El segundo día de nuestro viaje por tierras pacenses, nos esperaba con una buena combinación de historia, patrimonio cultural, naturaleza, gastronomía y adrenalina. Vamos, uno de esas jornadas en la que tocas todas las vertientes que hacen grande a un viaje.
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Mina de La Jayona
Un sol esplendoroso – atípico de principios de diciembre – nos acompañó en nuestro viaje desde Llerena a la mina de La Jayona, situada unos 4,5 km al sur de la pequeña población Fuente del Arco.
La historia de esta mina es realmente curiosa. De ser un lugar desbrozado y árido durante los años de su explotación minera (durante la primera mitad del siglo XX), se ha convertido, hoy en día, en un importante monumento natural (declarado oficialmente como tal en 1997), además de histórico.
En sus cuevas podrás encontrar un gran número de distintas especies de murciélagos, destacando el de herradura.
Aunque se sospecha que ya fue explotada en tiempos romanos, los trabajos más recientes tuvieron lugar entre 1900 y 1921, cuando se abrieron once niveles que fueron trabajados por centenares de bravos mineros.
Aún quedan restos de las instalaciones originales y realizando una visita guiada (hay tres al día y son gratuitas) podrás conocer todo lo que hace falta para hacerte una idea de lo que era la vida de un minero en aquella época.
Además, tuvimos la suerte de llegar cuando un mar de niebla cubría parte del valle. Una bella estampa que solo fue el preámbulo de un grato paseo por la naturaleza extremeña.
Ermita de Nuestra Señora del Ara
Tras la visita a la mina, fuimos a conocer la que ha sido llamada «Capilla Sixtina extremeña». Vale, reconozcamos que a veces se les va un poco la mano a los extremeños con los apelativos (inolvidable el de Llerena «la Atenas extremeña»), pero lo cierto es que los 26 frescos que representan imágenes del Génesis y decoran el techo abovedado de la ermita, son unas auténticas joyas.
Nuestra guía tenía razón: no entendía cómo era posible que no se cobrara ni una pequeña entrada por conocer los secretos de esta ermita monumental, construida en el siglo XV – muy posiblemente – sobre los restos de una antigua iglesia (o templo) romana.
La ermita de Nuestra Señora del Ara, ubicada en un bonito paraje natural en uno de los extremos de Sierra Morena, demuestra la fusión de culturas y estilos, con trazos mudéjares, romanos y cristianos.
Una joya desconocida por la que merece la pena desviarse de la ruta.
Conduciendo un buggy por las dehesas extremeñas
Y sí, a ver, que el tema de las antiguas minas, las ermitas, el patrimonio de la zona, incluso el increíble nivel de gastronómico de esta zona de la provincia de Badajoz está todo de diez, pero siendo fiel a la verdad, lo mejor de mi fin de semana descubriendo las comarcas de Tentudía y Campiña Sur fue la experiencia conduciendo un buggy por las dehesas. Fue algo espectacular.
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Solo había conducido un buggy en otra ocasión: lo cogí con unos amigos en la isla griega de Paros, cuando yo aún tenía pelo y tenía un trabajo de 9 a 5 en una oficina bancaria dublinesa. Había llovido desde entonces, sobre todo en Dublín.
Los buggies que condujimos en aquella ocasión, nada tenían que ver con las potentes y grandes máquinas que nos dejaron los chicos de la empresa Xtrema Buggy.
Montados en ellos, realizamos una ruta de casi un par de horas por las dehesas, disfrutando de un bello paisaje, asustando (ligeramente, no espantemos a los defensores de los animales) a algunas piaras de cerdos ibéricos, y sintiendo la adrenalina recorrer nuestras venas.
Yo tuve la suerte de contar con la mejor copiloto posible. Alicia Luque (de Amigastronómicas), estuvo documentando la excursión a la perfección y, además, no quiso conducir hasta casi el final (pero, acabó haciéndolo genial, oiga). Aproveché la confianza que Alicia depositó en mí para saltarme un poco las directrices marcadas por los senderos y salirme de pista para darle un poco más de emoción al tema.
Mario, dueño de la empresa, nos contaba que los buggies tenían una limitación de potencia para que nos fuera la cosa de las manos. Menos mal.
Los chicos de Xtrema Buggy, tienen diversas excursiones de distintas duraciones por esta zona, pero también organizan viajes más largos que llegan incluso a recorrer zonas de Portugal y Marruecos. Auténticas aventuras que me encantaría probar.
Con el buen sabor de boca que se me quedó de esta actividad que duró hasta el anochecer, nos marchamos a probar otros sabores aún mejores.
Museo del Jamón de Monesterio
La jornada de visitas acabó de una de las mejores maneras posibles.
En el Museo del Jamón de Monesterio (Badajoz), escuchamos con toda la atención que nos fue posible las explicaciones que nos daba el guía. En realidad, cuando alguien te adelanta que la visita va a acabar con la exhibición del mejor cortador de jamones del mundo, y que además va a probar su arte sobre una pata de calidad sublime… Pues, entiéndame el lector, la ansiedad puede con el nivel de atención.
Lo cierto es que el museo es un lugar ideal para aprender los secretos del cerdo ibérico, las dehesas, la matanza, los distintos productos derivados de ella y las costumbres antiguas. Historia y presente de un producto que compone la columna vertebral de la gastronomía extremeña.
Cuando Jesús García Carrasco – campeón de España de cortadores de jamón – nos tendió los platos con el jamón que iba cortando… Perdí el sentido. Solo recuerdo despertarme en mi habitación de hotel. Tranquilos, estaba vestido.
Monasterio de Tentudía
A la mañana siguiente, el sol nos recibió de nuevo, alto en el cielo extremeño y sin ser estorbado por ninguna nube insolente.
Situado en lo alto de una colina, lo más curioso del monasterio de Tentudía es la leyenda que narra el por qué se erigió en este lugar.
Esta asegura que a principios del siglo XIII, durante una batalla contra los árabes, el capitán Pelay Pérez Correa, maestre de la Orden de Santiago, al ver que llegaba la noche y no conseguía la victoria, imploró a la Virgen gritando: ¡Santa María, detén tu día!. Y entonces el sol se detuvo en el horizonte para permitir a las tropas cristianas la victoria. El capitán mandó edificar un templo para Santa María de Tentudía.
La ermita original sufrió diversas ampliaciones y las vistas que de la naturaleza obtendrás desde la cima, son realmente bonitas.
La Conventual de los Caballeros de la Orden de Santiago
En la localidad pacense de Calera de León se halla la Conventual de los Caballeros de la Orden de Santiago.
Vistiamos una soleada mañana este conjunto monumental, del siglo XVI, constituido por la iglesia parroquial y el claustro con sus dependencias.
La iglesia parroquial está dedicada al apóstol Santiago y se sitúa sobre las ruinas del antiguo palacio. Está compuesta por una sola nave, cuatro capillas hornacinas, la sacristía y la capilla bautismal.
El conjunto forma una gran obra arquitectónica en la que se combinan los estilos gótico y renacentista.