Es indiscutible que Islandia es un país en el que priman los atractivos naturales sobre los culturales o históricos. Y es que si geológicamente la isla es relativamente nueva – hace tan solo 16 millones de años que surgió de las profundidades del mar -, aún lo es más si atendemos a su colonización estable. Esta no comenzaría (según los documentos históricos con los que contamos) hasta el siglo IX, cuando vikingos nórdicos procedentes de Suecia y Noruega comenzaron a aventurarse y establecerse en unas tierras que siempre han sido realmente inhóspitas.
A día de hoy, la Madre Naturaleza sigue siendo la dueña y señora de Islandia y esa es la razón por la que tantos viajeros quedan maravillados de su periplo por el país. Sin embargo, hay algunos lugares en los que se aúnan Historia y Naturaleza para crear una alianza maravillosa. Uno de esos puntos es Thingvellir, que se suele traducir al castellano como las Llanuras del Parlamento.
Aquí, se dan dos particularidades muy interesantes: por un lado se encuentra el Althing, que ha sido reconocido como el parlamento nacional (no continuado) más antiguo del mundo. Y por otro lado, es el lugar geográfico donde se puede observar la separación de las placas tectónicas de Eurasia y Norteamérica.
Imposible no quedarte atrapado por un lugar así.
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Althing, el Parlamento Nacional más antiguo del mundo
El motivo principal por el que Thingvellir es el corazón histórico de Islandia es que aquí se enuentra el Althing, primera asamblea popular del mundo y órgano local que estuvo funcionando ininterrupidamente durante casi nueve siglos.
Todo se inició en el año 930 cuando una asamblea regional que se había formado en Reikiavik en el 920 se desarrolló hasta saltar al ámbito nacional. Tan solo habían pasado 56 desde que se iniciara la colonización de Islandia por parte de Ingólfur Arnarson y era su heredero, Thorsteinn Ingólfsonn, quien sería el primer jefe supremo del Althing.
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El lugar elegido fue el acantilado de Bláskogar. Como puedes imaginar, en aquella época los colonizadores no sabían que era allí el lugar donde se separaban las placas tectónicas de Eurasia y Norteamérica por lo que los motivos para la elección del sitio fue su magnífica acústica, su amplitud y la accesibilidad para todo el mundo, ya que allí se montaban auténticos tinglados durante varios días.
Ferias, tabernas improvisadas, tiendas de campaña por doquier… El Althing era un auténtico acontecimiento que atraía a habitantes de toda la nación.
Aquí comenzaron a tomarse decisiones sobre los temas propuestos por los 48 godar – jefes de las asambleas locales – del país.
Se creaban leyes y se imponían penas, pero, normalmente, no ejercía de órgano ejecutivo, cosa que solía quedar en las asambleas regionales.
Aquí se tomaron decisiones realmente importantes, como la adopción del cristianismo como religión de estado en el año 1000, o la dramática y nefasta subyugación a la corona danesa en 1262.
Aunque el Althing se disolvería en 1798 y se formaría más tarde, ya en Reikiavik, en 1930 las Llanuras del Parlamento acogieron a más de 30.000 personas que vinieron a celebrar el milenio del Althing. También se celebró aquí la independencia de Dinamarca en 1944 y otros eventos importantes.
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Cómo llegar a Thingvellir
Además de su belleza paisajística y su importancia histórica, otra razón por las que Thingvellir es uno de los lugares más visitados de Islandia es su proximidad a la capital, Reikiavik.
Thingvellir forma parte, junto a Geysr y la cascada de Gullfoss, del llamado Círculo de Oro, que es el recorrido más típico turístico que hacer en Islandia, sobre todo para aquellos que viajan a Reikiavik con poco tiempo.
La distancia entre Reikiavik y Thingvellir apenas rebasa los 47 km por carretera, pudiendo llegar en unos 40 minutos en coche. Es uno de los lugares ineludibles en una completa ruta en coche por Islandia. Lo más común es acercarse a Thingvellir en un coche alquilado, pero también cuentas con agencias que organizan excursiones privadas para grupos desde Reikiavik y excursiones a todo el Círculo de Oro completo.
La separación entre Norteamérica y Eurasia
En realidad, la separación entre las placas tectónicas de Norteamérica y Eurasia se da a lo largo de una franja de tierra mucho más grande, pero lo cierto es que aquí, en las Llanuras del Parlamento, es uno de los lugares donde mejor se aprecia este magnífico fenómeno natural.
Eso sí, no hagas las turistada de hacerte la foto en una de las muchas grietas estrechas, con una mano en cada pared, que hay aquí, pues no será cierto que tienes una mano apoyada en cada placa continental.
Además, esta separación sigue aumentando cada año a un ritmo aproximado de unos 2 cm. Según cuentan más o menos lo que te crece una uña en ese período de tiempo. Eso quiere decir que Islandia será un país mucho más grande dentro de millones de años, y que su actividad sísmica y volcánica está muy lejos de calmarse.
La visita en Thingvellir
Thingvellir es un lugar en el que bien se puede pasar dos o tres horas sin aburrirte. Incluso más tiempo, si quieres verlo todo a fondo.
Lo primero, si viajas por tu cuenta en coche o furgoneta privada, es que te acerques a pagar la tasa de aparcamiento en las máquinas que puedes encontrar en el centro de visitantes o los aseos situados junto al parking. No hacerlo suele conllevar multas graves. El importe depende del tamaño del vehículo, pero suele moverse entre los 5-7 euros al cambio.
Tras hacer esto, es el momento de acercarse al mirador que domina las llanuras. Junto a él hay una pequeña maqueta en la que puedes hacerte una idea de la vastedad y amplitud de la zona.
Desde el mirador se pueden ver las grietas, lagunas, edificaciones y el verde que lo cubre todo, además de la completa red de senderos y pasarelas que te permitirá explorar el lugar a fondo.
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Lo mejor es vagar por todo el terreno, a tu aire, a tu ritmo, pero aquí te dejo algunas de las cosas que no puedes perderte:
- Almannagiá: esta dramática falla es la muestra más palpable de la separación entre las masas continentales de América y Eurasia.
- Öxarárfoss: aunque es cierto que si la comparas con otras cascadas de Islandia esta te parecerá de juguete, no se le puede negar el atractivo a Öxarárfoss, y si acabas de llegar a Reikiavik, es una buena manera de entrar en contacto con las cascadas islandesas.
- Lögberg o Roca de la Ley: desde este pequeño promontorio el portavoz de la ley recitaba al completo las normativas y regulaciones islandesas durante las reuniones del parlamento. Ahora está marcado con un mástil en el que ondea la bandera islandesa.
- Thingvallabaer: esta granja que se levanta frente a la parte escarpada de la falla, al otro lado del río Öxara, es la parte más bucólica del parque. Antes de la constitución del Althing aquí había una granja. Ahora se alojan aquí, ocasionalmente, altos representantes del gobierno islandés. Junto a ella hay una bonita iglesia del siglo XIX.
- Thingvallavatn: con una superficie de unos 84 kilómetros cuadrados, este es el lago más grande de Islandia. Desde el mirador principal se puede apreciar cómo un gran número de canales alimentan al lago.
- Grieta de Silfra: la grieta de Silfra se halla rellenada por unas aguas claras, límpidas y heladas. Aquí se organizan actividades de buceo, por aquello de poder decir que buceaste entre las placas de Norteamérica y Eurasia más que nada.
- Hvannabrekka: esta porción de grieta es una de mis preferidas, al encontrarse algo alejada de la zona y poder caminar tranquilamente por ella sin que ningún viajero se cruce en tu camino.