Trieste es una ciudad de pequeñas dimensiones y se puede ir prácticamente a todos sitios andando por sus calles típicas italianas y el paseo que recorre el puerto.
Posee una red de transporte urbano con autobuses y una especie de tranvía que es más pintoresco que funcional. Nosotros tomamos el bus 36 para ir a visitar el castillo de Miramare que se encuentra al final del paseo marítimo que parte poco más allá de la estación de tren. El precio de los billetes es de 1 Euro y tiene una validez de 1 hora para todos los días excepto los Domingos, que podrás viajar con él en cualquier bus por las siguientes 4 horas.
Existe un servicio de autobús que une la ciudad con el aeropuerto. Cuesta 3,10 Euros y pasa por varios barrios y pueblos periféricos para dejarte -una hora después- en la pequeña terminal de llegadas.
Además, al ser una ciudad fronteriza, varias compañías realizan trayectos internacionales uniendo Trieste con poblaciones de Eslovenia y la Croacia. Lo que nos sorprendió un poco es que no tenían horarios impresos en la estación de buses, así que o sacas boli y papel para apuntártelos del tablón de anuncios o recurres a la típica foto con el comentario «después le meto el zoom y esto queda niquelao!»
Los autobuses que salen hacia la región croata de Istria -que era nuestro destino- salen a partir de las 2 de la tarde -salvo en verano, que hay el servicio jilguero que sale a la escandalosa hora de las 9 de la mañana…son de buen dormir los chavales- y realizan paradas en varias de las poblaciones. Nosotros dedicamos nuestra última mañana a hacer algunas compras en Trieste y cogimos el de las 2. El precio son 13 Euros, más 1 por reservar un asiento numerado más otro por cada maleta que quieras meter en el estómago del bus. O sea, que pagamos 15 Euros para llegar a Pula después de un trayecto de 3 horas.
El viaje, con el cambio de paisaje y paso de frontera incluidos, se hace bastante ameno incluso teniendo en cuenta que la televisión que tienen los buses debe ser un artículo de coña -estoy seguro de que era hueca- porque no nos pusieron ni una peli mala comprada en gasolinera.
Un último apunte: no podéis comprar el billete de ida y vuelta en Trieste, sino que deberéis esperar a llegar a Croacia para comprar vuestro billete de vuelta en Kunas.