Flandes: qué ver en Malinas en un día

La torre de Rumbold, el símbolo principal de Malinas
La torre de Rumbold, el símbolo principal de Malinas

Los extinguidores de la Luna. Con este nombre tan poético se define a los habitantes de Malinas en Flandes. La leyenda y la cerveza se difuminan para crear un imaginario que ha calado generación tras generación en el tranquilo y otrora poderoso pueblo de Malinas -Mechelen-.

La leyenda cuenta que en la Edad Media un hombre bebió más de la cuenta y al salir del bar una luna sangrienta se dejaba entrever entre la niebla que engullía a Malinas en esos momentos. Los tonos anaranjados y rojizos confundieron a nuestro protagonista. La torre de San Rumbold emergía entre la niebla rojiza y de pronto creyó entender que la iglesia, el tesoro más preciado de los habitantes de Malinas junto a la cerveza, ardía en llamas. El ciego etílico se aclaró y nuestro protagonista de repente empezó a alertar a la población a gritos. Todo el pueblo se activó, las campanas repicaron y los vecinos acudieron con cubos de agua para extinguir el fuego que esa noche una luna sangrienta había prendido, una ilusión óptica producto de una región con siglos de bagaje en el arte de fermentar la cerveza con esmero y posiblemente demasiada maestría.

Bicicletas apostadas a la vera del río Dijle a su paso por Malinas
Bicicletas apostadas a la vera del río Dijle a su paso por Malinas

Aparte de nuestro protagonista que dio pie a la leyenda que hemos contado, la figura de una mujer destaca en la historia de esta ciudad. Frente a la torre de San Rumbold veréis la estatua de ‘Ons Margriet‘ –Nuestra Margarita– en una posición destacada. Se trata de Margarita de Austria que a principios de siglo XVI fue coronada y decidió mover su lugar de alojamiento a Malinas dando prosperidad a la ciudad a nivel político y económico. Cuando visitamos el pequeño centro histórico de Malinas observamos que la ciudad ha perdido prácticamente todo ese poder que en otros momentos tuvo. No obstante, conviene considerar que Malinas es actualmente el centro más importante de verduras del país. No en vano, la llaman el huerto de Bélgica.

La plaza Grotte Markt y el Ayuntamiento de Malinas
La plaza Grotte Markt y el Ayuntamiento de Malinas

Visita a la torre Rumbold de Malinas

Desde cualquier punto de la ciudad observarás el orgullo de Malinas emergiendo en el horizonte. La torre de Rumbold o San Rumoldo tiene una altura de casi 100 metros y es una visita imprescindible. El esfuerzo de superar los 513 escalones merece la pena gracias a las preciosas vistas que se obtienen desde lo más alto de la misma. Podréis acceder a las escaleras desde la misma catedral de San Rumoldo. En la zona superior de la torre veréis son carrillones. No en vano, Malinas es famosa por el arte del carrillón desde hace siglos y hoy en día sigue siendo un centro cultural para el estudio de la materia. Cada uno de los carrillones contiene 49 campanas y pesan unas 40 tonledas

La plaza de Grotte Markt en Malinas
La plaza de Grotte Markt en Malinas

Grote Markt de Malinas

La plaza mayor de Malinas es una gozada mires donde mires. La fachada del Ayuntamiento está labrada de forma exquisita, la plaza ofrece una estructura rectangular amplia y a su alrededor de agolpan las terrazas donde la gente disfruta de una buena cerveza local cuando el buen tiempo acompaña. Las casa flamencas se suceden una a otra con sus coloridos y la torre de Rumbold ofrece una alargada sombra sobre el centro de la ciudad.

En la misma plaza veréis una curiosa estatua en la que aparece un hombre cayendo de culo al suelo. Se trata de un homenaje a las mujeres sufridoras y a los efectos violentos que provoca el alcohol a algunos hombres al volver a casa. Una buena patada en el culo es el merecido que escenifica la simpática estatua y desde donde podréis tomar bonitas tomas con el Ayuntamiento o la torre de Rumbold dando una interesante perspectiva.

Visita a la cervecería Het Anker en Malinas
Visita a la cervecería Het Anker en Malinas

Visita a la cervecería Het Anker

La histórica cervecería Het Anker, lugar desde donde partían las cervezas que el emperador Carlos I de España y V de Alemania se hacía traer a España durante su reinado, es una interesante visita a realizar en Malinas. La cervecería es un ecosistema en sí mismo donde podéis alojaros, visitar las instalaciones, beber en el pub o comer en su mismo restaurante con interesantes propuestas gastronómicas con maridaje de cerveza incluido.

Se encuentra a escasos metros del centro y su cerveza estrella, Gouden Carolus, ha ganado consecutivos premios. La cervecería remonta su historia al siglo XV cuando beber cerveza era mucho más sano que darle al agua. Desde entonces su presencia ha ido ligada fuertemente a la historia de Malinas y ha superado las fusiones y absorciones de las grandes marcas a partir de la especialización en la triple fermentación. En la misma cervecería ofrecen visitas guiadas -generalmente en inglés y por 7.5 euros por cabeza- y podréis conocer sus secretos así como probar un par de sus protagonistas más famosas.

Una de las tranquilas calles del Béguinage mayor de Malinas
Una de las tranquilas calles del Béguinage mayor de Malinas

Visita a la beatería de Malinas

En las inmediaciones de la cervecería Anker se despliega el histórico beaterio –Béguinage– de Malinas. Un barrio tranquilo donde el tiempo parece detenido. En su tiempo fue un lugar de congregación y asociación de mujeres durante la Edad Media para sobrevivir unidas en las épocas en que los hombres iban a la guerra. El lugar se convirtió en un centro de ayuda al próximo y todavía destila ese espíritu a través de los nombres de sus calles como la de Krankenstraat -la calle de los enfermos-.

Cerraduras preparadas para momentos etílicos en el Beginage de Malinas
Cerraduras preparadas para momentos etílicos en el Beginage de Malinas

La beatería mayor de Malinas está reconocida como patrimonio de la humanidad por la Unesco y observaréis como sus vecinos orgullos decoran y miman sus jardines y fachadas. Es un auténtico placer pasear por estas calles que respiran tranquilidad y armonía. Si os fijáis bien, en algunas de las casas todavía tienen la cerradura a prueba de borrachos con un soporte exterior para facilitar la introducción de la llave. Tal era la cercanía de la cervecería Het Anker que esta práctica resultaba ser muy cómoda en el vecindario.

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Los canales y el río Dijle

El río Dijle cruza el corazón de Malinas dejando unos estupendos paseos a su vera para los amantes del deporte. A través de él podéis realizar excursiones en bicicleta o en kayak visitando el centro histórico así como parques naturales y lagos cercanos a la ciudad como en Vrijbroekpark o Mechels Broek.

La torre de Rumbold y una estatua dedicada a las mujeres sufridoras
La torre de Rumbold y una estatua dedicada a las mujeres sufridoras

Como llegar

Malinas está muy bien conectada en tren a las principales ciudades de Bélgica así como al aeropuerto. El trayecto a Gante (parada en San Peter’s) tiene una duración de una hora aproximada y sale por unos 8,80 euros. También existen conexiones a Lovaina con una duración de unos 25 minutos por 4 euros. La estación de Malinas se encuentra al sur y no tardaréis más de 15 minutos andando para llegar al centro histórico de la ciudad.

Coloridos detalles en las casas flamencas del centro de Malinas
Coloridos detalles en las casas flamencas del centro de Malinas
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