
Cuando tenía 16 años pasé uno de los meses más memorables de mi vida en Dublín. Mis padres me habían matriculado en un colegio irlandés donde, supuestamente, iba a aprender inglés sin descanso. El «problema» es que los padres de cuatro de mis mejores amigos habían tenido la misma brillante idea ese mismo verano. El resultado fue el esperado: me lo pasé mejor que de lujo pero no mejoré prácticamente nada mi nivel de inglés.
El pasado mes de Junio aproveché las nuevas ofertas de Iberia Express para volar desde Madrid a la capital irlandesa. Al tener frecuencia diaria pude elegir la salida para el Miércoles por la mañana y quedarme allí hasta el Domingo. Apenas me enteré del vuelo y fui atendido de manera exquisita por el personal de abordo.
Dediqué los días que tuve en Dublín a ver a distintos grupos de amigos. Fueron más de 8 años los que viví en la que se ha convertido en mi segunda casa y mis lazos afectivos, tanto con la gente como con la ciudad, son muy profundos.
Dublín es una ciudad pequeña, manejable, amable y llena de gente joven y vida todos los días de la semana. Por ello, cuando alguien me ha pedido consejo a la hora de elegir un destino anglófono para aprender el idioma, nunca he dudado en ponerla como primera de la lista.
Es una urbe menor que Londres, los irlandeses le dan mil vueltas en hospitalidad y buen rollo a los ingleses -generalizando claro, que hay de todo en cada país- y la isla Esmeralda tiene un sinfín de secretos que están esperando ser descubiertos por alguien interesado en su rica cultura y tradición.

Una de las escuelas de idiomas más completas y mejor localizadas en Dublín es Castleforbes College.
La lleva Rachel, una buena amiga que siempre nos recibe con una sonrisa en el país esmeralda y cuyo trabajo me gustaría destacar personalmente a través de estas líneas.
Comenzó su actividad a principios de este año naciendo como un proyecto lleno de ilusión fecundado por dos jóvenes emprendedores irlandeses que ya acumulan años de experiencia en el campo de la enseñanza del inglés como idioma para extranjeros.
Castleforbes College ofrece muchos tipos distintos de cursos que se acomodan a la diversa demanda que puedan tener los clientes. Tienen clases de mañan, tarde y noche (también los sábados), cinco niveles distintos -desde Beginner hasta Advanced-, preparan exámenes especiales como el First Certificate de Cambridge y ofrecen clases particulares.
Además, no sólo se enseña inglés sino que, si ya dominas el idioma de la pérfida Albión, puedes apuntarte a cursos de portugués, alemán, italiano, francés o español.
Otro aspecto que lo diferencia de otras escuelas es que te buscan opciones de alojamiento y se encargan de que tengas una experiencia irlandesa completa, organizando salidas por el país para ver sus lugares más emblemáticos -como los acantilados de Moher en la costa Oeste o la preciosa zona de Glendalough cercana a Dublín- y noches de fiesta por la capital irlandesa.
Tal y como están las cosas en España quizá sea el mejor momento para salir de nuestro país y aprender inglés de verdad. No en vano, nos consideran como uno de los peores países de Europa en cuanto a nivel de inglés.
Para mayor información sobre la escuela de Castleforbes College podéis visitar su web: Castleforbes College.