Una travesía a pie por las montañas de Connemara es algo así como entrar en otra dimensión. Tras atravesar collados y llegar a cimas despobladas y rodondeadas por la erosión de millones de años de lluvia y viento, a uno le da la sensación de estar metido en el interior de una maqueta de trenes y espera ver pasar el Ibertren de un momento a otro.
Existen numerosas posibilidades para realizar trekkings por la zona. Connemara está repleto de bellísimas montañas donde a una altura de 900 metros se albira una increíble cantidad de lagos y valles preciosos.
Una posibilidad muy recomendable es realizar la ruta circular de los doce Bens. Se parte desde Letterfrack y recorre un bello escenario aéreo por las montañas más altas de la zona.
Aunque las cimas podrían parecer de risa, este es una magnífico y duro recorrido carenando ocho cimas. Cuesta saber con qué palabra asignar a estas cordilleras ya que la dura climatología de estas tierras transforma a estas cimas de apenas 700 metros de altura en montañas de características verdaderamente alpinas. El trayecto aquí mostrado sale del parque nacional de Connemara a pies del atlántico y asciende a un circo de montañas donde se rodean un total de 8 cimas incluyendo Benbaun, el más alto de la zona con 729 metros. El tiempo en Irlanda tiene mala fama pero al fin y al cabo, aparte de la lluvia y el viento, pocas son las veces que la temperatura baja de 0 grados y pocas veces nieva así que no hay excusas para no salir a la montaña cuando nos apetezca.
Del centro de visitas del parque nacional en la población de Letterfrack escogemos el sendero que se dirige a la derecha. Zona donde se acostumbran a ver ponies típicos de la zona. Atravesamos una pequeña puerta de madera y subimos un sendero probablemente marcado por charcos y barro. Llegaremos a un altiplano donde los helechos parecen agrandarse poco a poco. Desde ahí veremos dos pequeños montes que deberemos cruzar y seguidamente continuar el borde de replantación forestal de pinos y abetos hasta tener ante nosotros la primera cima del día, Maumonght de 602 metros.
Esta primera ascensión es directa y muy dura. El consuelo nos lo aporta las magnificas vistas a Diamond Hill y la bahía de Letterfrack a nuestra espalda y el saber que nos estamos acercando a la mejor parte del recorrido.
Una vez en Maumonght, nos dirigimos dirección nordeste hacia la siguiente cima casi sin descender de la misma. Una vez llegados a Bencullagh 632 seguiremos la agreste y rocosa carena bajando notablemente hacia el este para luego volver a subir a los 654 del Muckanaght. Desde aquí la carena rocosa desciende todavía más hacia el este para luego acometer otra dura ascensión por la carena de la montaña. Si aquí el viento acomete con fuerza nos puede parecer que la ascensión al Benbaun de 729 metros (la cima de la zona que brilla por su granito) entrama cierto peligro, aunque una vez empezamos a ascender la rocosa cresta nos damos cuenta que no es de difícil ascensión aunque sí dura.
Desde aquí la vista del circo de montañas es inmejorable y su contraste con el océano atlántico y el perfil sinuoso de la península es un espectáculo fantástico.
Desde el Benbaun empezamos a descender dirección sur por una pendiente bastante sinuosa, evitar el descenso rocoso más directo por el sureste y seguir una vía menos rocosa dirección sur sin alejarnos de la cresta.
Una vez llegados al cuello (457 metros) entre Maumina y el pico de Benbreen veremos en dirección sur el valle que rodea este horseshoe (zapato de caballo) de montañas. Seguir la ascensión en dirección suroeste siguiendo la cresta hasta el Benbreen de 691 metros. Aquí tenemos la opción de seguir la rocosa cresta ayudándonos de las manos o podemos bordearlas por el flanco este sin tanta dificultad. Desde el pico bajamos de nuevo por la parte derecha que entrama menos dificultad. La subida seguiremos la cresta y alguna vez deberemos ayudarnos de las manos por la rocosa ascensión aunque la dificultad no debería ser demasiado elevada.
El siguiente pico, el Glengower de 664 metros no debería entramar dificultad siempre y cuando sigamos la ascensión por la parte derecha si no queremos ayudarnos de manos en algunas zonas por la parte izquierda. Desde ahí, seguimos fácilmente la cordillera hasta llegar a la última cima de la jornada, Benglenisky de 516 metros y desde ahí tenemos un descenso directo y de fácil visión (siempre y cuando la niebla irlandesa no nos confunda) hasta llegar a unas vallas de campo. La seguimos hasta encontrar la carretera principal que va de Oughterard a Clifden.