El pueblo de Vang Vieng en Laos, es sinónimo de farra en el río, Friends y Family Guy.
La situación del pueblo a orillas del río Nam Song y entre montañas parecidas a las que vi en Yangshuo -escondiendo multitud de cuevas- la hacen un sitio más que propicio para actividades al aire deportivas y de recreo al aire libre.
Sin embargo, dándose cuenta los comerciantes locales que el tipo de turismo que atrae Laos -y gran parte del Suereste Asiático- es más bien gente joven mochilera, no les llevó mucho tiempo dar con la fórmula adecuada para maximizar los ingresos. Vale, mantenemos las actividades en el río pero montamos una veintena de bares en ambas orillas, vendemos alcohol a precio asequible, música comercial del momento y atracciones con tirolinas y saltos al río para cuando la muchedumbre ya vaya bien calentita. Resultado: ingresos mucho mayores para el comercio local pero destrucción completa del bonito lugar natural que una vez debieron tener.
Llegamos en bus desde Vientiane -45.000 Kips y 5 horas de viaje- y encontramos un alojamiento bastante decente en Malany-en la calle principal-por 80.000 kips la noche en habitación doble con baño propio y televisión.
Nos quedamos allí 3 noches y 2 días completos.
Uno de los días alquilamos unas bicicletas -cogimos de montaña pero eran de bajísima calidad así que mejor ir por las normales- por 20.000 Kips y nos fuimos a ver la cueva Tham Phu Kham, justo al lado del Blue Lagoon. Los planos que te dan en la ciudad son bastante malos pero con la guía y preguntando aquí y allá puedes llegar a los sitios.
Nos llevó como un par de horas yendo muy muy tranquilos. Llegamos a una especie de zona de recreo con cabañitas donde comer y una laguna de agua azul intenso donde varios peces amarillos comparten el espacio con los turistas que saltan desde el árbol para darse un bañito refrescante.
El ascenso a la cueva lleva unos 15 minutos y merece la pena que os llevéis una pequeña linterna para explorar la parte más profunda. Hay gente al comienzo de la subida que os la alquila por 10.000 Kips. En el interior hay un pequeño altar dedicado a Buddha e increíbles juegos de colores y estalactitas esculpidas por el tiempo.
Es una buena forma de pasar un día relajado y en el camino podéis desviaros a alguna que otra cueva más, aunque las indicaciones son vagas y las distancias más que relativas.
Al día siguiente contratamos un tour. Nos recogieron a las 9 de la mañana para salir hacia una pequeña cueva inundada por el agua. Nos dieron un neumático, una luz tipo minero operada por una pequeña batería y nos pasamos media hora en la fría agua recorriendo la cueva por un sencillo sistema de cuerdas.
La cosa estuvo bien pero pensamos que la cueva era más grande y que habría algún salto de agua y demás.
Después comimos unos pinchos de carne y verduras a la plancha y caminamos por 20 minutos hasta llegar a una pequeña cueva con una gran imagen de Buddha acostado en su interior. Nos explicaron un poco sobre la historia y tradición del lugar y nos llevaron en camioneta a la zona del río donde empezaríamos a descender con los kayaks.
Esta fue la mejor parte del día. El río no tiene ningún rápido pero hay una parte bastante larga que ofrece buenas vistas y tranquilidad además de realizar un buen ejercicio físico. El guía lidera el grupo pero tienes bastante libertad de movimientos a la hora de elegir el camino por donde bajar el río.
Pasamos a menos de un metro de un grupo de búfalos de agua que estaban tomando el baño y la verdad es que son enormes y bonitos estos animales.
Al rato de comenzar el descenso llegas a la parte del río en la que se desarrolla el famoso Tubing de Vang Vieng. Básicamente te dan un neumático y te bajas el río a tu ritmo entre taponazo, litro de vodka y red bull, salto al río, baile, magreo con alguna chati (o chato), más taponazos, más litros y al final el río parece el Océano Atlántico en un día de tempestad por su dificultad para bajarlo. La gente que no devuelve el neumático antes de las 6 de la tarde pierde su depósito. Os aseguro que esta parte del negocio da más dinero que el alquiler.
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Cuando dejamos el Kayak y nos cambiamos de ropas nos fuimos a ver el atardecer a un bar justo al lado del río. Mientras charlábamos con las dos chicas australianas que habíamos conocido en nuestro grupo de excursión vimos como llegaban expedicionarios del Tubing incluso ya caída la noche. La gente los recibía entre aplausos y risas mientras ellos apenas se tenían en pie cuando intentaban salir del agua.
Hay una gran cantidad de restaurantes y bares en Vang Vieng que cierran más tarde que en Vientiane y agrupan a muchísimos turistas que ya vienen tocados del día de Tubing. Los cubos de bebida alcohólica mezclada con red bull o coca cola suelen salir por unos 15.000 Kips, haciendo del tema un ciego bastante barato.
Para los que quieran huir un poco de el tema más farrero, también hay restaurantes más tranquilos con vistas al río y otros -mis preferidos- que tienen televisiones donde no dejan de poner episodios de Friends y Family Guy.
Creo que nunca me había visto tantos episodios de Family Guy en la vida como en Vang Vieng. Está claro que el creador de la serie es simplemente un Dios. Me partía la caja en cada desayuno, comida o cena que hacía en el pueblo y el caso es que no lo hacía solo porque son muchos los mochileros que optan por esta forma de entretenimiento sobre la de La Gran Mazada del Tubing.
En definitiva, creo que es un lugar en el que merece la pena para un par de días para recorrer el río y algo de la zona pero si vas en pareja o no te llama mucho el tema fiesta, no creo que dé para mucho más. Sin embargo si estás buscando la difícil combinación entre fiesta loca y naturaleza -aunque se han cargado gran parte del tema naturaleza con esos bares en el río- puede que quieras quedarte un poco más en la zona.
Sí, mejor coger las bicis normales, y con plato pequeño, como te gusta
Escri, cuídate y llama a la family
Yo tao ahí… jajajaj primo!!! no te ofrecieron en los restaurantes la Carta B?… Se dice que se conoce a la ciudad por permisividad en cuanto a sustancias estupefacientes…
Un destino exótico donde los haya, gracias por acercarnos otro tipo de turismo.
Es una pena que no se conozcan más estos sitios. Enhorabuena por tu trabajo!