Isaba y ha resultado ser siempre un acierto. Isaba ofrece un centro histórico mucho más amplio que los pueblos colindantes y a través de sus callejuelas encontraremos varios restaurantes, casas de piedra decoradas con esmero y algunos monumentos históricos como la iglesia de San Cipriano, y más alejada del centro pero imprescindible visita, el santuario de Iodia.
Si tenéis la ocasión, no os perdáis una visita a la Casa de la Memoria de Isaba (actualmente cerrado -diciembre 2021-). Frente a un espacioso patio, el interior de este edificio alberga un museo etnográfico que rinde homenaje a los antepasados del valle del Roncal.
Uztárroz
A pocos kilómetros más al norte de Isaba encontramos el último pueblo del valle, Uztárroz. Su casco histórico vuelve a ser de pequeñas dimensiones y la piedra de sus casas juega con el color intenso de las flores adornadas en sus balcones cuando el tiempo acompaña. La iglesia mevieval de Santa Engracia y el museo del queso del valle del Roncal son visitas obligadas en Uztárroz.
Si queremos extender la ruta en coche por los pueblos del norte de Navarra, más allá de Uztárroz enlazamos con Ochagavía, otra de las perlas que nos deja Navarra y el valle de Salazar por extensión.
La carretera hasta el mirador de Larra-Belagua
Al norte de Isaba tenemos la posibilidad de seguir hasta la población de Uztárroz siguiendo la carretera NA-140 o bien, podemos seguir la NA-137 que nos dejará en Francia siguiendo alguno de los paisajes más bonitos del norte de Navarra.
La carretera serpentea y juega con el curso del río Ezko con varios puentes medievales que confieren una puesta en escena majestuosa en medio de un escenario natural y salvaje.
Si buscáis una buena atalaya para vislumbrar el valle del Roncal al completo, basta con seguir esta carretera cuyas curvas os llevarán hasta lo alto del mirador de la Piedra de San Martín, un precioso enclave en el paso de Larra-Belagua a escasos metros de la frontera con Francia.
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Desde este punto disfrutaréis de unas estupendas vistas de pájaro a la inmensidad de las montañas pirenaicas de Navarra, Aragón y tendréis el Valle del Roncal a vuestros pies.
Consejos sobre dónde alojarse en el Valle del Roncal
Durante nuestra última estancia en el valle del Roncal nos instalamos en un apartahotel en Isaba. La independencia de un apartamento junto con la facilidad de las zonas comunes del hotel nos pareció la opción ideal para viajar en familia. Se trata del complejo SNÖ Isaba, justo a la entrada del pueblo. El personal nos pareció muy amable y las instalaciones modernas y limpias. Asimismo, el bar con chimenea nos fue de maravilla para los días que nos acompañó la nieve.
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La cascada de Belabarce y la cueva del Ibón
Siguiendo la misma carretera NA-137 que parte de Isaba tenemos dos grandes opciones senderistas que parten de la misma carretera. A pocos kilómetros después de la población de Isaba y antes de llegar al camping Asolaze, hallaréis el desvío para visitar la cueva del Ibón. Se encuentra cerca de la carretera cruzando un puente sobre el río y tras subir una cuesta repleta de piedras. Según la época del año es difícil acceder a la cueva debido al nivel de las aguas como nos ocurrió a mediados de diciembre.
Uno o dos kilómetros siguiendo la carretera en dirección a Francia, nuevamente a mano derecha, encontramos el desvío que nos permite seguir una pista forestal hasta la cascada de Belabarce. El recorrido del GR-11 que cruza el Pirineo de lado a lado, sigue esta senda con sus características marcas rojas y blancas. El camino nos lleva a una preciosa cascada, no es de las más grandes del Pirineo navarro, pero sí constituye un escenario natural de gran belleza.
Si buscáis una caminata sencilla para hacer en familia y de gran belleza, sin lugar a dudas, el santuario de Idoia a las afueras de Isaba, es una excelente opción. Si os gustan esos senderos donde el musgo parece dominar el escenario y devora cualquier muro, tronco o piedra que encuentra en el camino, la caminata hasta la ermita de Idoia os encantará.
Justo antes de llegar al cartel de Isaba procedentes de Roncal, veréis un camino debidamente marcado que nos adentra hacia la montaña. Se trata de una pequeña ascensión de 900 metros de distancia siguiendo un Via Crucis que asciende hasta la ermita de Idoia.
El recorrido circular hasta Idoia, partiendo del sur de Isaba y volviendo por el norte es de una hora aproximadamente y cubre poco más de 2 kilómetros en total.
La gastronomía en el Valle del Roncal
A muchos les sonará el valle del Roncal gracias al famoso queso que procede de este rincón de Navarra. Sin lugar a dudas, el queso de Roncal es muy conocido en España pero no es el único producto gastronómico de calidad que encontramos en estos pueblos del norte de Navarra.
La gastronomía de zonas montañosas como el norte de Navarra destacan por la carne de caza, la pesca, los productos lácteos procedentes de oveja o vaca y de la pesca.
Generalmente, en los restaurantes de la región comerás bien y de forma abundante. Entre alguno de los platos más habituales encontramos la carne de ternera, las costillas de cordero, las migas del pastor, la chistorra, setas de todo tipo y, para aliviar a los vegetarianos, ensaladas abundantes y cremas de verdura. No podéis iros sin probar el queso del Roncal
El museo del queso en Uztárroz
Si sois amantes del queso o simplemente queréis encontrar una actividad posible en un día lluvioso en la verde Navarra, el museo del queso en Uztárroz es una buena opción para llenar unas horas interesantes en vuestra agenda de viaje.
Este museo etnográfico rinde homenaje a generaciones anteriores por su laborioso y manual trabajo cuidando el arte de la elaboración del queso. La entrada es gratuita y el museo está abierto de 9 de la mañana hasta la 1:30 del mediodía.
Ascensión a la Mesa de los Tres Reyes
La Mesa de los Tres Reyes es la montaña más alta del Pirineo de la zona, uniendo las regiones de Navarra, Aragón y Francia. Con sus 2444 metros se alza como una auténtica atalaya sobre los valles navarros y también de la provincia de Huesca.
Para encaramarse a lo lato de la Mesa de los Tres Reyes debemos llegar desde Zuriza. La aproximación se hace desde el refugio de Linza, situado ya a más de 1300 metros de altura. A partir de ahí tenemos una ascensión de 1200 metros a lo largo de un recorrido de 16 kilómetros. No es una etapa fácil aunque tampoco complicada.
Las vistas desde lo alto de la Mesa de los Tres Reyes, sin lugar a dudas, son una de las más amplias y bonitas de la zona, con vistas preciosas a los valles navarros, aragoneses y franceses.