
Por un tiempo, las torres Petronas en Kuala Lumpur fueron los rascacielos más altos del mundo. Aunque hoy en día, su altura ya ha sido superada por otros edificios más modernos es una visita obligada si te encuentras en la capital de Malasia.
Las torres se hallan en un distrito financiero donde llegarás fácilmente con el metro desde el centro (1,90 ringgits el viaje) pero si quieres subirte a ellas deberás levantarte muy temprano y armarte de paciencia.
Yo lo hice y llegué a los pies de las Petronas a las 7 de la mañana y ya habían casi 100 personas en la cola esperando a que las puertas abrieran una hora y media más tarde. Tras la espera me informaron que sólo era posible subir al Skybridge -el pasadizo que une ambas torres a media altura- por 40 ringgits.
La experiencia fue interesante pero si volviera a las Petronas ni de coña volvía a comerme esa cola por tan poco a cambio. Al fin y al cabo te encuentras en el interior de las torres y lo que ves es el exterior. Se tienen mucho mejores vistas desde la Kuala Lumpur Tower aunque menos estética (38 ringgits).
Existe otra opción todavía mejor y encima gratis. En frente de las torres Petronas se encuentra el Mandarin Oriental Hotel. Ponte medio elegante con una camisa y unos pantalones, entra en la recepción del hotel y dirígete hacia la izquierda como si supieras por donde andas. En definitiva, como si fueras un cliente más del hotel. Si hace falta saluda al botones y te metes en el ascensor que verás en la parte izquierda del hall. Sube a la última planta. Llegarás a una terraza con formidables vistas a la torres Petronas. Sin colas y completamente gratis. Mientras contemplas las vistas, mira hacia abajo y ríete de los madrugones, esperas y ringgits que sueltan los demás.