El macizo del Montseny es el pulmón más cercano a la costa catalana por excelencia. Circundado por sus tres picos más característicos -Les Agudes, el Turó del Home y el Matagalls- significa una escapada de un día desde Barcelona y sus montañas y bosques son un lugar idóneo para escapar de la gran ciudad y respirar naturaleza lejos de los coches y las aglomeraciones -siempre y cuando nos alejemos de zonas repletas de restaurantes en épocas de temporada alta-.
A continuación detallaremos una ruta poco transitada por el Montseny. Se trata de un recorrido de unas 5 horas que parte de la población de Riells, se adentra por el mágico bosque del Sot Llobater hasta llegar al pantano de Sant Fe y retoma los pasos hasta alcanzar la cima del Esquei de Morou llegando a su fin en la misma población de Riells.
La orientación a veces nos puede pasar alguna mala jugada así que es imprescindible el mapa y la brújula para realizar este recorrido.
Accedemos a Riells por una carretera de 7 kilómetros que nace en Breda y llega hasta la iglesia de Sant Martí donde se inicia la jornada. Tomamos el camino que va hacia Gualba y al cabo de 100 metros viramos por un pequeño sendero que asciende hacia el oeste.
Al subir nos queda la masia a nuestros pies a mano izquierda -Can Nadèu-. Bordeamos el campo por encima de la masia y cuando llegamos a su altura nos encontramos con un canal de agua que debemos cruzar y seguir camino arriba. Al llegar al riachuelo giramos a la derecha y seguimos una pista que de manera circular asciende y nos conduce hacia el Sot Llobater. Aquí empiezan los hitos que no dejaremos mientras seguimos el curso del riachuelo.
Al cabo de una hora de duro ascenso por el interior de un mágico bosque llegamos a un hayedo y al collado de l’Escala (1.029 metros). Una vez en el collado deberemos recular unos 200 metros y retomar el camino que asciende a nuestra derecha, más adelante encontraremos la fuente de la Escala. Empezamos a encontrar vistas panorámicas del camino realizado cosa que nos llena de goce y disfrute visual. Seguimos los hitos hasta llegar al Portell del Bisbe (1.095 metros) y al llano de las brujas. Desde aquí seguimos una fácil pista que nos llevará directos hasta el pantano de Santa Fe.
A partir de aquí simplemente debemos seguir las señales metálicas del parque de color verde. Una vez llegamos al pantano lo cruzamos olvidándonos de las señales del parque que nos indican el camino contrario. Justo al otro lado encontramos un camino que gira hacia la derecha y sigue hacia arriba hasta llegar al hotel y la iglesia de Santa Fe.
Seguimos las marcas del parque otra vez pasando por Can Lleonart hasta llegar al llano de Mulladius (1.190 metros). Aquí nos despedimos de las marcas del parque y seguimos los hitos de piedra por un sendero que sube suavemente en dirección al este-noreste. Llegamos al llano Gran de la Cornera (1.255 metros) y ascendemos un poco más siguiendo los hitos hasta llegar finalmente al Esquei de Morou (1.295 metros) que hay que escalar a mano. Las vistas son impresionantes especialmente después de realizar la mayor parte del recorrido por el interior del bosque sin demasiadas vistas panorámicas. Existe un libro de visitas.
Justo bajo el Esquei de Morou bajamos dirección este-noreste inicialmente sin camino pero pronto encontramos un pequeño sendero entre la hojarasca que va haciendo zig-zag. A la quinta abandonamos el camino y seguimos recto (existen hitos pero hay que estar atento).
Seguimos los hitos por entre el bosque, pasamos por el Sot dels Passejadors (1.170 metros) y l’Esquei Blanc y seguimos los hitos de piedra hasta llegar a un llano bordeado por dos riachuelos, Vimeners y Can Bernat (650 metros). Seguimos descendiendo hasta llegar a la pista que fácilmente nos devolverá a Riells y a nuestro coche.
Tras la buena caminata existe una multitud de restaurantes por la zona donde celebrar la vuelta entre los vivos y disfrutar de un buen final de día montañero.