Aunque en una primera visita a Nueva York, la gran mayoría de turistas deciden trillar todas las atracciones principales de Manhattan, dejando de lado el resto de distritos y suburbios de la ciudad, lo cierto es que cada vez son más los que se aventuran a abrirse a otros lugares de interés. Entre ellos, destaca sobre todos los demás el distrito de Brooklyn, uno de los más vibrantes, no solo de Nueva York sino de los Estados Unidos.
Brooklyn se ha convertido en un completo destino turístico por propio derecho. Sus calles ofrecen un sinfín de restaurantes, tiendas, museos y parques que explorar.
Durante la última década, Brooklyn, que parecía un irreal escenario de película lleno de figurantes, se ha transformado en el lugar perfecto para vivir para familias jóvenes y artistas en busca de inspiración.
Dado su importante tamaño, es imposible conocer cada rincón de Brooklyn en un día, pero si recorres sus calles en bicicleta, además de divertirte, podrás aprovechar al máximo tu tiempo en este carismático distrito.
Si te encuentras en Nueva York y quieres realizar un divertido tour en bicicleta por el distrito de Brooklyn, puedes hacerlo con la agencia City Travel NYC, expertos en conseguir que sus clientes vivan una experiencia inigualable:
¡Pues no lo pienses más! Móntate en tu bicicleta y recorramos juntos algunos de los mejores lugares que ver en Brooklyn:
Cómo llegar a Brooklyn
Desde Manhattan, puedes llegar a Brooklyn de distintas maneras. La más visual, desde el punto de vista paisajístico, es en ferry.
Si prefieres la tierra firme, puedes optar por el tren – que es más sencillo y rápido que el ferry – o tomar un taxi que te deje justo al comienzo del famoso puente de Brooklyn.
Sin embargo, en esta ocasión vamos a optar por movernos en bicicleta, así que ajústate el casco y ponte a pedalear.
Paseo en bicicleta por Brooklyn
Tras pasar por el mítico puente, ponemos rumbo al Brooklyn Bridge Park. Este enorme parque ofrece unas vistas espectaculares del Puente de Brooklyn y las siluetas de los rascacielos de Manhattan. Además, posee bellos jardines, lugares para pasear tranquilamente, canchas deportivas para jugar al fútbol, baloncesto y vóley-playa, una playa fluvial y zonas para eventos. Este parque rebosa de vida todo el año, pero en primavera y verano el número de eventos y la afluencia de público aumentan considerablemente.
Dejando la ribera del río y pedaleando hacia el interior de Brooklyn, puedes desviarte hacia el mercadillo de baratijas de Brooklyn. Funciona los domingos entre noviembre y marzo, y en él podrás encontrar objetos vintage y artesanías realizadas por gente local, además de sabrosos tentempiés preparados en los clásicos food trucks.
Unos minutos más tarde, llegamos a Walt Whitman Park.
Este parque rinde homenaje a Walt Whitman (1819-1892), poeta y periodista nativo de Nueva York. La visión de Whitman de una América optimista y autosuficiente superó las fronteras victorianas tradicionales e influyó en los pensadores libres posteriores, entre ellos Ralph Waldo Emerson (1803-1882) y Oscar Wilde (1854-1900).
El parque ofrece una red de bellos senderos que son aprovechados tanto por los trabajadores, para tomar su almuerzo, como por los turistas que, a pie o en bicicleta, disfrutan de su frescura en un lugar rodeado de edificios públicos y oficinas.
Cerca del parque, la Brooklyn Historical Society te cuenta, a través de distintas exposiciones, la historia de este distrito neoyorquino.
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A escasa distancia de la anterior parada, se halla un lugar realmente curioso, el Museo del Tránsito de Nueva York, que lleva preservando y compartiendo la historia del transporte público de la ciudad desde 1976. Aquí encontrarás de todo, desde vagones de trenes antiguos hasta plataformas de metro reconstruidas con meticulosa atención al detalle. Si estás de visita durante alguna fiesta americana importante, busca los paseos Holiday Nostalgia Rides, que vuelven a usar los viejos vagones del metro.
La siguiente parada del trayecto es Fort Greene Park, el primer parque de Brooklyn y un lugar de histórica importancia en el país.
La historia de esta gran verde joya que es Fort Greene Park se remonta a su uso como un puesto del Ejército Continental durante la Guerra de la Revolución Americana. Sirvió de lugar de entierro formal de casi 12,000 mártires estadounidenses tras una de las primeras grandes batallas de la Guerra de la Revolución, y hoy es el bullicioso espacio verde que atiende a casi 200,000 residentes de los vecindarios circundantes. Fort Greene Park puede ser lo más cercano a un espacio sagrado que se puede encontrar en la ciudad de Nueva York.
Fort Greene Park es un espacio público vibrante y diverso que brinda a los ciudadanos un lugar para reflexionar en una ciudad que no para de crecer y moverse.
Por último, pedalea hasta el inmenso Prospect Park, que con sus algo más de 2 kilómetros cuadrados de superficie es uno de los parques más grandes de Nueva York. En él encontrarás una inmensa pradera verde (la más grande de los espacios verdes urbanos de Estados Unidos), lagos, un zoo, un cementerio del siglo XIX (Friend’s Cemetery), bosques y una infinita red de senderos, además de un precioso jardín botánico y el interesante Museo de Brooklyn, centrado en ayudar a los visitantes a expandir su entendimiento del mundo.
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