Archipiélago, ciudad densa y dispersa a la vez, Estado – Nación, Singapur es tan peculiar como los mixtos orígenes de sus ciudadanos, es tan moderna como los rascacielos y edificios que desafían los conceptos habituales en arquitectura en Marina Bay y es tan única con esa mezcla de territorio y administración que se ha convertido en un gigante turístico a la par que económico en Asia. De hecho, en mi opinión, Singapur es el destino asiático más fácil para el turista occidental que quiere visitar el continente por primera, o por segunda, vez. Os explicaremos el porqué y os vamos a dar 5 razones para visitar Singapur.
Índice de contenidos
1.- Mezcla de culturas y tradiciones en armonía
No hay un solo Singapur, hay tantos como idiomas se hablan en este país – ciudad. Veréis carteles en inglés, como antigua colonia y nueva lengua de uso mundial, en malayo, por el único país con frontera física con Singapur, en mandarín por los emigrantes chinos, y en tamil, para comprensión de los hindúes.
Y, con la coexistencia lingüística mediante, no es óbice para que, además de que sus individuos se repartan libremente por todo el territorio, cada comunidad tenga zonas diferenciadas pero no segregadas.
Existe un Chinatown (“ciudad” china) donde predomina el color rojo y el dorado, donde los fideos chinos son realmente chinos. Existe un Little India (Pequeña India) donde los templos están poblados de multicolores danzarinas figuras humaniformes, semi-humanas o directamente divinas. Existe un Kampong Gelam donde los atuendos y gastronomía nos hacen pensar que hemos cruzado la frontera que nos separa del vecino del norte.
Visitar estos barrios es algo completamente imprescindible en Singapur.
Y, siempre presente, el legado colonial que nos recuerda que Singapur perteneció al Imperio Británico desde que en 1819 el Reino Unido consiguió establecer en territorio de los entonces sultanatos un puerto comercial, una clara amenaza a la potencia dominante en la zona, Holanda. Para 1867, ya se había constituido en colonia de la Corona.
Tras el paréntesis bélico de su ocupación por el Imperio Japonés a mediados de la II Guerra Mundial, eventualmente un Singapur semi-autónomo se fusionó con la Federación Malaya para constituirse ambos en Malasia en 1963. Por discrepancias políticas y sociales, la unión duró apenas dos años y casi un siglo después de ser británica, en 1965 Singapur nacía formalmente como país independiente.
De los casi 150 años anteriores quedan como testimonio el Teatro y Sala de Conciertos Victoria, el Museo Nacional de Singapur o el antiguo Tribunal Supremo, entre otros edificios fácilmente reconocibles.
2.- Gastronomía en cada acera: la comida callejera
Si la gastronomía es cultura (sí, lo es), la gastronomía de Singapur reúne la cultura de Asia a través de “distintas Asias” y lo hace con el (engañoso) nombre de comida callejera.
Pero no penséis en puestos de comida ambulante (o “hawkers”) como sería de esperar. Esto es Singapur, así que la higiene y la salubridad a la hora de la conservación de ingredientes y preparación de platos es primordial. Por ello la comida callejera ambulante en Singapur ni es ambulante ni es callejera.
Los puestos se agrupan en zonas llamadas “food courts” (galerías de comida) en centros comerciales o de ocio o en mercados con el fin específico de ofrecer comida popular, barata y deliciosamente asiática. No temáis, mesas y sillas son omnipresentes o, con suerte, bancos corridos en los que compartiréis mesa con los locales, comiendo como locales.
Por supuesto que también existen restaurantes, tanto asiáticos como occidentales, y cadenas de comida rápida, de esas que se os vienen a la cabeza, pero en Singapur hay que probar la comida callejera, si o sí, sobre todo desde que en 2021 la UNESCO la nombrara Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
No podéis iros de Singapur sin haber comido o cenado arroz con pollo, zumos naturales recién exprimidos, fideos fritos elaborados al estilo Fuijan, brochetas satay de carne a la parrilla, cangrejo picante o esa explosión en las papilas gustativas que es el laksa, una sopa de fideos con abundancia de condimentos.
Encontraréis una amplia oferta de platos malayos, chinos, indios, tailandeses, indonesios o de cualquier otro país o una mezcla de varios, en Chinatown Complex Food Centre (Chinatown), Chomp Chomp Food Centre (Serangoon Gardens Food Centre) y, el imprescindible y famoso Maxwell Road Hawker Centre, donde más de una vez me encontré cenando en los bancos del exterior, mientras charlaba sobre España con los locales.
Viajar a Singapur
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3.- Hoteles para todos los presupuestos (y lujos)
La primera vez que viajé a Singapur me alojé en la zona de Little India, pero perfectamente podría haberlo hecho en Chinatown o cualquier otro barrio donde hubiera hostales adecuados para mi presupuesto. Las dos siguientes ocasiones, mi presupuesto y circunstancias fueron otros y Singapur volvió a salir airoso del desafío de saber ofrecerme lugares para dormir adaptados a mi gusto.
Y es que, como ocurre con la oferta gastronómica, Singapur tiene una oferta de alojamiento tan variada que no hay presupuesto que no encaje en algún establecimiento, ya sea para presupuestos ajustados, como para darse un lujo, como en la amplia gama intermedia.
Cuando se viaja a Singapur uno puede encontrar coquetos hoteles boutique como Warehouse Hotel y Vagabond, exclusivos hoteles de lujo añejo como Raffles, Capella y Fullerton y también el reconocido sello de calidad de grandes cadenas como Andaaz, Mandarin Oriental o Hyatt.
4.- Una ciudad verde y sostenible
Que las 52 Ha de los tropicales Jardines Botánicos de Singapur fueran declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, son sólo una muestra de la importancia que se le da al entorno.
Máxime cuando Singapur es una ciudad comprometida con la construcción de edificios verdes y desde 2008 es obligatorio que los nuevos edificios tengan una certificación ecológica.
En una visita turística, podemos encontrar numerosos parques, zonas protegidas y espacios verdes a lo largo y ancho de todo Singapur. Desde los ya mencionados Jardines Botánicos a la Reserva Natural de Bukit Timah, la Reserva del Humedal Sungei Buloh o el moderno super parque de los Jardines en la Bahía (Gardens by the Bay). No sólo eso, también los jardines, y huertos, en las azoteas son ya parte habitual de los edificios.
De esta manera no nos debe extrañar que a Singapur se la conozca como “la ciudad en un jardín”.
5.- Singapur, capital de la coctelería de Asia
En el mundo de los cócteles, hace más de un siglo que Singapur tiene apellido, es decir, puede presumir de una bebida inventada allí, el Singapore Sling, en un marco exclusivo, el Raffles Hotel.
La receta que el barman Ngiam Tong Boon se sacó de la manga, o más bien de la coctelera, tiene el misterio de que su fecha de creación sólo se sabe que es anterior a 1915 y que la receta original no se conserva (la más aproximada incluye 2.5 cl de ginebra, 4.5 cl de licor de cereza, 1.5 cl de zumo de limón y 20 cl de soda agitados en coctelera con hielo y servidos en vaso alto).
Pero lo que si se saben muy bien los barmans de hoy en Singapur son los ingredientes de los mejores cócteles (Singapore Sling aparte) y tanto es así que 6 locales de Singapur están entre los 50 Mejores Bares del Mundo 2021. La lista la viene elaborando desde 2009 “World´s 50 Best Bars” en base a las opiniones de 600 expertos de todo el mundo y en el caso de 2021 había 17 países representados en la misma.
Así que en un viaje a Singapur, aprovechad la noche y pasaos por “Jigger & Pony” en Amara Singapore (en el número 9 de la lista), “Manhattan” en el Regent Singapore (15), “Atlas” en Parkview Square (16), “No Sleep Club” en Keong Saik Road (26), “MO Bar” en el Mandarin Oriental (36) y “Tippling Club” en Tanjong Pagar (43).
En 20 años Singapur dió un vuelco de 180 grados convirtiéndose en la urbe más moderna y tecnológica que imaginar pudiesen.
Tengan en cuenta que todo el tiempo serán observados (por ojos invisibles) y castigados si involuntariamente trasgreden alguna norma. Tengan cuidado. No se sientan libres de hacer lo que les apetece.